La Vicepresidenta habló en un panel del Grupo de Puebla en el marco del III Foro de DDHH.
Denunció la connivencia de poderes detrás del lawfare y recordó la «reconstrucción» de los tres poderes del Estado durante los primeros años del kirchnerismo.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner aseguró este martes que «el lawfare no se explica sin los medios de comunicación» y explicó en el Centro Cultural Kirchner en el marco del III Foro de Derechos Humanos: «Las sentencias se escriben primero en un medio de comunicación y después un juez o un tribunal las ratifica.»
Antes de ella, había expuesto un panel del Grupo de Puebla, un foro de dirigentes y figuras del progresismo latinoamericano, al que pertenecen varios ex presidentes de la región y España y, también, Alberto Fernández.
Cristina compartió panel con los ex presidentes Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales (Bolivia), Ernesto Samper (Colombia), José Luis Rodríguez Zapatero (España) y el diputado Eduardo Valdés. Desde el público, entre otros, la escuchó el ex mandatario uruguayo, José Pepe Mujica.
Antes de que la Vicepresidenta hablara, el público en su conjunto se levantó y cantó al unísono: «Cristina presidenta». Ante la emoción que generó la ovación, toda la mesa, incluida la Vicepresidenta, se pusieron de pie y aplaudieron. La presentación de CFK comenzó denunciando el lawfare como una estrategia regional, no solo nacional. «El lawfare, que hoy inunda toda la región, fue precedida por otros medios. En la Guerra Fría, con la doctrina de seguridad nacional, las Fuerzas Armadas cumplieron en toda la región el rol de interrupción de los procesos nacionales, populares y democráticos», aseguró.
Y, utilizando ese punto de partida histórico, la Vicepresidenta reivindicó «la reconstrucción» de los tres Poderes del Estado que inició el Gobierno de Néstor Kirchner. «El 25 de mayo de 2003 construyó el estado democrático constitucional, en una Argentina que vivió muchas tragedias, la de la dictadura, las privatizaciones, el modelo neoliberal. Y junto a esa, hubo una de Memoria, Verdad y Justicia. Quizás por el mayor grado de representación de ese espacio se encarnizan conmigo. No solamente es la economía, sino lo que pudimos construir en materia de derechos humanos. No nos van a perdonar nunca,» sentenció para explicar la condena y las denuncias judiciales en su contra.
«Reconstituimos la autoridad de una Casa Rosada. En el 2001 la gente gritaba que se vayan todos. Y se reconstituyó el rol del Poder Legislativo. El otro día que lanzaba su candidatura a presidente por la oposición, que parece que hubiese salido de los cráteres de Marte, porque mandan a la casa a unos y a otras, formaba parte de ese gobierno que se quedó sin gobierno cuando su propio vicepresidente denunció que habían sobornado a la oposición para sancionar la ley de flexibilidad laboral. En ese primer gobierno de coalición, de la Alianza, se compraban leyes en la Argentina y las otras se obtenían bajo amenaza, porque te decían que había que sancionar leyes porque iba a venir el FMI y nos cortaba la cabeza», relató la también ex legisladora nacional.
Y luego afirmó sobre el tercer Poder estatal, hoy bajo la lupa del oficialismo, que impulsa un juicio político contra los cuatro miembros de la Corte Suprema en el Congreso: «Le tocó a él (por Néstor Kirchner) reconstruir también un Poder Judicial que tenía la mayoría automática y que había amenazado a la sociedad con la dolarización de la economía.»
La herencia económica kirchnerista
Además, reivindicó los logros económicos de aquellos años. «Fue la década virtuosa. No lo digo yo, hay un libro de Thomas Piketty que está analizando ahora, que dice que es el momento en el que más se redujo las desigualdades social en la región. Esta es la clave, no nos persiguen porque somos populistas, de izquierda, de derecha, abajo o arriba; sino porque igualamos a las sociedades, porque la justicia social, el derecho de los trabajadores a participar en el producto bruto de lo que producen».
Y, de vuelta, lo comparó con la época de las dictaduras. «El partido militar golpea al gobierno peronista del ’76 con la excusa de la guerrilla, que había sido derrotada militarmente en la región. (…) En ese momento, los trabajadores participaban en el 51% del producto bruto económico del país. La misma que tenían en diciembre de 2015,» destacó.
La Vicepresidenta utilizó las frases de dirigentes o referentes opositores o críticos a su Gobierno para reivindicar su propio legado económico. Recordó una frase del ex ministro de Economía macrista Nicolás Dujovne -«Argentina tenía niveles de endeudamientos bajísimos»-, del jefe de Gobierno porteño y actual precandidato presidencial de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta, -«Era diferente en 2015. Había reservas en el Banco Central»- y, finalmente, el economista y asesor del armado de la UCR Eduardo Levy Yeyati: «A diferencia de 2015, hoy los salarios están rezagados».
«En 2015 no había deudas, ni de empresas, de estado o de familias; tampoco el FMI, eso lo agrego yo; además, había reservas en el Banco Central, por eso se pudo levantar cepo y los salarios no estaban rezagados; y yo agrego, no solamente no estaban rezagados, sino que eran los más altos en dólares de América Latina,» continuó describiendo el estado de situación al final de su segundo mandato presidencial. «Entonces, si no había deuda, reservas en el Central y los salarios reales no estaban rezagados, ¿me quieren decir qué hicieron en cuatro años que dejaron el país hecho percha en 2019?», concluyó, en referencia al fracaso económico de la gestión de Mauricio Macri.
«Venían con el discurso que todo lo que se había logrado era producto de dirigentes que eran corruptos y habían robado», sostuvo y agregó que, por eso, «el otro gran objetivo del lawfare fue disciplinar a los dirigentes del campo nacional y popular. ¿Quién se va a animar otra vez a tareas como la de recuperar las AFJP, o YPF o decirle no al FMI?» «No me interesa si me van a condenar, inhabilitar o meter presa, sino que volvamos a construir un estado democrático y constitucional, en el que las garantías constitucionales no sean cartón pintado», sentenció para finalizar.
El lawfare, un problema regional
Uno de los primeros discursos de esta tarde fue el del senador Oscar Parrilli, quien denunció al «pelotón de fusilamiento de Comodoro Py». Presentó una serie de imágenes con el camino del lawfare y la descripción de cada uno de los jueces apuntados por la persecución político, judicial y mediática contra Cristina Kirchner.
«No es ni justicia divina, ni justicia independiente, ni justicia democrática la que hoy persigue a Cristina», expresó Parrilli en el encuentro «Voluntad popular y democracia» en apoyo a la Vicepresidenta. «Este pelotón es la mafia judicial que se ha encaramado como partido judicial y los voy a mostrar, porque me parece importante para mostrarles a los que hoy nos visitan para que los vayamos conociendo», dijo antes de mostrar uno a uno a las caras del lawfare en Argentina.
De la mesa también participaron Correa y los ex mandatarios Zapatero y Samper. Además del jurista español, Baltazar Garzón, Gisele Ribocom, coordinadora CLAJUD y el Fundador del Grupo de Puebla, Marco Enríquez Ominami. En su exposición, Correa describió el lawfare como «la judicialización de la política» y explicó que se construye en base a «dos ejes fundamentales: los medios -principal instrumento de la oligarquía para mantener el status quo- y el judicial -por temor o por abierta corrupción solo copian lo que dicen los titulares». Además, afirmó: «Un gobierno honesto no es el que no tiene casos de corrupción, es el que no tolera casos de corrupción. El resto es hipocresía.»
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