El sindicato expuso su postura en una reunión con funcionarios del gobierno provincial.
El Sindicato Unico de Petroleros del Estado pidió ayer que tanto los legisladores santafesinos como el gobierno provincial impulsen la reestatización de la destilería de San Lorenzo, que no está contemplada en el proyecto de recuperación de YPF porque actualmente está en manos de Oil Combustibles y ya no pertenece a YPF.
De las seis destilerías que YPF poseía a lo largo de país (Campo Durán en Salta; San Lorenzo en Santa Fe; Dock Sud y Ensenada en Buenos Aires; Luján de Cuyo en Mendoza; y Plaza Huincul en Neuquén), las tres primeras fueron vendidas en el marco del decreto presidencial 2778 de diciembre de1990 que transformó YPF de sociedad del Estado en sociedad anónima, por lo que dejaron de pertenecer a YPF y no se encuentran abarcadas en el proyecto de recuperación.
Si bien la destilería de San Lorenzo tiene una capacidad de procesamiento que puede considerarse chica, ya que puede elaborar 6.000 metros cúbicos por día, un plan de reconversión podría duplicar o triplicar su producción y ser de suma importancia en el camino del autoabastecimiento.
El gremio remarcó que actualmente las tres refinerías que posee YPF SA, Ensenada, Luján de Cuyo y Plaza Huincul, mantienen la misma capacidad de procesamiento que tenían 20 años atrás, circunstancia que hace imprescindible contar con más destilerías por pequeñas que sean.
Por otra parte, el gremio sostiene, y así se lo hizo saber formalmente al ministro Galassi y también al gobernador Antonio Bonfatti, que de recuperar la destilería, Santa Fe tendría un argumento más sólido para sustentar su pretensión de participar en el reparto de las ganancias de YPF SA ya que, según el gremio, "en el proceso productivo, la etapa de la refinación es tan importante como la de la extracción".
En San Lorenzo YPF poseía la destilería ubicada sobre la ruta 11 y la planta de despacho de combustibles sobre la costa del Paraná, con cuatro muelles para buques de gran porte y la cabecera del margen ribereño de la ciudad, y la cabecera del poliducto San Lorenzo y la terminal de despacho de combustibles ubicada en el acceso norte de la autopista a Rosario.
En abril de 1993, tanto la destilería como la planta de despacho fueron vendidas, mientras que el poliducto sigue perteneciendo a YPF, con la paradoja de no contar con muelle propio por lo que tuvo que alquilar hasta que la residual de gas del Estado pasó a manos de YPF, y así volvió a contar con muelle propio.
La destilería San Lorenzo fue vendida al único oferente que se presentó a la licitación, una sociedad conformada por el 42,5 por ciento Pérez Companc, 42,5 por ciento Soldatti, y 15 por ciento Petroquímica Argentina Sociedad Anónima que también pertenecía a Pérez Companc.
Además, los compradores se quedaron con el club, que era uno de los más concurridos de la ciudad, hasta que sus nuevos dueños decidieron cerrarlo. En esa época desde San Lorenzo comenzaron a venderse combustibles al público con el nombre comercial de SL San Lorenzo, una experiencia que duró bastante poco ya que el objetivo de sus compradores era vender la refinería.
En 1997 Soldatti vendió su porcentaje accionario a Repsol, que luego vendió a Pérez Companc, para luego pasar en su totalidad a manos de Petrobras y luego hace poco tiempo ser adquirida por Oil Combustibles de Cristóbal López.
Como un auto usado que cambia de manos, así fue el destino de la refinería San Lorenzo, un emblema de la ciudad, orgullo de la región que dejó en los noventa una gran cantidad de personas sin empleo, y que también es parte de la soberanía energética que se busca recuperar. Además de las plantas ubicadas en San Lorenzo, YPF en Santa Fe tenía la divisional Rosario en Montevideo y San Martín, donde operaba el centro de comercialización para el Litoral.
Fuente: La Capital