Su formación y duración han sido objeto de debate, ya que no se sabía con certeza si hemos estado viendo el mismo fenómeno todo este tiempo.
La emblemática Gran Mancha Roja de Júpiter es una enorme tormenta que se arremolina en la atmósfera del mayor planeta del sistema solar desde hace años.
La Mancha Roja tiene al menos, y por ahora, una longevidad de más de 190 años. En 1879 tenía un tamaño de 39 000 km en su eje más largo y ha ido contrayéndose a la vez que se ha redondeado. ¿A qué se debe este suceso? Y ¿qué esconde está mancha de Júpiter?
¿Es la Gran Mancha Roja de Júpiter una impostora?
Al parecer la Gran Mancha Roja de Júpiter, es un enorme vórtice anticiclónico, es decir, que gira en sentido contrario a las agujas del reloj, y es más grande que la Tierra, con vientos que superan los 400 km/h.
Pero, no es hasta el estudio de la Universidad del País Vasco, de la Universitat Politècnica de Catalunya –BarcelonaTech (UPC) y del Barcelona Supercomputing Center–Centro Nacional de Supercomputación (CNS-BSC) que se ha podido analizar las observaciones históricas desde el siglo XVII y desarrollado modelos numéricos para explicar la longevidad y naturaleza de este impresionante fenómeno meteorológico.
Y es que, siempre hemos pensado que la Mancha de Júpiter era permanente, esté nuevo estudio logra demostrar que se trata de una tormenta más nueva y más joven.
El llamativo aspecto de Júpiter presenta franjas y manchas compuestas por bandas de nubes que rodean el planeta y tormentas ciclónicas. Sus colores proceden de la composición de las distintas capas atmosféricas, compuestas individualmente por gases de amoníaco, hielo de agua, azufre y fósforo, según la NASA. Las rápidas corrientes en chorro esculpen y estiran las nubes en largas bandas.
Las tormentas ciclónicas en Júpiter pueden durar años porque el planeta gaseoso no tiene una superficie sólida, lo que puede ralentizar las tormentas, si embargo, a partir de las mediciones de tamaños y movimientos, la ciencia dedujo que es muy improbable que la Gran Mancha Roja actual fuera la ‘Mancha Permanente’ observada por Cassini.
Y es que, en 1879 tenía un tamaño de 39 000 km en su eje más largo y ha ido contrayéndose a la vez que se ha redondeado hasta alcanzar los 14 000 km actuales, lo que supone está es nueva. Por eso, los resultados indican que, si bien en ambos casos se forma un anticiclón, este difiere en su forma y propiedades dinámicas de los de la actual Gran Mancha Roja. Pensamos que de haberse producido uno de tales inusuales fenómenos, seguramente sus consecuencias en la atmósfera hubieran sido observadas y reportadas por los astrónomos anteriormente.