En su primer día, tuvieron que reponer las góndolas tres veces. Los clientes no dejaron de halagar los precios. «No esperábamos vender tanto el primer día», comentó Alberto Armand, encargado del supermercado comunitario que abrió ayer en las instalaciones del ex hipermercado Tigre (Tucumán 1349). La inauguración de este nuevo emprendimiento, comandado por los ex empleados del establecimiento, fue un éxito: «Tuvimos que reponer las góndolas tres veces», detalló Armand. Atrás podía escucharse a los clientes halagando los precios de los productos, que en esta primera instancia son limitados… Por ahora, la mercadería que está a la venta en el denominado «Centro de comercialización, trabajo y servicios» es fruta, verdura, panificación y algunos lácteos. También ofrecen bolsones de cuatro artículos de limpieza a 5 pesos, y de nueve productos de almacén a 10 pesos. Pero van por más: «La semana que viene vamos a comercializar más productos por unidad, porque hay muchos que vienen en los packs ya armados», adelantó Armand.
Son los empleados del ex hipermercado Tigre quienes comandan hoy este supermercado comunitario. Cuando en agosto del año pasado la firma del empresario rosarino Francisco Regunaschi entró en quiebra, los trabajadores decidieron tomar las instalaciones.
Desde ese momento pensaron en la posibilidad de reabrir sus puertas y ayer lo pudieron concretar, aunque esta iniciativa corre por cuenta de 40 de los 80 empleados. «Es una primera etapa; después, cuando el negocio se expanda, se incorporará el resto de los trabajadores», explicó el secretario gremial de la Asociación de Empleados de Comercio, Carlos Ghioldi.
Aunque son conscientes de que no tienen la autorización judicial para funcionar, ellos ya se la jugaron. «Sabemos que no estamos habilitados, pero necesitamos demostrar nuestra dignidad. Hace un año y dos meses que esperamos levantar las persianas», expresó Julio Aranda, otro de los empleados.
«No esperábamos vender tanto el primer día», soltó Alberto Armand, encargado del supermercado comunitario que abrió ayer en las instalaciones del ex hipermercado Tigre (Tucumán 1349). La inauguración de este nuevo emprendimiento, comandado por los ex empleados del establecimiento, fue un éxito: «Tuvimos que reponer las góndolas tres veces», detalló Armand. Atrás podía escucharse a los clientes halagando los precios de los productos, que en esta primera instancia son limitados.
Por ahora, la mercadería que está a la venta en el denominado «Centro de comercialización, trabajo y servicios» es fruta, verdura, panificación y algunos lácteos. También ofrecen bolsones de cuatro artículos de limpieza a 5 pesos, y de nueve productos de almacén a 10 pesos. Pero van por más: «La semana que viene vamos a comercializar más productos por unidad, porque hay muchos que vienen en los packs ya armados», adelantó Armand.
Son los empleados del ex hipermercado Tigre quienes comandan hoy este supermercado comunitario. Cuando en agosto del año pasado la firma del empresario rosarino Francisco Regunaschi entró en quiebra, los trabajadores decidieron tomar las instalaciones.
Desde ese momento pensaron en la posibilidad de reabrir sus puertas y ayer lo pudieron concretar, aunque esta iniciativa corre por cuenta de 40 de los 80 empleados. «Es una primera etapa; después, cuando el negocio se expanda, se incorporará el resto de los trabajadores», explicó el secretario gremial de la Asociación de Empleados de Comercio, Carlos Ghioldi.
Aunque son conscientes de que no tienen la autorización judicial para funcionar, ellos ya se la jugaron. «Sabemos que no estamos habilitados, pero necesitamos demostrar nuestra dignidad. Hace un año y dos meses que esperamos levantar las persianas», expresó Julio Aranda, otro de los empleados.
«¡Qué precios!»
Una vez en la cola para abonar, los clientes no dejaban de halagar los precios del supermercado comunitario. «Un paquete de acelga a 25 centavos no encontrás en ningún lado, por lo menos así pasa en el centro», comentó Esperanza Cointri, una vecina del lugar.
A Bertha Alzugaray no le queda muy cómodo el supermercado de Tucumán al 1300, pero ayer fue igual: «Vine porque estos trabajadores son la muestra de que luchando se sale adelante. La verdad es que ni siquiera razoné los precios, porque los pago sabiendo que detrás hay honradez y convicción», manifestó la mujer.
Los sectores que ayer tuvieron más aceptación fueron la verdulería y la panadería. Y claro, «el kilo de pan por este barrio vale más de 2 pesos y acá cuesta 1,69. Y las facturas están 10 centavos cada una, es increíble», comentó el titular de la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor, Carlos Comi, que también participó de la reapertura.
Es que los productos que se venden en este supermercado comunitario surgen también de emprendimientos de ex desocupados: las frutas y verduras son de distintas huertas orgánicas de la región, mientras que las pastas frescas son de Mil Hojas, industria local que funciona hoy como cooperativa.
«Vendimos más de 100 kilos de pan, 40 de facturas y 15 de bizcochos. Tuvimos que reponer tres veces las góndolas. Realmente no esperábamos tanto éxito», comentó Mario Alostiza, otro de los empleados.
La euforia por la gran respuesta de la gente los hizo pensar en los futuros proyectos: «Ahora estamos usando unos 120 metros cuadrados, pero queremos abarcar los 900 que tiene el local (con el comedor del primer piso incluido). Recibimos ofertas de todo tipo de productos, tenemos que analizarlas y empezar a vender», se entusiasmó Armand.