Si todavía fumas, entérate de todo el daño que estás causando a tu cuerpo… antes de que sea tarde. Además, sobre los pobres no fumadores que aspiran ese veneno… ¡de rebote!
Los expertos acuerdan en que no hay que subestimar la dependencia a la nicotina. Si te quedas en la tranquilidad total, fumas sólo una o dos veces por semana, hay altas probabilidades de que, antes de que te des cuenta, el ritual social se haya transformado por tiempo completo.
Hace que tu aliento apeste, mancha tus dientes y es una de las principales causas de cáncer de boca, faringe, vejiga, hígado, colon, cuello del útero, páncreas, laringe, esófago y riñón. Por eso es difícil entender por qué el 21% de las personas que poseen entre 18 y 24 años de edad todavía fuman. Para peor, según datos de la Organización Mundial de la Salud, Argentina es uno de los países del mundo donde hay más personas que fuman.
Quizá pienses que sos demasiado joven para que el cigarrillo produzca consecuencias en tu salud y que vas a dejar el pucho antes de cumplir los 30. Malas noticias para vos: postergar la decisión no va a hacerlo más fácil (más bien, todo lo contrario). Ah, y el cigarrillo empieza a dañar tu organismo… a partir de los primeros paquetes.
Nuevos estudios internacionales, sugieren que el organismo femenino podría ser menos eficiente que el cuerpo de un hombre, para reparar el daño que el cigarrillo le provoca en su ADN. De acuerdo con el Programa Nacional de Control del tabaco del Ministerio de Salud de la Nación, «Las mujeres sufren las mismas complicaciones del consumo que los hombres: cáncer y enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas. Sin embargo, algunas de estas complicaciones son más severas en las mujeres».
Además, las fumadoras sufren de alteraciones óseas y en el aparato reproductivo. Fumar se asocia con una obstrucción leve de las vías aéreas y una disminución de la función pulmonar en los adolescentes. Y -¡oh, casualidad!- en este punto las mujeres también son más vulnerables.
Fumar poco también – Pedir un cigarrillo ocasional o pitar sólo con amistades, te convierte en «fumador social». Esto puede hacer que sientas seguridad, pero es una falsa sensación. Otro clásico: las personas que creen que fuman poco porque el pucho se consume casi todo en el cenicero. «El que deja que el cigarrillo se queme solo, aspira más sustancias nocivas porque lo que se desprende del humo es más tóxico que el humo que se aspira directamente», asegura el Doctor Reynaldo Smith, Director de la Unidad de Tabaquismo del Servicio de Medicina Respiratoria del Hospital Británico de Buenos Aires.
Trae daños a largo plazo – Además de generarte actualmente problemas respiratorios o bucodentales (provocados por el mal aliento o el deterioro del esmalte dental), secarte la piel, poner tu pelo más opaco y hacer que tu cuerpo huela mal, el tabaco puede dejar en tu cuerpo pequeñas o grandes bombas que estallarán en el futuro. Aunque tengas la voluntad de dejar la adicción antes de cumplir los 30 años de edad. ¿Lo menos grave? Las arrugas prematuras que no vas a poder borrar. ¿Lo peor? La posibilidad de desarrollar cáncer (incluso, de labio) y el desastre que la nicotina arma en tus hormonas, porque disminuye los estrógenos, una sustancia esencial para las mujeres, ya que perjudica el funcionamiento de los ovarios. Según el Ministerio de Salud de la Nación, esto puede traer alteraciones del ciclo menstrual, de la fecundidad, del embarazo ¡y el adelanto de la menopausia! ¿Te pusiste nerviosa? Bueno, respira hondo… y tira ya mismo tu atado a la basura.
Producción: Mercedes Banegas
Afrodita: Mujer – Amor – Belleza
Diosa de la Mitología Griega del Amor y la Belleza