Científicos de la Universidad de medicina de Pittsburgh, en Estados Unidos, han desarrollado una vacuna candidata en forma de parche con micro agujas. UPMC via REUTERS – UPMC
Texto por: Melissa Barra / RFI.fr
La comunidad científica sigue buscando una vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2. Laboratorios estadounidenses, australianos y europeos afirman acercarse cada vez más al objetivo. RFI resalta algunos de estos avances.
Las noticias son alentadoras. Mientras que una gran parte de la población mundial se encuentra en cuarentena, varios laboratorios han indicado a principios de abril llevar a cabo pruebas en humanos y en animales. Actualmente hay una veintena de ensayos en el mundo.
La Universidad de medicina de Pittsburgh
La reconocida revista médica The Lancet afirma que el jueves 2 de abril un equipo de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, logró desarrollar anticuerpos en ratones con una vacuna candidata en forma de parche.
«Es como un pequeño vendaje compuesto de 400 agujitas que cargan la vacuna», explica a la cadena CBS el Dr Louis Falo. Este parche de azúcar y de micro agujas se colocaría en el dedo, sin ningún sangrado.
Los científicos de la Universidad de Pittsburgh llevan estudiando los coronavirus desde la epidemia de SARS en 2003. Afirman ahora que la tecnología los ha llevado a entender mejor la complejidad del virus.
«Con esos virus hemos aprendido que hay una proteína especial, llamada proteína de punta, que juega un papel importante a la hora de inducir inmunidad contra el virus», dice el Dr Andrea Gambotto, miembro del equipo. Esas proteínas las recrearon artificialmente en el laboratorio.
“Creo que hemos creado un formato de vacuna muy eficaz y fácil de fabricar y aplicar», agrega Gambotto. Según The Lancet, los ratones de prueba desarrollaron anticuerpos en solo dos semanas, anticuerpos que podrían mantenerse en su organismo durante más de un año.
Ahora el laboratorio debe conseguir los permisos de las autoridades sanitarias estadounidenses para iniciar ensayos en humanos. Esto podría tardar ya que en tiempo normal demora varios años. La crisis mundial podría acelerar el proceso.
La agencia científica de Australia
La OMS dio su visto bueno para probar en animales una vacuna desarrollada la universidad de Oxford y la empresa Inovio Pharmaceutical. La agencia científica australiana está encargada de verificar si esta candidata no es riesgosa para los humanos y ha inyectado la vacuna en hurones.
Según la Organización de investigación científica e industrial del Commonwealth de Australia (CSIRO), se trata de los primeros ensayos preclínicos, es decir probados en animales antes de pasar a humanos, para una vacuna completamente nueva. Este ciclo tarda en general años.
«Normalmente se demora uno o dos años para llegar a esta fase, pero hemos logrado reducir el tiempo a unos meses», afirma el Dr Rob Grenfell del equipo del CSIRO. Éste afirma que gracias a una cooperación científica internacional.
La empresa de biotecnologías Moderna
A mediados de marzo, se realizó un ensayo clínico en Estados Unidos que saltó la fase de experimentación con animales.
En la ciudad de Seattle, un total 45 adultos voluntarios sanos, de entre 18 y 55 años, participan en una prueba de seis semanas. Cada uno de ellos se somete a varias pruebas para determinar si es segura y eficaz la vacuna candidata llamada mRNA-1273, que desarrolló la empresa de biotecnologías Moderna.
La vacuna BCG
¿La vacuna contra la tuberculosis puede ser una pista? En Reino Unido, Alemania, Francia, Países Bajos y Australia se están llevando a cabo ensayos clínicos con la vacuna BCG, usada desde hace más de una década para combatir la tuberculosis.
Camille Locht, director de investigación del Instituto Pasteur en Lille, afirma en una entrevista con France 24 que «el BCG hace parte de una familia de vacunas especial, las vacunas vivas, que tienen la facultad de proteger contra enfermedades que no son necesariamente aquellas por las cuales fueron diseñadas.»
Entrevistado por RFI, el profesor Frédéric Tanguy del Instituto Pasteur de París explica que «como la vacuna contra el sarampión, produce respuestas inmunitarias muy amplias. Se trata de una protección muy amplia».
Se cree que el BCG puede reducir los síntomas de la COVID-19 al mejorar las capacidades inmunológicas generales del organismo. Es un refuerzo inmunitario.
De haber sido vacunado de niño, un individuo queda protegido durante 60 años. Sin embargo, no se ha podido comprobar todavía si los humanos que ya han recibido esta vacuna presentan anticuerpos capaces de proteger contra el SARS-CoV-2.