El intendente Hermes Binner sorprendió ayer cuando al inaugurar las sesiones ordinarias del Concejo criticó a Aguas Provinciales y dijo que el municipio estaría en condiciones de brindar el servicio. «Si hace algunos años la Municipalidad pudo enterrar caños, suministrar agua potable y servicios de cloacas, también puede hacerlo hoy», advirtió… Binner también ratificó en su discurso inaugural que la salud pública y la atención de las demandas sociales serán el eje fundamental de su último año de gobierno y no anunció ninguna megaobra para el 2003. El jefe comunal bregó además porque en este ciclo legislativo, que estará enmarcado dentro de un microclima netamente electoral, reine entre los concejales el «diálogo y el consenso», al tiempo que pidió «aunar esfuerzos» para solicitar la modificación de la ley orgánica de municipalidades y exigir así la autonomía de Rosario.
Admitió estar observando con «profunda preocupación» el desarrollo del contrato de concesión de los servicios de agua potable y cloacas de la ciudad. «A la falta de realización de obras comprometidas en el radio antiguo de Rosario, se suma la incapacidad de la empresa concesionaria para suministrar agua potable a vastos sectores de población de escasos recursos y la paralización verificada en 1999 del plan de expansión de los servicios cloacales», indicó el intendente.
Siguiendo esa línea de pensamiento, no dudó en afirmar que «si la Municipalidad pudo hace algunos años enterrar caños, suministrar agua potable y servicio de cloacas, también puede hacerlo hoy».
De este modo, Binner sorprendió a propios y extraños ya que hasta el momento Aguas Provinciales nunca dio indicios de querer abandonar la prestación de servicio de agua en Rosario.
En otro orden, el jefe comunal se preocupó por remarcar que el presupuesto con el que contará este año el municipio volverá a destinar la mayor parte de sus recursos a las áreas de Salud Pública y Promoción Social, en una clara continuación de las políticas que caracterizaron la mayor parte de su gobierno. Es más, Binner remarcó la importancia que tuvieron los vecinos de Rosario en el 2002 en la confección de este presupuesto, que plasmaron sus inquietudes y necesidades en las distintas jornadas participativas, y bregó porque este año «el interés de la gente a la hora de definir políticas de gastos se duplique».
Así las cosas, el presupuesto 2003 destinará el 65% de sus fondos a las áreas de Salud Pública, Promoción Social, Obras Públicas y Servicios Públicos. Y entre estas diferentes áreas, la que se llevará más dinero será la salud, a quien se asignará el 25% de los recursos.
Si algo caracterizó al discurso del intendente fue la inexistencia de grandes anuncios de obras públicas, algo que sí solía subrayar en años de bonanza económica. «El agravamiento de la crisis y la incertidumbre por las variaciones en los precios, obligaron a poner énfasis casi exclusivamente en obras de mantenimiento», precisó.
Así se dará prioridad a «trabajos de mantenimiento de calles, se adecuarán drenajes a cielo abierto y se recuperarán plazas y veredas».
El intendente también anunció que se pondrá en marcha el plan de desagües y de obras de extensión de redes de gas natural en el distrito noroeste, confirmó la puesta en marcha de la remodelación de los accesos a la ciudad y anticipó que «redoblará el esfuerzo» para exigir la reparación de Circunvalación. Después sobrevino la primera sesión del año en donde no abundaron los temas trascendentes.