Rebelión en la granja. Durante 92 minutos la discusión en el Palacio Vasallo se pareció más al picadero de una riña de gallos que a un debate entre dirigentes políticos. El tema que recalentó la sesión fue la ordenanza que regula la tenencia de animales.
A pesar de los gritos, los ediles pudieron llegar a un acuerdo: luego de la reglamentación de la norma, serán multados aquellos propietarios de perros que no recojan los excrementos de sus pichichos de la vía pública.
También se creó el registro único de canes, que estará a cargo del Instituto Municipal de Sanidad Animal (Imusa).
«Vamos a convertir esto en un chiquero», afirmó el concejal peronista José Elmir, después que la discusión por la normativa que regula la tenencia, control y protección de animales llevaba más de una hora de discusión.
Los ladridos de uno de los autores del proyecto, Jorge Boasso, resonaron en el recinto. El contrapunto fue fundamentalmente contra el peronista Eugenio Camiletti. El veterinario del bloque de Evaristo Monti, señaló artículo por artículo las diferencias que mantenía con el proyecto que había sido consensuado en las comisiones de Ecología y Salud.
Si bien Boasso exigía que tomaran el tema seriamente, ni sus propios pares dejaron de gastar bromas sobre el proyecto. Es más, algunos hasta consideraron que varios de los ediles iban a ser alcanzados por la normativa, teniendo en cuenta sus apodos y hasta un apellido del reino animal: Pato Lamberto (socialismo popular), Pajarito Steiger (radical) y Daniela León (radical).
De 41 artículos que tenía la iniciativa en origen, sólo fueron aprobados 36. Apenas se reglamente la norma, los dueños de los perros, deberán salir a la calle, con los elementos correspondientes para juntar la caca de sus pichichos. El incumplimiento de esta obligación, hará que una multa recaiga sobre los bolsillos de los propietarios de las mascotas.
La ordenanza también sanciona el maltrato a los animales y los actos de crueldad. Prohibe el uso del látigo o instrumento de tortura para acelerar la marcha de los caballos en la vía pública, la práctica de riña de gallos y la utilización de animales para prácticas de hechicería, causándole dolor, sufrimiento o muerte.
Se regula el transporte de los animales en Rosario, siempre y cuando circulen por calles y espacios públicos con correa y collar, acompañados por sus dueños.
Será imprescindible que las mascotas estén vacunadas contra la rabia y otras enfermedades. La normativa crea el registro único de mascotas, que estará a cargo del Imusa. Allí deberán estar matriculados todos los perros. El trámite será obligatorio y gratuito para aquellos que posean un pichicho en su casa. El propietario del animal es considerado «tenedor responsable» y recibirá una tarjeta sanitaria en la que se especificarán los datos del animal.
Después de más de una hora y media de debate, los ediles lograron aprobar una normativa que había estado dos años en comisiones y que se había debatido durante los últimos tres meses en Ecología. A pesar de que no había ningún cuadrúpedo en el recinto, la discusión terminó con muchos ladridos y varias caras de perro. Guau.