El avión Lockheed Hércules C-130H, matrícula TC-62 de la Fuerza Aérea Argentina, que dependía del Grupo 1 de Transporte de la I Brigada Aérea, con asiento en la localidad de El Palomar, Provincia de Buenos Aires, tiene un importante historial, además de sus misiones especificas, había participado en muchas misiones de paz, ayuda humanitaria y en la Antártida Argentina.
Esto fue noticia el 28 de Agosto de 1975. Muchas personas ya no lo recuerdan y muchos más directamente lo desconocen
Ese día cuando todavía no habíamos salido del estupor de otros hechos similares, recibimos una noticia que nos conmocionó, el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina, matrícula TC-62 había sido derribado a las 13:05 horas, por una bomba colocada y hecha estallar por control remoto, en plena carrera de despegue, que la habían colocado en el desagüe que pasaba por debajo de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Tucumán «Teniente Matienzo», quedando un cráter en el cemento de 12 metros de diámetro por 2 de profundidad.
Se trasladaban 114 efectivos de la Gendarmería Nacional, con destino a la Provincia de San Juan, de los cuales, en el día del atentado, se habían registrado seis fallecimientos y veintitrés heridos, nueve de ellos de gravedad.
Esta operación se llevó a cabo con una gran precisión, pero por la pericia de la tripulación se evitó que este atentado criminal alcanzara proyecciones de catástrofe, salvando las vidas de más de un centenar de almas que se encontraban a bordo, como así también el desastre que podía haber ocasionado de haberse precipitado sobre el Barrio Obrero situado a continuación de la cabecera de pista de dicho Aeródromo.
El aparato se destrozó al caer a tierra y quedó envuelto en llamas, explotando con impresionante violencia, lo que causó pánico entre los habitantes de la zona próxima al Barrio San Cayetano.
Los restos del avión quedaron esparcidos en un radio de aproximadamente 300 metros, mientras que el grueso de la estructura se incendiaba a un costado de la pista envuelto en llamas y en medio de una columna de humo negro visible a gran distancia del lugar.
La tarea de rescate se hizo muy difícil para los bomberos que estaban atacando el fuego, debido a las explosiones posteriores, causadas por los tanques auxiliares de combustible y el material transportado a bordo.
Un hecho significativo que merece ser recordado, fue que mientras se incendiaba el avión y entre las explosiones, se vivieron escenas heroicas por parte de los bomberos, la gente del lugar, como así también de los tripulantes del Hércules y Gendarmes que habían podido salir de este infierno y volvían a rescatar a los que quedaban atrapados entre los restos del avión, el cual quedó totalmente destruido.
En esta acción valerosa pereció por asfixia el Gendarme Raúl Remberto CUELLO, quien salió ileso del avión y entró repetidas veces, salvando valiosas vidas, hasta quedar atrapado por las llamas en el que sería su último intento, dando un ejemplo de valor y coraje llevados hasta el supremo sacrificio.
Las autoridades del gobierno constitucional a cargo de la señora Presidente de la Nación Argentina, Dña. Maria Estela Martínez de Perón, condenaron enérgicamente este accionar terrorista.
Este artículo fue publicado en 2008 en la web www.marambio.aq para recordar hechos significativos y que no pasen al olvido. Esta vez se rinde homenaje a aquellos servidores que perdieron la vida, a quienes quedaron con secuelas y todos aquellos que con pericia, valentía y arrojo, evitaron un mal mayor.