Si eres alguien que ama hacer ejercicio y está preocupado por el rebote en tu cuerpo al dejar de hacerlo, eso podría ser la menor de tus preocupaciones pues la disminución considerable de la actividad física, traería otras consecuencias.
Hace un tiempo, alguien nos dijo “Sonríe, que nadie te quite tu sonrisa”, está frase animo a más de uno, pero nuestra sonrisa podría cambiar al igual que nuestro cuerpo. Y es que, independiente de la edad, hacer ejercicio brinda una serie de beneficios para la salud, ayuda a prevenir enfermedades y mejora de manera integral la calidad de vida.
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¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando dejas de hacer ejercicio?
Mucho se habla sobre los cambios que el deporte puede hacer en tu cuerpo, algunos de ellos visibles, como la tonificación o la pérdida de grasa, y otros no tan evidentes pero igual o más importantes, pero ¿qué es lo que pasa cuando por alguna razón dejas de hacer ejercicio?
Ya sea por vacaciones, una lesión o simplemente porque ya no tienes tiempo de realizar un tipo de actividad, el cuerpo así como reacciona cuando lo mantiene con energía, también cuando está sin alguna actividad, te decimos exactamente que pasa:
Efectos a una semana de no realizar actividad física
- Disminución de la condición física: la capacidad cardiovascular y resistencia muscular pueden reducirse notablemente, aunque para otros puede pasar desapercibido.
- Baja del metabolismo basal: cantidad de calorías que el cuerpo necesita para mantener sus funciones básicas en reposo. La inactividad puede llevar a su disminución debido a la pérdida de masa muscular, ya que el cuerpo utiliza menos energía, acumulando una cantidad considerable como reserva.
Efectos a dos semanas
- Pérdida adicional de condición física: disminución significativa en la capacidad aeróbica.
- Cambios en la composición corporal: aumento de grasa corporal y disminución en la masa magra (músculos y otros tejidos no grasos).
- Disminución de la resistencia: pérdida de las adaptaciones fisiológicas previas y una posible baja en la eficiencia biomecánica.
- Impacto negativo y cambios en el estado de ánimo: aumenta el riesgo de estrés y ansiedad, ya que el ejercicio libera endorfinas y otros neurotransmisores.
- Modificación en la sensibilidad a la insulina y metabolismo de la glucosa: aumenta el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2 a largo plazo.
Efectos a un mes
- Disminución de la flexibilidad y agilidad: aumenta el riesgo de lesiones si se vuelve a realizar actividad física sin el debido calentamiento y preparación.
- Pérdida significativa de condición física: la capacidad cardiovascular, la fuerza y la resistencia muscular se reducen en gran medida en comparación con la primera y segunda semana.
- Disminución notoria de la masa muscular y progresiva acumulación de grasa: debido a la disminución del gasto energético.
- Baja del rendimiento deportivo: la falta de práctica y entrenamiento puede afectar la técnica, la coordinación y la eficiencia en el rendimiento deportivo.
- Impacto negativo en el metabolismo: riesgo de enfermedades crónicas cardiovasculares, como la hipertensión arterial y el colesterol alto.
- Impacto en la salud mental y bienestar emocional: mayor riesgo de depresión y ansiedad.
¿Qué se puede hacer para retomar la actividad física?
Respecto a cómo hacer para retomar la actividad física después de un periodo prolongado de inactividad, se aconseja consultar un profesional de la salud con experiencia en el área, quien podrá guiar de manera personalizada el proceso, no te presiones por volver pronto a la rutina. Esto podría ayudarte:
- Comenzar gradualmente con ejercicios de baja intensidad y duración para que el cuerpo se adapte, reduciendo el riesgo de lesiones y mejorando la capacidad de tolerancia al ejercicio.
- Establecer metas realistas, con objetivos claros y medibles para mantener la motivación.
- Incorporar actividades variadas para trabajar diferentes grupos musculares. Combinar ejercicios aeróbicos, de resistencia y flexibilidad para obtener beneficios completos para la salud.
- Prestar atención a cómo se siente el cuerpo durante y después del ejercicio, respetando señales de fatiga, incomodidad o dolor. Si se siente alguna molestia, reducir su intensidad o duración, considerando descansar o modificar la rutina.