Así lo sugirió Gustavo Feldman, quien aseguró que la nueva propuesta presentada por la empresa «pone en riesgo las fuentes de trabajo»
Gustavo Feldman, abogado patrocinante de un grupo de acreedores comerciales de Vicentín, se refirió a la última propuesta de pago que presentó la empresa agroexportadora en el marco del concurso de acreedores en el que está inmersa. “La cuestión gira siempre en derredor de lo mismo. Vicentin ha buscado la manera de perpetuar los efectos de la estafa, que es lisa y llanamente el no pago a los acreedores. Todas las propuestas que ha hecho la empresa son formal y económicamente inviables”, expresó, y opinó que la salida de la crítica situación de la empresa «debería darse con una participación decidida, formal y tangible del Estado».
En las últimas horas, Vicentin presentó otra oferta a los acreedores, en el marco de la mesa de trabajo que armó el juez del concurso, Fabián Lorenzini. Apoyado por el trío de inversores (ACA, Viterra y Molinos), propuso acortar los plazos de pagos, de 15 a 2 años, a cambio de profundizar la quita (pagaría 20% de la deuda dolarizada en 2022 y 2023). Luego propuso un fideicomiso y vender lo que queda de su capital accionario de RENOVA. También ofrece una garantía especial al Nación, mediante un posible traspaso de Algodonera a la Unión Agrícola de Avellaneda. Esa propuesta fue rechazada de plano por el Banco de la Nación Argentina, principal acreedor de Vicentin.
En declaraciones al programa “El primero de la mañana” de LT8, el abogado Feldman dijo que la última propuesta de la empresa “implica el desguace de Vicentin, que es lo que se quería evitar mediante el concurso de acreedores. No es casual que el Banco Nación, que es el principal acreedor, y que el grupo Braci, se muestren contrarios no sólo a la propuesta sino a la idea que gira alrededor de ella. La propuesta que se planteó implicaba una licuación de más del 90 por ciento. Si se concreta, eso implicaría el 80 por ciento de la licuación de la deuda de Vicentin. Pero también implicaría el desguace de la empresa y el severo riesgo para la continuidad de la unidad económica y de las fuentes de trabajo”.
“Me gustaría saber qué opinan los empleados de Vicentin de esta nueva propuesta. Ellos saben que llevaría al desmantelamiento y a la pérdida de un montón de fuentes de trabajo y la precarización de las que podrían llegar a quedar”, agregó.
Al ser consultado sobre qué escenario vislumbra para marzo, que es cuando se debería definir el futuro del gigante agroexportador, Feldman opinó: “Se está estrechando el margen de maniobra. Lamentablemente, el destino final es la quiebra. De nuevo se reflotan las cuestiones ideológicas o políticas y económicas. No se si la expropiación es el camino adecuado. Pero no hay dudas que debe haber una participación estatal formal en lo que puede llegar a ser la salida hacia la continuidad del funcionamiento de la empresa para sanear la herida que hay en los patrimonios individuales y en la entretela productiva”.
“Esa salida no la avizoro si no es con una participación estatal decidida, formal y tangible. El principal acreedor es el Banco Nación, pero hay otro acreedor que es el Estado nacional propiamente dicho a través de la deuda tributaria que se verifica en el concurso. La salida sin provocar daño severo a los patrimonios, se me torna inconcebible sin algún formato que implique la participación del Estado. No sólo es necesaria, sino conveniente. La comercialización de granos es una actividad estratégica, no es meramente económica. Es una actividad que pone en vilo a la economía y la estabilidad social de la Nación. Todo el affair Vicentin hay que capitalizarlo no sólo para que no vuelva a suceder, sino para llegar a la salida más virtuosa que se pueda. Todo esto sin perjuicio de la causa penal. Eso sigue y el año que viene habrá juicio y probablemente haya condena de cumplimiento efectivo”.
LaCapital