La Fiar 2005 sigue cosechando visitantes y negocios. Durante tres días, empresarios argentinos y del exterior realizaron más de 3 mil contactos. Las negociaciones giraron en torno a operaciones de compraventa, proyectos de inversión conjunta, e intercambios financieros, comerciales y tecnológicos En el salón de Grandes Compradores Internacionales y el Encuentro Internacional de Negocios de Tecnoalimentos, en los que participaron los expositores con agenda predeterminada, se realizaron 749 reuniones. En la ronda de negocios generales, donde se hicieron presentes expositores directos e indirectos, se concretaron 2.286 contactos.
Durante los días de la feria los industriales mostraron sus producciones e innovaciones. En este sentido, la cunicultura local apostó a expandirse a lo largo y ancho del país. En Santa Fe hay 350 productores y desde la asociación que formaron salieron al mercado con el sello de calidad de carne de conejo «Identidad Rosafé». En el marco de Fiar tomaron contacto con empresarios argelinos que estarían interesados en realizar una importación.
En tanto, la repostera Grana anunció que dos días antes de Fiar 2005 concretó una nueva exportación a Venezuela por medio de la corporación Nestlé.
Por lo curioso de la muestra y la producción que significó, el frigorífico en acción de Expoamericarne se llevó las palmas.
Expoamericarne es un gran predio en el que se presentan productos para el consumo y la industria cárnica. En la carpa mayor expone Liner, la fábrica de revestimiento sanitario que prestó su material para realizar los interiores del frigorífico modelo. Ariel Maestri, socio gerente, sostuvo que «estamos conformes con la muestra, hicimos contacto con posibles compradores de Venezuela, Paraguay México y Colombia y los dos primeros países con propuestas bastante en firme».
Al recorrer los stands, los industriales no paraban de comentar tanto los logros como los contactos iniciados o bien los proyectos a futuro. En la fábrica de sandwiches Stadio comentaban la extensión de sus fronteras: abren una distribuidora en Buenos Aires. En Ultracongelados Rosario hablaban de sus proyectos para consolidar la presencia de sus medialunas en Miami. Los directivos de La Cumbre hacían contactos para entrar sus nuevos Muffis en la Unión Europea mientras que en la fábrica de productos industriales Formas comentaban el contrato para equipar con sus hornos mil escuelas en Cuba y daban rienda suelta a sus proyectos para conquistar Europa.
La mañana del tercer día de la muestra estuvo signada por estudiantes y empresarios ávidos de nuevas oportunidades. Asistieron a los foros sobre biotecnología y al de mercados internacionales.
A las 8.30 se realizó el foro «Biotecnología y región» con dos temas puntuales: fortaleza y perspectivas de la biotecnología local y el desarrollo del polo biotecnológico. El primer punto estuvo a cargo de María Fabiana Drincovich, directora de la licenciatura Biotecnología y, el segundo, a cargo de Alejandro Cecatto, del Cerider-Conicet, y Alejandro Mentaberry, de Indear.
Drincovich, desde su lugar académico, sostuvo que «los egresados de biotecnología están perfectamente capacitados para ser ocupados en el futuro polo biotecnológico». Ceccato, en tanto, explicó que es posible que en 2005 se pongan en marcha algunos de los proyectos que se están llevando adelante en La Siberia.
El representante de Indear, Alejandro Mentaberry, arriesgó una fecha de inicio de las actividades de ese instituto: julio de 2006.
Los foros cerraron con la disertación de Bernardo Kosacoff, director de Cepal en Argentina sobre el panorama actual de la Industria Argentina.
Con el principal objetivo de aportar elementos que contribuyeran a entender la situación de la región y el país y ofrecer un panorama de las perspectivas existentes en los diferentes mercados mundiales, los asistentes se llevaron una acabada impresión de la potencialidad del complejo agroalimentario local.
Entre los empresarios que cubrieron las rondas de negocios internacionales se escuchaba permanentemente una palabra «competitividad». Lisa y llanamente, un precio en dólares barato para un mundo caro. Carsten Reitz es un empresario del rubro alimentos y pese a su nombre alemán habla con la cadencia del Caribe. Es de Costa Rica y su empresa maneja representaciones internacionales. «Me invitaron desde la Cámara de Comercio de Costa Rica y la verdad es que estoy asombrado, creo que voy a hacer buenos negocios», dijo mientras se llevaba varias botellas de vino sanjuanino, en el espacio Vinalterra. El empresario busca productos premium, que justifiquen pagar «un flete caro».
«En el Caribe se consume lo de alta calidad y la Argentina tiene orgánicos excelentes. Puedo vender a un dólar y medio lo que llego a obtener en 80 centavos de dólar», aseguró entusiasmado.
La Fiar cierra hoy, durante una jornada que mantendrá el sesgo original: una muestra destinada al público especializado y los empresarios del sector.
Fuente: diario La Capital