Ir a la cancha y, además, tener sexo. Ese es el plan turístico naturalizado para muchos de los hinchas que acuden a las Copas del Mundo. Más si la fiesta futbolera es en Brasil, donde “todo debe ser alegría". La pregunta es: ¿Alegría a cualquier costo? ¿Aún si la transacción sexual es con niños y niñas que apenas tienen 9 años o cursan su adolescencia? Al menos vale la pena pensarlo. Y eso es lo que propone el médico y psicoanalista Jorge Volnovich, quien vivió entre 1978 y los 90 en Brasil, y dirige la Sociedad Brasileña de Investigación de la Infancia y la Adolescencia, con sede en Río. “Lo que más se vende en los mundiales es fútbol, cerveza y servicio sexual”, asegura.
—¿En los mundiales las redes de trata y prostitución están de fiesta?
—Sí, son redes invisibles pero extraordinariamente lucrativas para el mercado. Ni en el siglo XIX ni en el XX hubo tanta prostitucion infanto juvenil como ahora.
—¿Por qué?
—Por el mercado, ya el problema no tiene que ver con la opresión del patriarcado. Ahora es el mercado el que se apropia de los cuerpos de hombres y mujeres; de niñas, niños y adolescentes que pueblan los prostíbulos de todas las ciudades donde hay turismo sexual. En el caso particular de Brasil, en los doce puntos donde se juega el Mundial hay prostitución y en el nordeste más. Allí la red está instalada y aceptada. A tal punto que los clientes adinerados de países europeos, como Suecia, que tienen legislaciones bastante restrictivas respecto de la prostitución y trata, no usan las redes europeas, viajan a Recife. Para el europeo, Brasil es un prostíbulo libre.
—Estadísticas publicadas por la BBC esta semana indican que allí, justamente en Recife, uno de cada cuatro menores se prostituye.
—No me extraña. En el puerto de Santos, muy cerca de unas de las sedes, San Pablo, se realizó una investigación de las redes de prostitución que reveló que de cada diez prostitutas, siete reconocen haber sido objeto de abuso sexual en la infancia y en la adolescencica y que luego entraron en las redes. O sea, el abuso sexual las prepara y el mercado las aprovecha, demostrando que en esas sociedades lo más consumido son cuerpos de niños y adolescentes.
—Usted vivió y aún trabaja en Brasil. ¿De qué edades hablamos cuando se refiere a “niños y adolescentes”?
—Esto es la teoría del embudo. Cada vez los niños y niñas se adolescentizan más precozmente: antes los cuerpos para el mercado se ofrecían a los 13 años, ahora a los 9. Y esto es tolerado e invisible y comenzó en el Mundial de Alemania, de 2006.
—¿Por qué allí?
—Porque en Alemania se regula mucho el turismo sexual y se institucionalizaron los prostíbulos bajo la mirada atenta de la Fifa y a partir de allí se desarrolló un movimiento que hizo auge en Brasil. Esto demuestra que regular la prostitución en base a los derechos no evita que los cuerpos sean consumidos. La verdadera responsabilidad es de los clientes de prostitución y turismo sexual al que le venden el paquete, all inclusive. Y no es broma lo que digo: los taxistas del aeropuerto de Confim ofrecen a los turistas los books con fotos de niños y niñas que van a ser prostituidos; fiesta completa.
—¿Se intentó frenar el consumo de prostitución antes del Mundial?
—En Belo Horizonte, sede de nuestra selección, el Consejo Tutelar hizo un pedido al Supremo Tribunal de Minas Gerais para que los hoteles alojamientos y burdeles permanezcan cerrados durante el Mundial, para evitar la trata y prostitución infanto juvenil. Se rechazó el recurso, con anuencia del sector hotelero, alegando que no se podía cercenar la libre actividad económica de una empresa. El Estado lanzó varias campañas contra la prostitución y la trata en Brasil, pero aún en su máxima expresión es un peso pluma ante el mercado. De todos modos lo peor es el doble discurso. En Inglaterra, en Suecia, en Francia se ufanan de que bajaron la prostitución. Allá baja y sube acá. Exportan clientes. Para que el Estado pueda ser eficaz hay que agilizar las denuncias precozmente, ya que en general a los abusados, y más si son mujeres, no se les cree. Son cuerpos destinados la prostitución. Después del Mundial quedarán obras, muchas, pero también cuerpos arrasados, de prostitutas de clase baja y también Vip.
FG_AUTHORS: La Capital – Ovación