“Ser malhablado” tiene sus beneficios, sobretodo para nuestra salud.
Según la ciencia, decir groserías es un estimulo positivo para nosotros mismos, esto se debe a que anula el miedo, dolor y toda percepción semejantes a ellos.
Aunque no es la única razón, pues también influye más allá de los aspectos psicológicos, los físicos son alterados de igual forma pues los gestos visuales puede tener el mismo efecto positivo para el cuerpo, tras decir las groserías.
Por está razón decir groserías es beneficioso para tu salud mental
Desde que éramos pequeños, nuestros padres nos han dicho una y otra vez que “nos iban a lavar la boca con jabón” por soltar algún que otro improperio. No obstante, si bien esta “amenaza” parece bien fundamentada con respecto al decoro social, la ciencia no está de acuerdo.
Al parecer, decir groserías tiene muchos beneficios a nivel psicológico que van desde la mitigación del dolor tras un golpe hasta el hecho de parecer más honesto ante otras personas. Es decir, aunque en el contexto general las palabrotas son expresiones geográficas que dependen del contexto, cultura y ubicación, sirven de desahogo en ciertas ocasiones. Sin embargo, no es recomendable usarlas en público.
Además, según la ciencia, en la mayoría de los casos es favorable hacer esté desahogo, ya que, maldecir no sólo alivia el dolor físico, sino que también ayuda a aliviar los sentimientos heridos. Aunque se debe tener cuidado de que no se vuelvan un mecanismo para huir de la realidad.
Beneficios físicos y psicológicos de decir palabrotas
- Puede considerarse un acto de sublimación mediante el cual canalizamos nuestra ira, una salida “más saludable” para ayudar a liberar nuestras emociones negativas.
- Ayuda a desarrollar nuestra resiliencia interna y nuestra confianza en medio de la tensión y el estrés.
- La reacción tanto emocional como física que provoca pronunciar esa palabra nos ayuda a recargarnos de energía, muy necesaria en ese preciso momento.
- Al insultar, demostramos que tenemos el poder de controlar una situación y que la situación no nos controla a nosotros.
- Si se hace correctamente, en las circunstancias adecuadas y con las personas o el grupo adecuados, también puede indicar que somos abiertos, confiables y divertidos.
- Decir groserías suponen una mejora de la circulación sanguínea, un aumento de los niveles de endorfina y serotonina y una agradable sensación de calma, control y bienestar.
Fuente: Ecoosfera