
NEO promete limpiar, ordenar y conversar, pero su función más polémica podría convertirlo en un intruso en casa
La empresa 1X presentó a NEO, un asistente robótico con IA y control remoto humano. Puede doblar ropa y sugerir recetas, pero sus capacidades reales —y su acceso visual a los hogares— han desatado un debate sobre privacidad y confianza.
Durante décadas, la promesa de un robot que cocine, limpie y mantenga conversaciones parecía una utopía reservada a la ciencia ficción. Pero ahora, la compañía 1X, con sede entre Noruega y Palo Alto, asegura haberla convertido en realidad. Su creación se llama NEO, mide 1,67 metros, pesa 30 kilos y comenzará a distribuirse en 2026 como el primer asistente humanoide doméstico disponible para el público.
La empresa lo presentó esta semana con un mensaje contundente: “Queremos construir un robot que viva entre nosotros”.
NEO está diseñado para ayudar con las tareas diarias del hogar —ordenar habitaciones, doblar la ropa, aspirar o recoger objetos— y hacerlo con naturalidad, usando tanto sus manos mecánicas como un sistema de inteligencia artificial capaz de mantener conversaciones fluidas.
Un asistente con IA y una “mente” dividida
NEO combina dos núcleos de inteligencia: uno lingüístico, para comprender y responder comandos de voz, y otro visual, que le permite reconocer objetos, ingredientes o situaciones domésticas. Así, puede detectar lo que hay en la nevera, sugerir recetas o recordar cumpleaños y listas de compras.
Además, su “inteligencia de audio” le permite responder solo cuando se le habla directamente, evitando interrupciones constantes. Con cada interacción, el robot aprende de las rutinas y preferencias del usuario, acumulando memoria contextual que personaliza su comportamiento con el tiempo.
Pero detrás de su diseño amable y su voz tranquila, hay una función que ha desatado debate: el modo “Experto 1X”. Esta característica permite que un operador humano, ubicado en un centro remoto, controle directamente al robot para completar tareas que NEO no pueda resolver por sí mismo. Durante esa operación, el humanoide aprende observando.
Una ayuda útil… o una ventana abierta a la privacidad
El CEO de 1X, Bernt Børnich, explicó que “si no tenemos tus datos, no podemos mejorar el producto”. Una frase que resume el dilema que rodea a NEO. La idea de un operador remoto capaz de ver el interior de una vivienda —aunque sea con fines de aprendizaje— ha generado críticas sobre la privacidad y el control de datos.
La compañía insiste en que la función será opcional y que los usuarios podrán decidir cuándo activarla, además de configurar zonas prohibidas dentro de la casa. También prometen filtros que difuminan rostros y limitan la transmisión visual, pero la desconfianza persiste. En redes, muchos usuarios ya comparan al robot con un “mayordomo que podría estar espiándote sin querer”.

Diseño seguro, cuerpo suave y manos con precisión humana
En cuanto a su aspecto, NEO se aleja del estilo metálico de otros humanoides. Su cuerpo está fabricado con estructuras poliméricas de celosía 3D envueltas en tela lavable a máquina, para transmitir cercanía y seguridad. Los ingenieros de 1X aseguran que puede levantar hasta 70 kilos, cargar objetos de 25 y moverse con fluidez sin representar riesgo para las personas.
Sus manos, con 22 grados de libertad, permiten manipular objetos pequeños con precisión. El sistema de movimiento Tendon Drive, impulsado por motores de torque ultracompacto, ofrece gestos suaves y naturales. Todo esto, además, en silencio casi total: NEO opera a 22 decibelios, más silencioso que un refrigerador moderno.
Su autonomía es de cuatro horas, tras las cuales camina hacia su cargador y se conecta solo, un detalle que recuerda al comportamiento de un animal doméstico que sabe cuándo necesita descansar.

Precio, fecha y expectativas
El robot ya puede reservarse en Estados Unidos con un depósito de 200 dólares. Su precio final será de 20.000 USD, aunque la empresa ofrecerá una suscripción mensual de 499 USD para quienes prefieran no comprarlo. Los primeros envíos están programados para 2026, y llegará en tres colores: beige, gris y marrón oscuro.
Una expansión internacional está prevista para 2027, aunque aún no se han revelado los países incluidos.

Entre el futuro doméstico y la desconfianza
Las demostraciones públicas, sin embargo, revelaron que el futuro aún tropieza con obstáculos. Durante una prueba documentada por el Wall Street Journal, NEO tardó varios minutos en cargar un lavavajillas y dependió de un operador remoto para completar la tarea. Sus movimientos fueron más torpes que los de un humano, aunque precisos y seguros.
Aun así, 1X defiende que la clave de NEO no es la perfección, sino la adaptabilidad. Con cada actualización de software, el robot irá aprendiendo nuevas habilidades y refinando su coordinación.
Børnich lo resume como un punto de inflexión: “No estamos fabricando máquinas para reemplazar humanos, sino compañeros que nos ayuden a vivir mejor”.
Pero, como suele ocurrir con los avances tecnológicos que se acercan demasiado a la intimidad humana, NEO plantea más preguntas que respuestas. ¿Hasta qué punto queremos que un robot entre en nuestros hogares? ¿Y qué precio estamos dispuestos a pagar —económica y emocionalmente— por ello?
Nota original en: GIZMODO




