"Nuestro vecino Mario Rodríguez Cobos falleció el 16 de setiembre, a los 72 años en su casa de calle Pueyrredón. Sus restos fueron cremados en Córdoba y las cenizas repartidas entre sus seguidores para ser esparcidos en cada uno de los Parques de Reflexión que creó alrededor del mundo. El renacimiento del Humanismo en la tarea de sus seguidores".
Y así, entre familiares, veteranos seguidores de la primera hora y nuevos militantes se organizó la ceremonia de despedida del fundador del Movimiento Humanista. Desde allí partieron sus restos el sábado 18 rumbo a Córdoba para ser cremados, acompañados por una extensa caravana de autos. Una vez de vuelta en nuestros pagos -los mismos de Silo- las cenizas fueron repartidas para ser esparcidas en cada centro de reflexión que el líder espiritual había creado en distintos parajes del mundo. En nuestra provincia, la Ceremonia de Cenizas se realizará el próximo 4 de enero de 2011, en el Parque Punta de Vacas. Este es el centro de reflexión construido en el camino a Chile, en el mismo paraje que Silo y sus seguidores eligieron cuarenta años atrás como refugio para organizarse, luego que el gobierno militar de la época los mandara a “hablarle a las piedras” y donde el líder diera el mensaje fundacional del Humanismo, el 4 de mayo de 1969, ante doscientos incondicionales.
En nuestros pagos era común –y siempre un acontecimiento agradable- encontrarlo por las calles del pueblo cumpliendo sus ritos, como el café en Jebbs; la mesa en La Tasca compartida con Ana, su mujer, o con amigos. Siempre sonriente y con la buena onda que lo caracterizaba.
Pero hacía más de un año que Silo venía padeciendo el mal funcionamiento de sus riñones y, finalmente, el jueves 16 de setiembre un aneurisma aceleró el desenlace. A pesar de que en su vida cotidiana tomaba los recaudos necesarios para cuidarse de esta enfermedad, se había negado a someterse a intervenciones como trasplante o sesiones de diálisis. Y se fue como vivió, íntegro, sin violencia, sin forzar el destino y aceptando el fluir de la evolución.
Para sus seguidores, el Maestro “cerró las puertas de su cuerpo y lo dejó, simplemente se soltó, sabiendo que había terminado su tarea”. Ellos sostienen que su mensaje no se termina con él, sino que “las acciones realizadas siguen actuando y su influencia no se detendrá jamás”.
Enrique Guerrero
“Dejó todo muy organizado, completó su trabajo y formalizó un ciclo histórico. Nos toca ahora a nosotros transmitir la idea de la Nación Humana Universal. Darle referencia a este concepto en un mundo en que no hay referencias, en que se ha perdido el sentido. Aún no se ha tomado conciencia de la dimensión del legado del Maestro. Hoy se le da más importancia a Tinelli que a un pensador”.
Roberto Kohanoff
“Celebro haber podido llegar hasta acá. Ahora nosotros, sus seguidores, debemos continuar la transferencia a la nueva generación de las herramientas para generar una vida sin violencia, importantísimo en este mundo tan violento. El maestro nos ha dejado el camino marcado”.
Carlos Buj
“A mi lo que me conmueve es cómo Silo llevó a instancias de una militancia profunda la conciencia de la no violencia. Esto lo dijo hace 40 años y acá lo mandaron “a predicar a Vietnam, allá si que hay violencia”. En enero de 1969 dijo “este país está por estallar” y no le creyeron. Ese mismo año fue el Cordobazo y empezó una de las etapas más violentas”.
Quién fue Silo
Mario Rodríguez Cobos, un NyC de Chacras, comenzó a trascender públicamente en la década del ’60 con el apodo de Silo –ganado en su juventud por su figura alta y delgada que asemeja los depósitos cilíndricos utilizados para almacenar granos-. A pesar de que no profesaba religión alguna ni era afiliado a partido político alguno, tenía un marcado perfil de líder, que lo llevó desde la juventud a dirigir los centros estudiantiles.
Más tarde fundó el Movimiento Humanista, con seguidores en varias partes del mundo, y fue uno de los primeros dirigentes en hablar de ecología, del hombre por sobre todas las cosas, del desarme nuclear y tantos temas que por aquellos años nadie tomaba en serio. Y fue justamente su prédica, de fuerte contenido espiritualista y humanista, la que lo llevó a trascender en medio de una época en la que reinaba el poder de la razón, representado en las instituciones estatales y religiosas con sus grandes mandatos homogeneizadores.
Por ello, debido a sus postulados que festejaban la diversidad y la equidad, tan alejados de los que proponían los grandes dogmas del sistema imperante por aquellos años, fue rápidamente calificado de subversivo. Esto le ocasionó la persecución ideológica de los gobiernos militares de entonces, tanto como el repudio de la iglesia católica.
Aún así, su pensamiento fue expandiéndose, primero por América Latina y luego por el mundo, especialmente Europa, donde Silo es una figura muy reconocida y se dice que se encuentra el 60% de sus seguidores.
Desde hace más de 10 años que se encontraba alejado de la dirección del Movimiento Humanista y según afirmara a Correveidile en oportunidad de su tercer mensaje en Punta de Vacas en 2004, así está bien porque sin él “funciona mejor”. Por eso desde entonces su vida transcurría plácidamente en Chacras, dedicado a la escritura, al pensamiento y a acompañar la creación de los centros de reflexión donde se difunde su mensaje.
En 1991 recibió el título Doctor Honoris Causa de la Academia de Ciencias de Rusia y en noviembre de 2009 dio su último discurso público, en Berlín, durante la X Cumbre de Premios Nobel de la Paz. Allí le fue entregada la “Carta por un Mundo sin Violencia” redactada por los premios nobel participantes, entre ellos Mijail Gorbachov, Muhammad Yunus y Lech Walesa. En aquella ocasión Silo alertó sobre la creciente pobreza en vastas regiones del planeta y la proliferación de armas nucleares como “las máximas urgencias del mundo actual”.
Escribió nueve libros. En 2002 fue publicado el segundo tomo de sus Obras Completas, que han sido traducidas a casi todos los idiomas oficiales y varios dialectos.
No violencia
A diferencia de paz, que implica una actitud pasiva, el concepto de no violencia significa un trabajo activo y comprometido contra todo tipo de violencia.
El Siloísmo
Tiene actualmente en el mundo más de un millón de seguidores.
Con un cuerpo de pensamiento cercano al existencialismo en lo referente al sufrimiento humano, aconseja terminar con él emprendiendo un camino hacia el autoconocimiento y una profunda espiritualidad.
Su centro de atención es el Hombre, alejado de los dogmas religiosos. Valoriza la fuerza interior que existe en cada ser humano y el vivir con convicción y alegría.
Políticamente cercano al pensamiento de izquierda, el siloísmo da marco doctrinario a innumerables asociaciones sociales y culturales activas en todo el mundo, además de ser el fundamento del Partido Humanista, brazo político del Movimiento del mismo nombre. Silo nunca fue parte activa de este Partido, pero sí traccionó, por ejemplo, en ocasión de las elecciones de 1999, apareciendo en las fotos de campaña junto a Lía Méndez, la candidata a presidente del PH.
El Movimiento Humanista se sostiene con el aporte de sus seguidores, aunque aseguran que Silo también aportaba de su propio bolsillo. Ejemplo de esto fue la colocación del monolito en Punta de Vacas, en 2004, solventado por el Maestro, además de la misma construcción del Parque, en la que los seguidores colaboraron desde los inicios del proyecto.
Contábamos en Correveidile en mayo de 2004
“Silo volvió …y fue miles. Minutos después de las 13 horas del martes 4 de mayo el hombre subió al podio, saludó con tres dedos en alto, paseó lentamente su mirada sobre la gente en un manejo magistral de las pausas, sonrió y dijo:”Hemos fracasado…, pero insistiremos, porque volamos en un pájaro llamado intento”.
Fue en ocasión de su tercer mensaje, brindado en el Parque de Punta de Vacas, sobre la ladera del mismo cerro en el que habló la primera vez a sus seguidores. En esta ocasión Silo realizó el relanzamiento del Nuevo Humanismo, basado en la cultura de la No violencia como actitud existencial, en un acto de multitudinaria convocatoria –más de 5000 personas- para envidia de muchos dirigentes.
De fuerte tono ideológico, aquél tercer mensaje de Silo consagró a la resistencia como forma de luchar contra la violencia en todas sus expresiones. No sólo la violencia física, sino también la económica, racial, religiosa, sexual, psicológica y moral.
Evocó las luchas de Mahatma Ghandi y de Martín Luther King a favor de la Paz y aseguró que vale la pena seguir intentando cambiar el mundo.
Negó que haya llegado el fin de la Historia y de las Ideas y exhortó a oponerse a “la visión zoológica de la vida, que sostiene la supervivencia del más apto”. Sostuvo que “el derecho para algunos pocos termina siendo el derecho de nadie”.
Realizó un análisis histórico de los acontecimientos que golpean al mundo, como las guerras, la explotación humana y la crisis que sufre la Humanidad y reconoció -con una humildad de la que carecen muchos dirigentes- “el triunfo provisorio de la cultura del antihumanismo y el fracaso de nuestros ideales que no hemos podido cumplir”. Pero seguidamente advirtió “que los triunfadores de hoy no tienen asegurado el futuro porque una nueva espiritualidad comienza a expresarse en todo el mundo”.
Aquél mensaje rescató los valores de solidaridad, igualdad, no violencia y diversidad cultural. Puso “al hombre por sobre todas las cosas” y reinvindicó la igualdad al sostener que “ningún hombre debería estar por encima de otro”.
En el ámbito privado, instó a vivir más coherentemente, “haciendo coincidir lo que se piensa, se siente, se dice y se hace, para terminar con la hipocresía”.
E invocó al libre arbitrio al sostener “…que cada cual sabrá si decide o no acompañar este cambio y cada cual comprenderá si busca o no una renovación profunda en su propia vida”. Sabias palabras las suyas… Don Silo.
Fuente: Periódico www.correveidile.com.ar