
El acto de cierre de Milei a orillas del Paraná partió aguas. Laburantes, estudiantes y organizaciones sociales repudiaron su presencia mientras el vendepatria vociferaba sus delirios.
La tarde calurosa del jueves en Rosario fue testigo de dos caras contrastantes de la vida política argentina. Mientras en el Parque de España se preparaba el escenario para que Javier Milei se presente en el cierre de campaña de La Libertad Avanza, custodiado por centenares de gendarmes y fuerzas federales con un helicóptero dando vueltas sobre los edificios céntricos, a pocas cuadras y al mismo tiempo se convocaba una multitud en repudio a su gobierno.
De un lado la bronca, la indignación, las consignas “la patria no se vende”, “vendepatria” o “traigan al gorila de Milei para que vea…”. Del otro, un clima festivo y los cánticos “kuka tirapiedra”, “presidente o tobillera”, mientras en los altoparlantes se escuchaba a todo volumen la actuación roquera de Milei en el Movistar Arena.
En la calle, sindicatos, laburantes, estudiantes y organizaciones sociales. En el predio del Parque de España –con muchos claros– clase media y alta, perfume y fragancias, acentos de campo adentro y repartidores de remeras y banderas. Y haciendo uso de métodos que Javier Milei y sus seguidores repudian, varios colectivos cargados de militantes violetas de otras localidades se movilizaron hacia la costanera rosarina para disimular algunos vacíos.
En la contramarcha, muchos jubilados y jubiladas, vecinos con pancartas escritas con fibrones, entre bombas de estruendo. Más allá, muchos jóvenes libertarios luciendo gorritas paquetas, moviendo la cabeza con AC/DC y Village People, a la espera del Peluca.
A su arribo a la ciudad, alrededor de las 17.30, Milei se encerró en el hotel Ros Tower, de Mitre y Catamarca, con sus funcionarios y candidatos de La Libertad Avanza de Santa Fe.
Alrededor de las 20.30 salió Manuel Adorni y presentó a candidatos libertarios de todo el país, entre ellos el local Agustín Pellegrini, quien dirigió unas breves palabras. Luego se presentó Karina Milei. Minutos después ingresó «el artista principal» Javier Milei.

Con la habitual superposición de camperas que desoyen los datos que arrojaba el servicio meteorológico, empezó el acto. “Nota de color”, anunció a la vera del Paraná: “El general Belgrano había estudiado en la Universidad de Salamanca, el lugar donde nació el liberalismo”. Cuac.
Después saludó a la juventud: “Ver tantos jóvenes, tanta militancia, estoy conmovido, ustedes son el alma de este movimiento y el motor de este proceso de cambio que ha empezado y ya no lo pueden parar”.
Junto al mandatario, compartieron el escenario funcionarios de la mesa chica, como su hermana y secretaria General de la Presidencia; la ministra de Seguridad Patricia Bullrich; el ministro de Economía Luis Caputo; el jefe de gabinete Guillermo Francos y el vocero Adorni. De los locales, además de Pellegrini, estuvieron Romina Diez y Juan Pedro Aleart. Y viajó desde Buenos Aires Diego Santilli, el Colorado que ruegan votar “en lugar del Pelado” José Luis Espert, denunciado por la Justicia estadounidense de cobrar (y blanquear) plata narco.
El Presidente insistió en la necesidad de conformar “un Congreso más sólido para que podamos continuar en el camino del equilibrio fiscal, la estabilidad financiera, para continuar en la lucha contra la inflación y para terminar de una vez por todas con el narcotráfico y el delito en la Argentina”, y le tiró flores a la Cuna de la Bandera: “Rosario es la ciudad que más puede florecer si hacemos las reformas que faltan”.
En otro tramo de su discurso de cierre, en las escalinatas del Parque de España, el primer mandatario auguró que “para mitad del año que viene la inflación habrá sido un mal recuerdo”, y señaló: “Todos los que se llenan de palabras y propuestas, han estado intentándolo en los últimos 40 años y todos fracasaron”.
Y en un delirio de torpeza o de alguien claramente desconectado con la realidad, volvió a mentir descaradamente vociferando que: “Sacamos a 12 millones de argentinos de la pobreza y 6 millones de argentinos que no les alcanzaba para comer, hoy sí les alcanza porque salieron de la indigencia. Esto, lejos de mis objetivos, no es la panacea. Bajar la inflación, bajar la pobreza, nos muestra que vamos por el camino correcto, por eso les pido que el domingo nos sigan acompañando”.
Y cerró magnánimamente: “Desde que arrancó la campaña puse gran parte de mi esfuerzo en transmitirle a la sociedad una cosa: este gobierno es distinto. Somos el primer gobierno liberal libertario no sólo de la Argentina sino de toda la historia del mundo. Es por eso que por primera vez no solo nuestra vida, sino durante el último siglo, Argentina está recorriendo un camino distinto, que es el camino de las ideas de la libertad”.
Redaccion Rosario




