El virus del poder, suele hacer estragos en la mente de los políticos. Muchos de ellos venidos del interior donde hay poca iluminación y las luces de la Av. Corrientes los suelen encandilar.
Algunos dicen que no hay peor porteño que los provincianos, venidos a porteños. Para hablar de San Telmo o de la Boca hay que conocerlo, para hablar de Tandil o Bahía Blanca también. Hay que recorrer las provincias y el país para saber que esta pasando con la gente. No alcanza con tocar a algunos, sacarse la foto con los chicos o prometer soluciones mágicas.
Hay que escuchar el reclamo de la mayoría. Pero parece que aquellos que tienen en sus viseras el virus del poder, solo escuchan el murmullo y no los reclamos.
Hoy no hay nada que festejar, el país sigue siendo el mismo o talvez peor, pues no faltaran los que aprovechen y remarquen la mercadería por las dudas. Otros estarán pensando en las tasas de interés bancario. La cotización del dólar o el euro. Como sea, puede ser que lo que venga sea peor.
Seguramente los vencedores tendrán este día y durante una semana pintados la sonrisa de la Gioconda. en sus rostros. Pero en su fuero intimo saben que la responsabilidad les aumento mas que los índices del INDEC. También saben que habrá mucha gente creyendo que De Narvaez, les cambiara el país, otros esperaran de Reutemann el milagro. Quizás crean que Cleto Cobos, sea el Mesías. Pero nada de eso ocurrirá.
Lo que si creo que esta ocurriendo y en soledad, tanto en la Rosada como en Olivos, una gran demanda de “Te de Yuyos”. Ya saben que algunos “yuyitos” como el boldo, el burrito, el cedron el poleo, el paico etc. ayudan a la digestión y al buen funcionamiento del hígado. Pero creo que aprendieron que la Soja, no es un yuyo, y que tampoco sirve para combatir el dengue ni la fiebre porcina. Para esas enfermedades y las otras que aquejan al país tenemos que hablar de remedios en serio.
Julio Ramírez
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