El cruento asesinato sucedió ayer por la tarde. El asesino no medió palabra alguna con la víctima, quien estaba acompañada de un amigo. Tras la matanza, el homicida huyóEn Ituzaingó 21 bis, en Rosario, ayer se produjo un nuevo homicidio.
Eran cerca de las 13.30 y la víctima había ingresado, junto a un amigo que vivía con él, a la cochera del edificio en su Chevrolet Meriva. Adentro lo esperaba un hombre de estatura mediana y vestido de negro, con una gorra tipo de béisbol y barbijo. Cuando abrió la puerta del auto, el asesino se adelantó y disparó dos veces, con un tiro certero al pecho y otro que dio en su mano.
Tras la balacera, el sicario salió caminando por uno de los accesos, se subió a un coche y escapó por calle Chacabuco, hacia el sur.
La víctima fue identificada como Mauricio Morera, de 53 años, y jefe de radiología del Hospital Centenario,
Una vecina, que es enfermera, escuchó las detonaciones y bajó hasta la cochera para hallar al hombre tendido en el suelo: “Me puse los guantes y al verlo le oprimí el pecho mientras le pedía que siguiera respirando. El se esforzaba y abría la boca, tomaba aire, no podía hablar. Hasta que en un momento no respiró más”, explicó.
El hecho de que el asesino de Morera lo haya estado esperando adentro de la cochera hace presumir a los pesquisas de la Brigada de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) que, al menos, conocía los horarios de llegada de la víctima, además de algún movimiento básico del edificio.
Por el momento, no hay hipótesis cierta de los motivos de semejante matanza.
Fuente: La Capital