El entonces subsecretario de Cultura municipal, Rafael Ielpi, contó como convenció al intendente Horacio Usandizaga para llevar a cabo el emblemático encuentro
Foto de portada: El escenario principal de colectividades, por donde pasaron destacados grupos internacionales.
Por Tomás Barrandeguy. La Capital
Diez stands, apenas una veintena de colectividades y muchas ganas de recuperar el espacio público tras años oscuros. Las agrupaciones y asociaciones de ciudadanos extranjeros en Rosario vieron en la recuperación de la democracia una oportunidad que no podían dejar pasar para cumplir el sueño de organizar un encuentro que mostrara la cultura de cada una de las comunidades que vinieron desde otros países y eligieron a Rosario como su nuevo hogar.
En el marco de la 39ª Fiesta y Encuentro Nacional de Colectividades, Rafael Ielpi, quien fuera el subsecretario de Cultura que impulsó la concreción del acontecimiento, recordó cómo fue convencer al entonces intendente Horacio Usandizaga para concretar la fiesta, además de hacer un repaso de las principales atracciones de esos años: desde un escenario único que nucleaba a todas las colectividades hasta la visita de grupos internacionales que estaban de gira por Latinoamérica y representaban fragmentos culturales de distintos países.
“Las colectividades estaban desesperadas por hacer una fiesta cuando se recuperó la democracia”, recordó Ielpi, en diálogo con La Capital. Fue parte del gabinete municipal durante los cinco primeros encuentros, desde 1985 a 1989.
El primer paso, rememoró, fue el armado de un comité por parte de varios representantes de distintas colectividades que se reunió con Ielpi para ver cómo llevar adelante el encuentro. Fueron los delegados y delegadas de cada colectividad quienes plantearon la idea, sobre las que el ex funcionario remarcó el valor: “La idea fue de ellos. A mí me recuerdan porque, finalmente, lo convencí a Usandizaga. Pero las colectividades fueron las que propusieron y tuvieron la iniciativa para hacer todo”.
Ielpi se acordó de que en la primera edición “no había más de 10 o 12 stands” y que esa cantidad se fue multiplicando: “El segundo año (1986) había 20 stands y para el último año en el que fui subsecretario (1989), ya era multitudinario”.
En tanto, recordó al periodista Ernesto Mariano como una figura fundamental para que se concretara la primera edición, por su ida y vuelta constante con las colectividades: “Era un periodista radial que había hecho algunas actividades individuales con ellas. Cuando tuvimos el primer encuentro con el comité, me hablaron de Ernesto y fue locutor en los primeros encuentros. Fue muy importante su participación”.
Visitas internacionales
“Una diferencia que me acuerdo con las ediciones de ahora es que, en esos cinco primeros encuentros, había un sólo escenario central con lo cual toda la atención de la cultura, la música y el baile se centralizaba en un sólo lugar”, contó el ex funcionario, que hoy se desempeña como director del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa.
La presencia especial de grupos extranjeros en el escenario central era moneda corriente en cada edición, invitados para promover la cultura de diversas colectividades y traídos para ello: “Vino el coro polifónico de la Universidad de Varsovia, un grupo de música de la entonces Yugoslavia, un grupo de teatro del Mato Grosso de Brasil, vinieron de Bulgaria también. Los que estaban de gira por Latinoamérica, los invitábamos y los traíamos”.
Tal fue la repercusión que tuvieron las primeras ediciones que llegó la propuesta desde el Poder Ejecutivo Nacional, a cargo del entonces presidente Raúl Alfonsín, de declararla Encuentro Nacional de Colectividades.
“En los años que estuve me di cuenta, año a año, que la fiesta era un fenómeno casi necesario”, manifestó Ielpi, para agregar: “La progresión de concurrencia pasó, exagerando, de 25 o 30 mil personas en la primera edición a casi más de 300.000 en el 89”.
“No pensé que iba a durar tanto tiempo, pero me di cuenta de que había cierto sentimiento colectivo de que era la fiesta de la ciudad. Y Rosario la adoptó como su fiesta”, concluyó.
Fotos: Archivo La Capital