Es la única del país que no tiene examen de ingreso ni cupo. Tiene más ingresantes que todas las facultades médicas del interior del país juntas… Casi 3.900 inscriptos, 300 más que el año pasado y 900 más que en el 2001 se anotaron como aspirantes a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, adonde ingresan más estudiantes que en todas las carreras de Medicina del interior del país sumadas. Y eso se explica porque es la única que no tiene examen de ingreso ni cupo, tal cual lo argumentan las autoridades de la facultad. La decana Raquel Chiara consideró que esta diferencia es un despropósito, vaticinó un nuevo conflicto y bregó por una política coincidente y coherente entre todas las casas de estudio del país.
El tema de los ingresos en Rosario desvela desde hace tiempo a la decana y su equipo, sobre todo desde que el resto de las facultades públicas del país restringió el acceso y expulsó estudiantes hacia Rosario. La Instancia de Confrontación Vocacional (ICV) quiso funcionar en un principio como filtro, pero esto no evitó la avalancha de estudiantes. El año pasado, desde el Decanato se planteó abiertamente el rechazo al ingreso irrestricto, lo que generó no pocas rispideces. Chiara cree que este año habrá un conflicto similar, aunque dijo que esperará que «el Consejo Superior decida al respecto».
Sea como fuere, el anhelo de «m’hijo el dotor», como en la novela de Florencio Sánchez, sigue vigente en todo el país. Y es así que viene gente de todas partes para ingresar a Medicina de la UNR, de la mano de un sistema que permite entrar a una parte importante de los aspirantes. «Llegan colectivos charter desde Formosa o de cualquier otra provincia», señaló el vicedecano Juan José D’Aloisio.
Entre el 1º y el 12 de septiembre se abrió la inscripción para la ICV. «Se anotaron 3.883 personas», confirmó el secretario de Asuntos Estudiantiles, Miguel Caravaca, quien recordó que el año pasado el número de aspirantes fue de 3.570, mientras que en el 2001 se inscribieron 2.890.
Caravaca indicó que según los registros de este ciclo, un tercio de los anotados son de la ciudad de Rosario, otro tercio pertenece a distintas localidades de la provincia de Santa Fe y el resto proviene de los más recónditos puntos del país. Tan así es que llegaron alumnos de Ushuaia. Pero también hay muchos estudiantes de Chaco, Corrientes y Formosa. «Creo que de los únicos lugares de donde no vino nadie fueron Catamarca y La Rioja», indicó Caravaca.
La única sin examen
La abultada matrícula en Medicina de la UNR se explica porque es la única facultad de todo el país que no tiene examen de ingreso ni cupo. «Aquí todos los que superan la ICV entran», apuntó el secretario Estudiantil, antes de señalar que en otras universidades, como existe el cupo, no todos los que superan los exámenes tienen garantizado su banco en las aulas.
Así las cosas, si se suman los aspirantes a Medicina de todas las facultades del interior del país, no se llega a alcanzar el número de anotados en Rosario. «Esta situación obliga a los docentes, no docentes y estudiantes a hacer malabares todo el tiempo», indicó D’Aloisio.
El presidente de la Federación Universitaria de Rosario (FUR), Roberto Bisso, resaltó que «existe una desigualdad increíble entre las distintas facultades de Medicina del país», y admitió que tamaño volumen de estudiantes «complejiza la enseñanza, demanda otra estructura edilicia y requiere de un mayor número de docentes, fundamentalmente en los primeros años de la carrera».
Bisso comentó que los representantes de FUR solicitaron una entrevista con el ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus, para reclamar mayor presupuesto para la UNR y durante la charla plantearán la situación de Ciencias Médicas de Rosario frente a las del resto del país.
El dirigente calificó de «expulsivas» a las otras facultades de Medicina del país y elogió los esfuerzos que se realizan a nivel local. «Con poco presupuesto, sin tecnología y con una gran cantidad de estudiantes, todavía se sigue produciendo conocimiento», afirmó, antes de reiterar su apoyo a «la universidad pública, gratuita y con ingreso irrestricto».
La semana próxima los inscriptos en Medicina comenzarán el primer taller de la ICV, referido al nuevo plan de estudios. Luego continuarán con otro de reflexión sobre la carrera. Superadas esas etapas deberán realizar una práctica de entre 15 y 20 días con un médico tutor en un hospital. La evaluación que definirá quiénes ingresan como alumnos regulares se realizará a fines de noviembre.
El año pasado, de los 3.570 aspirantes finalmente ingresaron unos 1.150. «En cada una de las etapas de la ICV van quedando alumnos en el camino», admitió Caravaca, mientras que el vicedecano destacó que con el nuevo plan de estudios el 95 por ciento de los alumnos que ingresaron continúa estudiando.
fuente: diario La Capital, 05/10/2003