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Son docentes que trabajan en las aulas santafesinas de primaria, secundaria y superior. “Incertidumbre” es la palabra que más mencionan al ser consultadas sobre lo que se viene para la educación en 2024, en lo pedagógico y en lo laboral. La experiencia les recuerda cómo lo social y económico siempre impactan en las escuelas. “¿Con qué familia nos vamos a encontrar después del receso?” se preguntan con preocupación. Coinciden en que hay que hacer una revisión profunda de la secundaria, pero con la participación de las y los profesores. Y destacan la urgencia de asegurar “el derecho a la educación pública, como un bien social y de calidad” sin exclusiones.
Las voces de las educadoras piden claridad en las decisiones políticas que llegan a las escuelas, pero sobre todo que sus opiniones sean tenidas en cuenta. Después de todo “somos quienes estamos frente al aula todos los días”, argumentan.
Laura Bravi es profesora de ciencias de la educación y desde hace 17 años da clases en los Institutos Superiores de formación docente N° 16, del Normal 1 (Rosario) y en el N° 5 de Cañada de Gómez. “Lo primero y más fundamental es la preocupación por la garantía del derecho a la educación pública, como un bien social y de calidad para todos, todas y todes”, marca.
Describe que “hay muchas formas de desfinanciar y dejar caer a la educación pública antes de llegar al sistema de vouchers-cheque educativo” mencionado en la plataforma electoral 2023 de La Libertad Avanza (LLA) del presidente Javier Milei. Y esas formas son: “Salarios congelados, precarizados, falta de obra pública para construir escuelas, acondicionar aulas, arreglar ventanas, baños y cocinas (no queremos que haya otra Sandra y otro Rubén), interrupción de becas para estudiantes, de programas socioeducativos, eliminación del boleto educativo gratuito, boleto educativo rural (aquí ya en consonancia con responsabilidades del Estado Provincial)”.
Hace hincapié en lo específico que afecta a su labor en el nivel superior: “La preocupación mayúscula es la continuidad del Infod (Instituto Nacional de Formación Docente) y sus propuestas de formación gratuita, de calidad y en consonancia con la carrera docente; las líneas de investigación propulsadas desde allí para fortalecer y promover la docencia como colectivo productor de conocimientos situados y legitimados”.
La profesora señala como un alerta la reducción del Ministerio de Educación de la Nación a una Secretaría, dependiente del nuevo Ministerio de Capital Humano, “con la visión de incentivar el mérito individual y aumentar la eficiencia”. “Expresiones y palabras que caen por peso propio, que rememoran a los discursos rimbombantes de los 90 reciclados de la última dictadura cívico militar”, remarca.
“Y me sigo preguntando: ¿Cómo aún «no podemos» hablar de política en las salas de maestras, maestros, profesoras y profesores? ¿Cómo algunas instituciones se permitieron el privilegio del silencio en este contexto amenazante y de una crueldad desgarradora? Seguimos y seguiremos insistiendo con que la educación es un acto político y que la batalla debemos darla colectivamente desde el corazón de la educación pública”, comparte como preocupación, y agrega como certeza: “La neutralidad es una farsa que nos conduce a estos lugares de peligro, desamparo y dolor. Desde los sindicatos como trabajadoras de la educación y desde las redes que supimos construir, continuar sembrando la semilla de la concientización, del diálogo, del estudio, de la memoria, verdad y justicia”.
Para la docente es más que inquietante “el discurso negacionista de la dupla que nos dirige en la presidencia causa terror y espanto”, y dice que “la explícita intención de promover una doctrina de Seguridad Nacional y sus estrategias prácticas (tal cual expresado en la plataforma 2023 de LLA) y a criminales de la última dictadura cívico militar es como menos una preocupación”. Propone como alternativa “continuar caminando y haciendo ronda en plazas con las Madres y las Abuelas” y “tejiendo pedagogía de la memoria”.
Otra expectativa que señala es la referida a la Educación Sexual Integral (ESI) y la posición que tome también el gobierno provincial respecto a la intención a nivel nacional de no hacer obligatoria esta enseñanza, de “sacar afuera” la ley 26.150 (2006) de ESI. “Sabemos que hay allí una herramienta emancipadora, transformadora y poderosa para la formación de niñeces, juventudes y adulteces más libres y empoderadas”.
“Los derechos se conquistan y no es de una vez y para siempre, sino que se defienden, se luchan, se resisten, y que de política sí se habla en las escuelas, con estudiantes, familias y entre compañeras y compañeros docentes, esa será nuestra tarea”, reflexiona la profesora Laura Bravi.
“¿Falta mucho para la leche?”
Sandra Medina es maestra en la Escuela Nuestra Señora de Itatí. Trabaja doble turno: por la mañana les enseña a las chicas y chicos de 3er grado y por la tarde a los de 6to. “Me apasiona lo que hago, me encanta estar en el aula, disfruto muchísimo”, dice de su trabajo de educadora en el que lleva casi 20 años.
Sandra habla de la necesidad de trabajar con convicción y “estar bien parada en lo que se hace”. A diario –discurre sobre el oficio– recibe un montón de información de lo que le pasa a sus alumnas y alumnos, y asiste “a situaciones problemáticas de vulneraciones de derechos de los niños”. La tarea docente le demanda además de dar clases “contener a esa infancia vulnerada”.
“¿Con qué familia nos vamos a encontrar después del receso?” La pregunta se repitió en estos días en los ratitos libres que encontraba en su trabajo y junto a sus compañeras. “Estamos preocupadas por qué familias vamos a encontrar después del receso, con todos estos cambios económicos”, insiste Sandra, también delegada del Sadop Rosario. Su escuela está ubicada en barrio Las Flores sur, donde “hay familias que tienen trabajo (formal), muchas con planes, muchas otras que viven de changas”.
Un contexto y realidad que no pasan inadvertidos en los aprendizajes ni en la enseñanza. “Por la mañana entramos a las 7.40, saludamos y comenzamos a trabajar. Hasta que algún niño pregunta «¿Falta mucho para la leche?» Eso es lo que le está preocupando, no que yo le esté explicando una resta o una suma, sino a qué hora desayuna”, describe de ese cotidiano.
La docente de la Itatí trae a la charla un discurso reciente del gobernador Maximiliano Pullaro en el que habla de la meta de la igualdad. “Me encantaría que fuera así, que haya igualdad, pero no tenemos computadoras para los chicos, llevamos las nuestras porque nos interesa que ellos puedan tenerlas”.
Lo salarial también es parte de la preocupación de Sandra. “Todas vivimos de nuestro sueldo, muchas compañeras son sostén de familia y muchas además alquilan. Es un panorama muy complejo y complicado desde todos lados para la educación”, afirma, y alerta sobre cómo los aumentos de precios impactan en los ingresos, en la canasta familiar a la que difícilmente piensa se acerquen los salarios.
Secundario, al debate
Flavia Pascualini es profesora de lengua y literatura, con más de 25 años en la enseñanza. Da clases en la Técnica N°459 de Pérez y en la Escuela Secundaria N° 209 de Casilda. “Para el ciclo que viene, la palabra es incertidumbre”, dice para describir el panorama a nivel provincial y nacional en materia educativa.
Flavia se remite a lo específico del decreto reciente que dio de baja a la llamada “repitencia escolar” en el secundario. Dice que se volvió a hablar de la vuelta “al 181” por el anterior régimen (data de 2009) que ordena la acreditación y promoción en esta etapa de la escuela obligatoria. Pero advierte que ese anuncio se da “como si fuese la solución a todo”. “Falta discutir un montón de cuestiones de fondo, que hasta tienen que ver con la propia formación docente”, aboga por un debate integral de la educación secundaria.
En su análisis asegura que no se trata de desechar las medidas tomadas en pandemia respecto de la promoción en el nivel secundario y volver como si nada a las medidas anteriores “porque la escuela, los pibes y nosotras no somos lo mismo”.
“Hay chicos que egresan sin saber y ellos mismos te lo dicen”, admite para graficar algunas de las contradicciones de la llamada “no repitencia”; al tiempo que subraya que tampoco es lo ideal la repitencia sin mayores cuestionamientos. “Hay que hacer una revisión profunda”, convoca.
En ese debate se define como “defensora de la secundaria obligatoria”, siempre “del lado de los pibes, de sus necesidades”. Invita a poner el acento en esas ideas, en “acompañar, capacitar a los docentes lo mejor posible, para que la obligatoriedad escolar se cumpla” con aprendizajes. También en hacer que las clases “sean apasionadas, entretenidas –sin convertirse en una profesora clown, aclara– y a la que los chicos le encuentren sentido a la enseñanza”.
En su mirada, el panorama que pinta para el 2024 es bien complejo y con dificultades a la vista. “El contexto va a impactar al ciento por ciento en la escuela”, anticipa Flavia desde su experiencia de trabajo.
La palabra incertidumbre es la que mejor le cierra también para hablar de salarios. Considera que es otro tema decisivo si se piensa en lo que será el ciclo lectivo del año próximo.
Nerina Ostuzzi enseña lengua y literatura en el Colegio Virgen del Rosario, y tiene una experiencia de 18 años en la docencia. “Estamos sumidas en la incertidumbre”, describe para referirse a las gestiones educativas que acaban de asumir, a nivel provincial y nacional.
Para ampliar sobre esa afirmación repasa los anuncios de campaña de La Libertad Avanza respecto del voucher educativo: “Primero se dijo que se aplicaría el (sistema) voucher, y luego que se haría en un par de años. No sabemos qué pasará. Es una preocupación” para la educación pública y privada.
Esa falta de certezas la tiene también para las paritarias provinciales, en relación a los salarios. “En Santa Fe pareciera haber una voluntad política de citarnos para ahora”, dice respecto de la convocatoria para enero, y se pregunta qué tanto se podrá lograr en ese encuentro. Recuerda que si bien los salarios los pagan las provincias, la ausencia de una referencia nacional genera muchas dudas también.
Nerina cuenta que una preocupación común que se da en la sala de profesoras de su escuela es que “en las cuestiones pedagógicas generalmente no se consulta a los docentes”. Lo común –asegura– es que nos lleguen los proyectos y propuestas de un día para otro, con la decisión tomada. “Sentimos que las sugerencias que hacemos no se tienen en cuenta, y pensamos que deberían considerar porque somos nosotras quienes los tenemos que aplicar”.
El anterior reclamo remite también a la llamada “no repitencia”, a cómo se implementó en la provincia. “En el sector privado de la docencia, nadie estaba de acuerdo con esta decisión de la última gestión. Coincidimos en que (Adriana) Cantero fue de la peor ministra que hemos tenido, todo se hacía a los tumbos, se comunicaba de la noche a la mañana, se pasaba como información dada y aprobada. Y ahora escuchamos que hay un decreto que circula (desde el martes 12) y hay medidas con las que no estamos de acuerdo. El tema de la repitencia es mucho más complejo”, analiza Nerina.
La profesora acuerda que “no era un buen mensaje que pasen sin hacer nada”, pero a la vez advierte “que tampoco hay acuerdo con que un chico se quede de año porque debe tres asignaturas y aprobó las otras diez. Eso no está bien, no puede volver a hacer todo lo mismo”, expresa y reitera la urgencia de un debate integral.
“Nosotras recibimos órdenes de todos lados, está bien por orden de jerarquía. Pero en las decisiones importantes que hacen a nuestra labor docente, y de las que sabemos más que nadie porque somos las que estamos en el aula, nadie nos tiene en cuenta. Por ahí los proyectos los arman personas que hace treinta años que no pisan un aula. Necesitamos que nos consulten”, pide Nerina.
La educadora y delegada del Sadop Rosario considera que la paritaria es un ámbito por excelencia para tomar este reclamo: “Sabemos que los salarios son importantes, estamos preocupadisimos por los niveles inflacionarios y lo atrasado del salario, pero lo pedagógico también lo queremos discutir, y nunca hacen lugar, siempre queda afuera”.
Nota publicada en la edición impresa del semanario El Eslabón del 16/12/23
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Redacción Rosario / Región