El ministro de Salud de Santa Fe, Fernando Bondesío, dispuso la virtual intervención del Hospital Provincial del Centenario ante un «evidente desfasaje en los gastos» comparado con otros establecimientos, como por ejemplo el Cullen de Santa Fe. El funcionario, según explicó, designó tres contadores para las áreas de compra, farmacia y recursos humanos, y también pidió que se constituya en Rosario dos o tres días a la semana el director provincial de Control de Gestión y el de Farmacia y Bioquímica. Dijo que el centro de salud «está lleno de contrastes» donde se pueden observar servicios con tecnología de punta pero también sitios «vergonzantes».
En casi un mes y medio en el cargo Bondesío dio así el segundo golpe de timón; el primero ocurrió cuando desplazó del Geriátrico Provincial (Ayolas al 100) al director Mario Tsernostópulos.
-¿Esto implica el relevo de la directora del
Centenario, Nélida Perouch?
-Usted hizo la comparación con el Cullen de Santa Fe, ¿pero ese hospital no recibe menos pacientes?
-El Cullen ejecuta un presupuesto menor, dispone de la misma complejidad y cuenta con 300 camas, más que el Centenario. Al Cullen le llegan enfermos de toda la provincia, fundamentalmente del norte. Y junto al Iturraspe y el Alasia (de niños) contienen no sólo Santa Fe sino todo el oeste y el norte santafesino. Cuando hay problemas en Rafaela, en Esperanza, confluyen a esos hospitales; y de acá de Rosario también se han hecho derivaciones al Cullen por saturación de camas. Pero, lo importante ahora es determinar la demanda en el momento de crisis porque se van muchos recursos en complejidad y en lo esencial, esto es atención primaria de la salud y prevención, hay un notorio desfasaje.
-Usted quiere decir que es una cuestión conceptual la que debe definirse.
-Por supuesto. La complejidad en medicina es cara, y si teníamos en Rosario 19 tomógrafos cuando en Estados Unidos se calcula uno cada millón de habitantes, ello habla de la falta de planificación estratégica salud. En Santa Fe había 12. Resonadores magnéticos hay 6 en Rosario y otro por instalarse en el Centenario, cuando la ciudad andaría bien con dos. Eso explica, en parte, la gran crisis de las clínicas privadas porque montaron una sobreoferta, los equipos no los pueden sostener y los están empezando a retirar.