El stand de las organizaciones sociales montado en plaza Pringles hizo que los rosarinos crucen opiniones … La Semana por la Despenalización del Aborto arrancó ayer a plena actividad en la plaza Pringles, donde diversas organizaciones no gubernamentales repartieron volantes ilustrativos y colocaron cintas verdes tanto en hombres como en mujeres. Hubo caras de sorpresa, otras de indignación, pero en su gran mayoría se alzaron voces de adhesión a la propuesta.
La movida promete extenderse hasta el viernes, fecha en la que se tiene prevista la realización de una ronda en plaza San Martín, a partir de las 18.30.
El puesto de Indeso Mujer comenzó a funcionar pasadas las 17, y hasta las 20, en la esquina de Paraguay y Córdoba. Allí, varias integrantes de la ONG invitaban a la gente a acercarse y obtener información sobre la problemática del aborto, a través de un folleto ilustrativo. Y quienes adherían a la iniciativa seguían su marcha con una cinta verde en la solapa.
Las consignas fueron «Anticonceptivos para no abortar», «Aborto legal para no morir». Las organizadoras advirtieron que en la Argentina muere una mujer por día víctima de un aborto clandestino.
Recopilamos al azar la opinión de muchos rosarinos luego de haberse interiorizado de los reclamos del sector, como la urgente implementación de las leyes provinciales de salud reproductiva y educación sexual en las escuelas y una norma nacional que despenalice las prácticas abortivas.
«Plenamente a favor. Si una mujer tiene dinero accede a hacerse un aborto, y la que no, termina muriéndose por uno clandestino», dijo Lidia (50) para considerar «fundamental» la educación sexual y la planificación familiar, «cosa que el Estado no hace».
Fernando, contador público, también apoyó la iniciativa al indicar que «la mujer debe decidir qué hacer con su cuerpo», para entender que cuando las mujeres se practican abortos clandestinos «es casi como un asesinato social».
Laura llegó desde la peatonal con sus dos hijos de corta edad. La ingeniera agrónoma de 42 años se mostró convencida. «Me parece arcaico que esté penalizado, si la mujer tiene derecho a decidir. Primero hay que educar a la gente y no hacer un Boca-River en cuanto al aborto, y la gente humilde debe contar con el acceso a una práctica bien hecha», finalizó.
Dos adolescentes de 15 años, alumnas del Normal 2, caminaban por plaza Pringles y se acercaron al stand para preguntar. «¿Están a favor de que el aborto en caso de violación se legalice?», preguntó una de ellas con inquietud.
Melisa, Jessica, Melina, Daiana y Paula, de entre 13 a 16 años, quisieron opinar. «Si una chica busca y desea el bebé, que no se lo haga; pero si fuiste violada sería horrible tener un hijo», dijo una de ellas. Otra coincidió con su amiga y dijo que en la escuela hay talleres de educación sexual, pero reveló que como reciben formación católica «están plenamente en contra y en todos los casos, incluso por violación».
Pero César (67) irrumpió en la tarde para plantear su postura. «Cuando el espermatozoide se une al óvulo hay vida. ¿Quién tiene derecho a sacársela? El aborto es un crimen, lo que no quita que haya educación sexual», remató.