Entidades de consumidores piden que haya fuertes sanciones para las empresas que incumplan con el compromiso de precios.
El lanzamiento del programa Precios Justos, que busca fijar los valores de góndola de 1700 productos de consumo masivo durante 120 días, despertó reacciones positivas y advertencias de parte del arco empresarial, gremial y político. También plantaron posición las entidades de consumidores y economistas. Una incertidumbre general: en qué medida los grupos económicos van a cumplir lo acordado.
Por un lado, varios actores destacan la iniciativa en la medida en que supone la jugada de una ficha en el terreno microeconómico y de negociación con las empresas de parte del Gobierno para tratar de reducir el ritmo de avance de los precios. Hasta aquí, las propuestas en materia inflacionaria de parte del ministro de Economía, Sergio Massa, se habían concentrado en el ámbito macroeconómico, como puede ser tratar de reducir el déficit fiscal y la emisión monetaria y dar mayor previsibilidad cambiaria.
Las críticas advierten que los programas de precios son una herramienta que en el mejor de los casos dilatan un poco el problema pero tienden a no resolverlo. De hecho, ha habido un sinnúmero de iniciativas en torno a los acuerdos de precios en los últimos años, sin gran efecto si se mira la película inflacionaria.
Que cumplan
El secretario Adjunto del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, indicó que «el programa puede funcionar si es verdadero el compromiso de los empresarios. Es insostenible el nivel actual de inflación producto de las maniobras de muchos de los empresarios que estuvieron presentes en el acto de lanzamiento del programa. Ojalá cumplan con su compromiso».
Desde las entidades de consumidores, Osvaldo Bassano, de Adduc, dijo que «la principal razón de ser de la inflación es la actitud de los grandes grupos económicos, que perjudican seriamente a los consumidores. Entonces este programa trae cierta esperanza. Ahora esperemos que no se excedan con los precios, que los productos aparezcan en los negocios de cercanía, que se apliquen sanciones y de ser necesario, que clausuren los establecimientos incumplidores. Esperemos que obedezcan las normas y que no les tiemble la mano para aplicar sanciones».
Por su parte, Pedro Bussetti, de Deuco, consideró que «la medida llega tarde, porque los alimentos aumentaron en 2022 un 70 por ciento. Por otro lado, desde el 2014 que se comenzaron aplicar los programas de precios y nunca fue incluido el canal de comercialización minorista de proximidad. Siempre se concentra la política en las grandes cadenas de supermercados, lo cual implica un alcance limitado».
Herramienta
El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, definió a Precios Justos como «un gran acuerdo con fabricantes y supermercados mayoristas y minoristas que busca dar previsibilidad. Es sólo un paso. Sólo una pieza, pero buen importante del andamiaje que nos posibilitará mejoras ulteriores, en pos de un orden fiscal cada vez más profundo, y una inflación cada vez más baja. Es una muy buena herramienta para intentar desacelerar la inercia inflacionaria hacia el 4 por ciento mensual en meses venideros. Ese 4 por ciento o 60 por ciento anual es el que proyectamos e incluimos en el Presupuesto 2023 y es una cifra bien compatible con los fundamentos macro».
En una línea similar, el ex ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo indicó que el programa va a permitir contar con cierta estabilidad en el precio de la canasta básica. «Realmente es por acá», resumió. En cambio, desde la oposición criticaron la medida. «Los anuncios de Massa son parte del plan ‘Estirar para Llegar’. Los Precios Justos han fracasado decenas de veces. A diferencia de Guillermo Moreno, Massa utiliza los modales. Pero la «estabilidad» que ofrece es por 4 meses. Acá no hay ninguna respuesta integral a la inflación», dijo Mario Negri, diputado nacional por la UCR-Cambiemos.
El economista Lorenzo Sigaut Gravina, Director de Análisis Macroeconómico de Equilibra, sostiene que «el programa es bastante ambicioso porque por un lado es una canasta importante, que si se cumple el congelamiento sería un montón para la economía local. Además, el resto de los precios de los productos, más de 30 mil, pueden subir 4 por ciento mensual, lo cual también es interesante es un contexto de inflación mensual que está por arriba del 6 por ciento. Esto no es la panacea, pero puede ayudar«.
En tanto, Martín Vauthier, de la consultora Eco Go, consideró que «los acuerdos de precios pueden ser útiles para alinear expectativas, siempre que estén en el marco de un programa integral con una pata fiscal sólida, que contemple la eliminación del financiamiento monetario por parte del BCRA y tasas de interés alineadas con el resto de variables nominales. Creo que el programa sólido respaldado por la política que todavía no termina de aparecer».