Descubrieron los efectos de la radiación cósmica sobre un medicamento que se usa en emergencias para tratar reacciones alérgicas graves.
Alumnos de la escuela primaria St. Brother André, de Ottawa, Canadá, miembros del programa para Estudiantes Dotados (PGL, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Ottawa (UOttawa), realizaron un revolucionario descubrimiento acerca de los efectos de la radiación cósmica sobre la epinefrina (adrenalina), un medicamento que se usa en emergencias para tratar reacciones alérgicas graves. Como resultado de su experimentación, encontraron que la sustancia podía convertirse en algo extremadamente tóxico en el espacio, algo que la NASA desconocía, comunicaron recientemente.
El experimento
El experimento de los estudiantes de PGL fue aceptado por el proyecto ‘Cubos en el espacio’, que permite enviar experimentos en pequeños cubos al espacio en misiones de la NASA para probar sus teorías. El mismo consistió en cargar dos cubos con EpiPens (un dispositivo diseñado para inyectar automáticamente una dosis de epinefrina) y enviarlos a gran altura, uno en un cohete espacial y el otro en un globo estratosférico.
Como parte del diseño experimental, investigadores de la UOttawa realizaron análisis de cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas, tanto de epinefrina pura como de la solución de un EpiPen, antes y después de los vuelos. Para su sorpresa, encontraron que la epinefrina enviada al espacio retornó con solo un 87 % de pureza y el 13 % restante se transformó en derivados del ácido benzoico, extremadamente venenosos.
«Las muestras de ‘después’ mostraron signos de que la epinefrina reaccionó y se descompuso», comentó el profesor Paul Mayer, de la UOttawa, quien asesoró el estudio. Este resultado plantea dudas sobre la eficacia de un EpiPen para aplicaciones en el espacio exterior y los niños del programa PGL ahora están empezando a abordar estas cuestiones». Los hallazgos de los estudiantes tienen implicaciones en el mundo real para los viajes espaciales y la seguridad de los astronautas.
Científicos naturales
Los estudiantes del PGL, que tienen entre 9 y 12 años, ahora están diseñando una cápsula que podría proteger en el espacio la solución de epinefrina contenida en el EpiPen para que no se vuelva inutilizable. Por su parte, Mayer alienta a los padres y adultos a fomentar un sentido de investigación en los jóvenes estudiantes.
«Los niños son científicos naturales. Son curiosos y hacen preguntas. Nosotros, los adultos, solo necesitamos facilitar su participación en el proceso científico y luego quitarnos de en medio y dejar que exploren y aprendan», subraya.
RT.COM