Discurso de la primera ministra de Barbados, Mia Amor Mottley, ante el 79° Periodo de sesiones
Por Ángel Sanz Montes. Pressenza.com. Medio Ambiente
¿Puede seguir siendo noticia un discurso pronunciado en la Sala de la Asamblea General de las Naciones Unidas (United Nations General Assembly Hall), un 27 de septiembre de 2024? Es decir. ¿hace apenas 1o meses?
Si. Definitivamente si, y te animo a que lo descubrirás al leerlo y seguir sus argumentos. Discurso completo de Mia Amor Mottley, por Barbados. Bajo esta entradilla tienes el texto completo traducido y un enlace al .PDF original, al final del artículo.
Cuando escuché a Mia Amor Mottley, por primera vez hablar desde la tribuna del orador en la ONU, en medio de esa enorme e imponente Sala de la Asamblea Gral. de la ONU habían pasado ya unos meses. Fue descubrimiento esta mujer. Recuperar aquí su discurso en el que invocaba serenamente el recuerdo de los siglos de comercio esclavista y colonialismo que marcaron la historia del Caribe, Africa, Asia y Oceanía, no lo hacía desde la nostalgia o el resentimiento, sino desde la memoria crítica de una herida de antaño que explica el presente. Sigue siendo actualidad,
Mia Amor Mottley, en algún otro discurso también se preguntaba, retoricamente, —»¿Cómo exigirles hoy a las naciones Africanas o a países diminutos e insulares como el mío, a donde les trajeron esclavos desde tan lejos», —decía dejando una pausa, —»a que ‘compitan’ en igualdad de condiciones con demás naciones del Mundo. Si durante doscientos años nos arrebataron no solo los recursos o materias primas, si no tambien a sus hijos más fuertes. Los secuestraron, los arrancaron de sus raíces y los redujeron a instrumentos de riqueza ajena como esclavos o trabajadores forzados en tierras desconocidas para ellos.»
La violencia del pasado colonial, postcolonial, neocolonial y en la actualidad
Como lector, entendí que Mía Amor se refería a aquella violencia sistemática colonial que antaño no solo saqueó países, cuerpos y vidas. Sino a que todavía hoy continúa drenando el futuro de esos países y regiones, condenando sus pueblos a la pobreza, por el extractivismo con precios a la baja de sus materias primas. Igual que antaño se llevaban de allí a los mejores de sus jóvenes a la esclavitud, hoy se siguen llevando sus riquezas a precio de ganga. Aunque algunos den por terminado el periodo más vergonzante del colonialismo, el de la esclavitud, se sigue obligando a esos países a reconstruirse desde la carencia y menosprecio.
Por eso entiendo que sigue siendo noticia el discurso de Mía Amor Mottley, cuando habla de la trampa del «reinicio» y pretender que África, el Caribe o antiguas colonias del Oriente británico sean sociedades estables y homologables a las de las potencias coloniales. Igualarse a Naciones que crecieron y se hicieron poderosas basándose en despojar lo más valioso de esas zonas, que ahora llamamos con los eufemismos de “subdesarrolladas” o “en desarrollo” o “emergentes”. Pretender que los países en desarrollo asuman el mismo nivel de esfuerzo para contrarrestar los problemas globales y aportar a la sostenibilidad que los países desarrollados, es desconocer la historia y las condiciones que han marcado su situación actual. Exigir esa simetría es ignorar la injusticia estructural e histórica, que sigue latiendo bajo la piel del sistema internacional.
De ahí la firmeza de Mottley: «el desarrollo no puede medirse sin memoria, ni la equidad puede exigirse sin reparar las bases de una desigualdad que fue diseñada para el expolio.” Por cierto, ella es la Primera ministra de Barbados desde el 25 de mayo de 2018, siendo la primera mujer en ocupar este cargo y la primera en liderar bajo el régimen de República, tras haber hecho y ganado campaña para dejar atrás la tutela post colonial y salir del mandato de la monarquía de la Commonwealth.
—Señor presidente, Colegas, Amigos,…
Los que estamos hoy aquí, representando a nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo, hemos soportado cuatro años de “policrisis”. Como hijos de la Madre Tierra, seguimos lidiando con la Crisis Climática. Como familia humana, enfrentamos el legado de la pandemia. Como pueblos digitalmente conectados, ahora nos vemos confrontados a diario por múltiples teatros de guerra y conflictos armados. Los ciudadanos de todos los países luchan por contener el aumento del costo de vida. Y ahora todos estamos amenazados por la segunda pandemia silenciosa: la Resistencia Antimicrobiana, junto con la creciente incidencia de muertes y discapacidades por enfermedades crónicas no transmisibles.
Si alguna vez hubo un momento para hacer una pausa y reiniciar, es ahora.
Colectivamente, como comunidad internacional, e individualmente como líderes en cada uno de nuestros países, debemos ofrecer nuevas oportunidades y soluciones a estas crisis que frenan el crecimiento económico, restringen las aspiraciones de nuestros pueblos y adormecen nuestro sentido de la belleza y la bondad que el mundo tiene para ofrecer.
El reinicio que exijo y que, de hecho, todos nuestros ciudadanos demandan, debe poner fin a todas las formas de discriminación. Las normas e instituciones actuales, que crean ciudadanos de primera y segunda clase según su nación de origen, socavan la confianza, la credibilidad y la esperanza, y fomentan una crisis de confianza en el orden internacional existente, que debe volverse inclusivo y receptivo para todos.
Las estructuras neocolonialistas que reflejan y perpetúan un viejo orden mundial caracterizado por el racismo, el clasismo y la misoginia, mientras ignoran las aspiraciones legítimas de miles de millones, no ayudarán a fomentar la esperanza o la confianza.
Debemos garantizar que las instituciones globales otorguen a los países en desarrollo, especialmente a los pequeños y vulnerables como el mío, asientos en las mesas de toma de decisiones donde podamos ser vistos, escuchados, convertirnos en agentes activos de nuestra propia causa y liderar nuestros propios paradigmas de desarrollo.
Recordamos que 2024 es el último año del Decenio Internacional de los Afrodescendientes de la ONU. Se ha logrado mucho, pero el objetivo del Decenio —»reconocimiento, justicia y desarrollo para los afrodescendientes»—, por decir lo menos, aún no se ha realizado plenamente.
Es por esta razón que Barbados y la Comunidad del Caribe se unen al creciente clamor por la proclamación inmediata de un segundo decenio, para completar el trabajo pendiente y abordar el tema de las reparaciones por la esclavitud y el colonialismo. Esta es una conversación compleja pero necesaria. Y la Comunidad del Caribe está resuelta a que esto ocurra. Su solución radica en un enfoque multigeneracional, tal como la deuda de 20 millones de libras esterlinas incurrida para compensar a los esclavistas en el siglo XIX solo se pagó en el siglo XXI, casi 200 años después.
—Señor presidente,
Necesariamente, el reinicio debe caracterizarse por una reforma institucional que debe comenzar en esta misma ONU. Los consejos que sugieren que algunos son miembros plenos y otros solo miembros parciales, a tiempo parcial u ocasionales, no tienen cabida en el siglo XXI. La ira y la desconfianza de nuestros ciudadanos hacia las instituciones, los líderes y el multilateralismo —y sus procesos que excluyen, generando muchas palabras y pocas acciones— son muy reales.
Y en ningún lugar son más importantes la reforma y, en consecuencia, la confianza y la esperanza, que en relación con la arquitectura financiera global. El acceso restringido al capital, su costo desproporcionadamente alto, su escala inadecuada y la abrumadora carga de la deuda, se combinan ahora para obligar a los gobiernos de los países más pobres del mundo, y francamente de muchos países vulnerables de ingresos medios, a destinar más recursos al servicio de la deuda que a la salud, la educación y la infraestructura juntos.
Para demasiados miembros de la familia humana, parafraseando a Bob Marley, «el suelo frío es su cama y la piedra su almohada». Demasiados millones se acuestan con el estómago vacío. Y demasiados no tienen cama. Por lo tanto, nuestro reinicio (reset) debe construir colectivamente una agenda común que refleje y refuerce nuestra humanidad compartida. Es esa humanidad compartida la que nos une.
—Señor presidente,
Nuestros hermanos y hermanas africanos acertaron con su principio de Ubuntu: «Yo soy porque tú eres; yo soy porque nosotros somos». Mi bienestar está ligado al suyo, y nuestro bienestar colectivo está conectado al de la Madre Tierra. Esto expresa mejor el enfoque necesario para dar forma al reinicio.
Sin embargo, hay destellos de esperanza.
Por ejemplo, el lunes acordamos un Pacto por el Futuro. Hemos acordado un Compacto Digital Global. Hemos acordado una Declaración para las Generaciones Futuras. Todo esto se basa en la Agenda Común que había establecido el Secretario General.
Ayer también acordamos en una Reunión de Alto Nivel una Declaración Política sobre la Resistencia Antimicrobiana. Tras la intervención de la Iniciativa Bridgetown y el Pacto de París para los Pueblos, y los esfuerzos de muchos, la esperanza también es evidente en los inicios de la reforma de la arquitectura financiera internacional.
Todos estos son pasos importantes, pero no podemos perder de vista el objetivo final.
El llamado de Barbados a un reinicio fundamental incluye tanto actitudes como acciones o reformas.
Los Jefes de Gobierno coinciden en que debemos impulsar agendas nacionales de desarrollo transformador con rapidez y escala. Sin embargo, la falta de claridad de propósito y voluntad política frena el progreso en la tan necesaria reforma de las Instituciones Financieras Internacionales si han de estar a la altura de los desafíos actuales de los Estados Miembros, y si no queremos perpetuar prácticas discriminatorias que socavan las oportunidades de transformación.
Amigos, es precisamente por eso que lanzamos una tercera iteración de la Iniciativa Bridgetown, que identifica tres principios clave:
Primero, debemos cambiar las reglas del sistema financiero internacional y reformar su gobernanza e instrumentos.
Segundo, debemos proteger a las economías vulnerables de los shocks, abordando la deuda y la liquidez de manera integral y centrada en el desarrollo.
Tercero, debemos aumentar la financiación potenciando la capacidad de los países para invertir en resiliencia mediante varios medios, incluida la reorientación de los Derechos Especiales de Giro a través de nuestros socios multilaterales de desarrollo. De hecho, debemos abordar el desafío de cómo aseguramos los bienes públicos globales y cómo los financiamos. No es solo la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, sino todos los demás desafíos globales que enfrentamos. Señor Presidente, estas consideraciones son de fundamental importancia para la existencia sostenible de las generaciones futuras.
—Señor presidente,
La Agenda de los PEID (Pequeños Estados Insulares en Desarrollo) es otra historia de promesas incumplidas. Hace treinta años, la comunidad internacional se reunió en Barbados para actuar —por primera vez— sobre los desafíos únicos que enfrentan los PEID. Dimos a luz en mi país natal a la primera agenda global para los PEID, conocida como el Programa de Acción de Barbados.
Agradezco a Islas Mauricio por su Estrategia de Implementación, a Samoa por su Hoja de Ruta, como portadores del testigo de una agenda de desarrollo para los PEID. En los años intermedios, frente a múltiples crisis globales —de salud, clima y finanzas—, las vulnerabilidades de los PEID se han vuelto más pronunciadas. En mayo de este año, nos reunimos en Antigua y Barbuda para la cuarta conferencia internacional sobre PEID. Hago un llamado a la comunidad internacional y al sistema multilateral para que trabajemos juntos y aseguremos que la promesa creada en Bridgetown en 1994 se realice mediante la implementación de la ABAS: la Agenda de Antigua y Barbuda para los PEID 2024.
Permítanme aprovechar esta oportunidad para informar que, hace dos días, Barbados asumió la presidencia del Foro de Vulnerabilidad Climática (FVC) (países V20) de Ghana, a cuyo presidente agradecemos por la excelente gestión del Grupo durante los últimos dos años. Las prioridades de mi mandato serán las múltiples dimensiones del cambio climático, el impacto del cambio climático en la salud humana y la cuestión de la deuda y el clima. Invito a todos los Estados Miembros de la ONU vulnerables al clima, que aún no lo hayan hecho, a unirse a los otros 70 países del FVC para fortalecer nuestra voz colectiva, potenciar nuestros esfuerzos de incidencia y abordar la crisis climática con urgencia.
Les recomiendo la Declaración de los Líderes del Foro de Vulnerabilidad Climática, adoptada el miércoles 25 de septiembre de esta semana.
—Señor presidente,
Sobre todo, se necesita un reinicio para asegurar una paz global. Hay pocas áreas donde el mundo necesite más a la ONU y a nuestra acción colectiva que en las áreas de paz y seguridad.
Los conflictos que han envuelto a Sudán, Ucrania, Myanmar, Israel y Gaza, y ahora Líbano, son solo la punta de un iceberg de muerte, violencia e inestabilidad. Incluso la guerra más larga de la historia llegó a su fin. Estas también terminarán, pero la pregunta es a qué costo y con cuántas vidas perdidas. Personas inocentes están pagando el precio con sus vidas.
A menos que abordemos las causas profundas de estas guerras y la forma en que se sostienen, conoceremos más de lo que jamás necesitamos saber sobre la guerra y los rumores de guerra.
La transmisión en tiempo real de estas escenas de horror a los dormitorios y salas de estar de las personas desencadenará dos reacciones extremas, ninguna de las cuales es aceptable: la insensibilización de la gente común ante la pérdida de vidas, especialmente de niños y mujeres inocentes, por un lado; y la ira y la inclinación a la venganza que esto genera, por el otro. Necesitamos paz. Debemos trabajar por la paz.
En medio de este torbellino, Barbados dio este año el paso de reconocer y establecer relaciones diplomáticas con el Estado de Palestina. Lo hicimos porque nos queda claro que el Estado y el pueblo de Palestina tienen derecho al pleno reconocimiento, integración y apoyo de la comunidad internacional. Nos unimos a otros para felicitar al Estado de Palestina por ocupar un asiento entre los Estados Miembros de la ONU el 10 de septiembre de 2024.
Condenamos las acciones de Hamás. También deploramos enérgicamente la catástrofe humanitaria en Gaza, resultado del uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel. No hay justificación para ello. Por eso existen tratados que rigen las reglas de enfrentamiento en la guerra.
Una solución de dos Estados, por más esquiva que parezca ahora, es la única respuesta.
Insistimos en que la matanza en Ucrania debe cesar. Se debe permitir al pueblo de Ucrania vivir dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de su estado, en paz y libres de la amenaza o el uso de la fuerza.
Debe haber un compromiso singular para construir la paz.
—Señor presidente,
Mi propia región no ha escapado al flagelo de la inestabilidad y la violencia. Las Américas no constituyen un teatro de guerra, pero hoy somos testigos de una escalada sin precedentes en el número y calibre de armas de asalto que terminan en manos de criminales que están causando estragos en los sistemas legales y sociedades de los pequeños estados insulares del Caribe y los países de Centroamérica y América Latina.
Este flagelo, causado por armas fabricadas en los Estados Unidos, también requiere un reinicio fundamental. El derecho de las personas a portar armas en países que no están en conflicto militar no debería ser una puerta abierta para aceptar armas de asalto.
El destino del pueblo de Haití sigue estando en el centro de las preocupaciones de la región del Caribe.
La comunidad global tiene ahora la oportunidad de un reinicio esencial en cómo aborda su relación con Haití y apoya un cambio transformador en esa hermana nación caribeña, brindando al pueblo y gobierno de Haití el pleno apoyo de la comunidad internacional a corto y largo plazo.
Eso comienza extendiendo el mandato de la Fuerza de Seguridad Multinacional de Apoyo, intensificando el trabajo de la ONU y desplegando todas las herramientas de cooperación bilateral, regional y global, incluso cumpliendo y luego aumentando significativamente los fondos prometidos para ayudar a la estabilización y restauración de Haití.
La Comunidad del Caribe ha estado trabajando arduamente para apoyar a nuestro Estado miembro más grande; incluso mediante los esfuerzos del Grupo de Personas Eminentes de ex primeros ministros de CARICOM, que ha estado profundamente involucrado en la búsqueda de consenso político en Haití.
Permítanme hacer una pausa para saludar el notable liderazgo de Kenia. Después de muchos retrasos, y en lo que representa un precedente histórico, un país africano ha tomado la iniciativa en ayudar a abordar un desafío de paz y seguridad más allá de su propio continente.
—Señor presidente,
También debo observar que el continuo embargo a Cuba y la injusta designación de ese país como Estado patrocinador del terrorismo contradicen todo lo que sabemos sobre Cuba. En todo el mundo, y especialmente en el Caribe, incluido Barbados, Cuba ha sido un socio valioso en una variedad de áreas de interés común, ninguna más que en el campo de la salud pública. Es hora de levantar el cruel e injusto embargo, condenado cada año por esta misma Asamblea. Oramos para que el pueblo de Cuba y el pueblo de Florida se recuperen de la devastación del Huracán Helene, así como hemos tenido al pueblo de Nigeria en nuestras oraciones tras las mortales inundaciones. Hemos tenido que trabajar arduamente con nuestra propia gente en Granada, Carriacou y Petite Martinique, San Vicente y las Granadinas, Jamaica y mi propio país.
La «Temporada de Superlativos» con sus inundaciones y sequías, sus huracanes e incendios, se llevará las vidas y los medios de subsistencia de tantos. La Crisis Climática nos golpea casi semanalmente en todo el mundo. Los negacionistas necesitan un reinicio: un reinicio que admita la absoluta necesidad de una acción colectiva de todos nosotros para salvar nuestra forma de vida y nuestro planeta.
—Señor presidente,
Al comienzo de esta semana, los cielos estaban oscuros. Ya no lo están.
Salimos de Nueva York, notando que las nubes se están disipando, conscientes de que el sol asoma, llenándonos de una sensación de esperanza renovada de que un reinicio no solo es posible, sino necesario.
Esa esperanza brota del Pacto por el Futuro y las muchas declaraciones que hemos hecho, en los términos en que mis colegas líderes hablaron, captando en esencia el concepto de reinicio, incluso si no lo llamaron así.
Es como si todos entendiéramos y aceptáramos verdaderamente el desafío de elevarnos para resolver las grandes dificultades y corregir los errores que han plagado a nuestra generación y a nuestro planeta.
El reconocimiento de la necesidad del reinicio es el primer paso; la eterna vigilancia debe ser nuestra compañera mientras damos los pasos para transformar nuestras actitudes, nuestras instituciones, nuestras reglas, para que sean aptas para satisfacer las necesidades de nuestros pueblos y países en esta tercera década del siglo XXI.
—Señor Presidente,
No puedo pensar en una mejor manera de concluir que con una canción del calypsoniano barbadense Edwin Yearwood, que encuentro verdaderamente apropiada:
«Una voz en mi cabeza sigue hablándome
Me dice que el camino es largo
Me dice que debemos ser fuertes
Soporta el dolor y la lucha
Hoy es el comienzo del resto de tu vida».
Que la nueva esperanza fomentada aquí esta semana señale el comienzo de un Nuevo Trato para los pueblos y países del mundo cuyas voces y presencia han sido reconocidos demasiado a menudo como meras estadísticas, y no con la dignidad humana que es su derecho de nacimiento y su derecho conferido por estas Naciones Unidas.
—Señor Presidente, le agradezco la oportunidad…
[… fin del discurso].
Actualización a julio 2025: Barbados y los BRICS
Mientras los BRICS avanzan en su expansión, habiéndose sumado nuevos miembros plenos y países asociados en 2024 y 2025, Barbados mantiene una postura prudente y neutral. La primera ministra Mia Amor Mottley no ha manifestado intención de que su país se sume por el momento, tampoco como observador. Su estrategia sigue centrada en consolidar primero las redes de cooperación económica e institucional dentro del Caribe y con América del Sur, además de impulsar reformas financieras globales a través de la Iniciativa Bridgetown. Entiende que sus países son demasiado pequeños para sumarse a los BRICS, y si acaso deberán hacerlo desde una organización que les represente como bloque.
En paralelo, el gobierno barbadense si ha mostrado permeabilidad hacia ofertas chinas planteadas en términos de “interés mutuo” y sin injerencia política, participando activamente en la Franja y la Ruta y en la Iniciativa de Desarrollo Global. Sin embargo, Mottley insiste en que los pequeños Estados insulares dependen por su tamaño y fragilidad más que nadie «de un orden internacional basado en reglas claras», lo que la mantiene distante de alineamientos rígidos y de los atribulados momentos por los que pasa el Orden Mundial.
En perspectiva analítica: esta cautela es estratégica. Barbados enfrenta desafíos financieros ligados a la deuda y a la vulnerabilidad climática, lo que podría llevarla en los próximos años a profundizar acuerdos con potencias que ofrezcan financiamiento estable y transferencia tecnológica sin condiciones políticas. Si los BRICS logran consolidar mecanismos alternativos de liquidez, acceso a crédito y cooperación energética, no es descartable que Bridgetown reevalúe su posición. Por ahora, Mottley sigue apostando por el multilateralismo clásico, mientras observa con atención el nuevo mapa económico que se dibuja.
Espíritu o lecturas específicas que puede tener este y otros discursos de Mía Amor Mottley, en la ONU
También resulta revelador su otro discurso, ya del 6 abr 2024, también desde la ONU, en que viene a declarar que:
«Nos encontramos en la primera línea de demasiados desafíos. Problemas de estar incluídos en «listas negras» que destruyen nuestros sectores financieros. Inmersos en el flujo ilícito de armas, hasta el punto en que la facilidad con la que cualquiera puede entrar en un espacio público y masacrar a todos los presentes, como mucho se considera “otra noticia más” sobre la situación en nuestros países. Eso sin pensar y aclarar que sucede porque preferimos, priorizar las ganancias en la fabricación y el comercio de armas. ¿Y las enfermedades no transmisibles que diezman a nuestra gente de las maneras más insidiosas? Eso sucede porque permitimos poner precios y condiciones a los medicamentos y los insumos alimentarios, para que se enriquezcan unas pocas corporaciones multinacionales. Su amarga decisión mercantil se convierte en la norma de lo que comemos o cómo vivimos.
Sin embargo, no venimos aquí como mendigos ni pedimos caridad. Venimos como pueblos orgullosos que han dado al mundo excelencia: líderes, artistas, deportistas, Nobel. Lo que pedimos no es dádiva, sino espacio: espacio fiscal y político para innovar, para adaptarnos, para prosperar. Queremos un orden internacional justo para todos y no para unos pocos; que entienda que la igualdad no consiste en negar nuestras diferencias, sino en actuar con equidad. Creemos que aún es posible un mundo donde el diálogo pese más que la fuerza, donde la diversidad una y no divida, y donde el poder sirva al bien común. Ese fue el compromiso por el que nos unimos a esta comunidad de naciones.»
Este segundo discurso, que solo extractamos, no tiene desperdicio, porque la Primera Ministra de Barbados volvió, valientemente, a poner en su sitio a Occidente. El enlace al discurso completo está al comienzo de este apartado. Subtitulado es fácil de seguir.
Notas de la traducción:
- Se mantuvieron términos clave como «policrisis», «reset» (traducido como «reinicio»), «Ubuntu», «Iniciativa Bridgetown», «PEID» (SIDS), «Foro de Vulnerabilidad Climática» (CVF), «V20», y «ABAS» (Agenda de Antigua y Barbuda para los PEID).
- En las citas poéticas (Bob Marley, Edwin Yearwood) prioricé la esencia sobre la métrica.
- Se contextualizaron referencias geopolíticas (Haití, Cuba, Palestina) para mayor claridad.
- Se ha intentado reflejar el tono de urgencia moral y el llamado a la acción del discurso original de la oradora.
Ángel Sanz Montes
Nota original en: PRESSENZA.COM