
Al final remató: «Me voy a ir a bañar y me visto de presidente».
Vestía chaquetas de cuero negro. Cantó temas de Charly García y Los Ratones Paranoicos ante miles de seguidores. Saltó y sacudió sus brazos en un escenario con fuegos artificiales. Y al final remató: «Me voy a ir a bañar y me visto de presidente».
Argentina tiene una larga historia de conciertos de rock para todos los gustos, pero el que protagonizó en la noche del lunes su presidente, Javier Milei, ha sido especial: un acto político de efectos inciertos.
El show se desarrolló en un mini estadio de Buenos Aires mientras el país tiene grandes desafíos económicos pendientes y distintos escándalos de corrupción salpican al gobierno del mandatario-rockero Javier Milei.
El último de esos casos polémicos fue la renuncia el domingo del candidato oficialista a diputado por la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, por presuntos vínculos con un empresario acusado de narcotráfico en Estados Unidos.
Espert encabezaba la lista y aparece su foto en las boletas de votación, algo que Milei quiere cambiar reimprimiendo todo, pero eso lo decide la justicia electoral en consulta con todas las fuerzas políticas que ya adelantaron su negativa.
Milei quiso, también, volver a ordenar los nombres de la lista de candidatos poniendo al tercero como primero (Santilli) pero ya fue denegado por la justicia electoral.
Este nuevo escándalo se suma a los ya conocidos casos de corrupción por $Libra, 3% de las «Coimas de Karina», y numerosas denuncias a Milei por excesos, irregularidades e incumplimientos de los deberes de funcionario público.
Y todo esto ocurre, cuando el gobierno de Milei busca (otra vez) ayuda financiera urgente y directa desde Washington, y que llegue antes de las elecciones legislativas del 26 de este mes. Algunos analistas mencionan que la urgencia de dólares es para que el Ministro de Economía (Luis Caputo) pueda entregarlos a sus socios de JPMorgan y otros grupos económicos para salir a tiempo de la bicicleta financiera y fugar esos dólares de Argentina antes del colapso inevitable de la economía, con posible default.
Las encuestas siguen mostrando que la credibilidad y la imagen de Milei y de sus candidatos caen en picada, algo que «los mercados» (buitres financieros) y el gobierno de Trump están midiendo para conceder o no el apoyo solicitado.
Para dar un impacto de imagen, Milei necesita ganar en Argentina o alcanzar un porcentaje más o menos similar a las otras fuerzas políticas. Pero además necesita los votos para tener más diputados afines en el Congreso y seguir avanzando con la quita de derechos y la entrega del patrimonio del estado a manos extranjeras, que es lo que ha hecho hasta ahora y anunció que quiere acelerar.