Reproducciones de conocidos Artistas en las fachadas de edificios céntricos. La idea incluye, por ahora, ocho obras de plásticos famosos, entre ellos Berni…
Una idea original ha convertido a Rosario en un gigantesco museo. En las fachadas secundarias de los edificios céntricos se han «colgado» gigantescas reproducciones de obras de ocho conocidos artistas plásticos rosarinos; aunque algunos no nacieron en la ciudad, la eligieron para desarrollarse.
Se trata de pinturas de Antonio Berni, Emilia Bertolé, Alfredo Guido, Julio Vanzo, Leonidas Gambartes, Juan Grela, Ouvrard, y Berlinghieri. Los originales están en algún museo, o en colecciones privadas y si no fuera por esta idea, tal vez nunca se hubieran sido conocidas.
Muchos de las reproducciones ya están terminadas, otras en ejecución, y se han constituido en una exposición al aire libre y un nuevo rasgo al paisaje urbano. Se trata de «Retrato», de Berni, que revive en el muro del hotel ubicado en bajada Sargento Cabral y San Lorenzo; «Cora», de Bertolé, en Santa Fe y Laprida; «La niña de la rosa», de Guido, en Corrientes y Tucumán; «Bandoneón», de Vanzo, en Urquiza y Sargento Cabral; «Mitoformas», de Gambartes, en Urquiza y San Martín; «Moncholo», de Grela, en Corrientes y San Lorenzo; y dos «Retrato», de Berlinghieri y de Ouvrad, en una cochera de Urquiza y Sarmiento.
El promotor del proyecto es el plástico Dante Taparelli, quien recordó ayer a Clarín, que «a mediados del año pasado se tuvo el apoyo del intendente Miguel Lifschitz y del director de Comunicación Social Daniel Canabal, para la ejecución del programa «Arte a la vista. Museo urbano». Para Taparelli, «es el primer museo de sus características en el mundo», que tiene como una referencia similar los murales sobre la Revolución mexicana de los artistas de ese país. «Pero museo urbano es algo totalmente diferente», sostuvo.
Taparelli destacó que «Arte a la vista es marca registrada de la ciudad, y su ejecución material la realizan dos pintores letristas que trabajan con técnicas adecuadas. La intención es limpiar el espacio por contraste y poner en escena el arte de la cultura para todos». Afirmó, que algunas de las pinturas «miden 19 metros por 16, otras 10 por 14, y son apreciadas sólo de día. En los talleres municipales se realizan brazos lumínicos para iluminarlas de noche», concluyó.
Esta acción cultural implica la valoración de los espacios urbanos que estaban vacíos de significado, dotándolos de color e interés para la comunidad.
Fuente: diario Clarín – Elio Abaca
Fotos: Municipalidad de Rosario