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Con el correr de los días fue quedando claro quiénes son los verdaderos beneficiarios en las economías regionales del Programa de Incremento Exportador: las empresas exportadoras y no necesariamente el productor que es quien sufrió directamente el impacto de la sequía. Además se sabe que la recaudación mayoritariamente provendrá de las exportaciones del complejo sojero (6.000 de los 9.000 millones de dólares que se estiman cobrar) mientras que difícilmente aumente en volúmen la exportación de productos regionales.
En cambio, se observan riegos inflacionarios si el cumplimiento de la condición de abastecimiento al mercado interno en las áreas donde se verifique la posibilidad de destinar paerte de la oferta a la exportación.
Sin beneficios para los tambos
“En el caso del sector lechero existen tres perfiles de empresas básicamente. Las firmas de capital nacional con importante participación en el mercado interno y algo de producción para exportar, que destinan entre el 60 y 80 por ciento al mercado interno”, menciona Roberto Socin, coordinador de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe (Meprol-SAFE). Se trata de Mastellone, Verónica, la ex Sancor, Ilolay, Milkaut (recientemente comprada por Savencia), García Hermanos, Noal, etc. Estas conforman el Centro de la Industria Lechera Argentina (CIL) y en suma procesan cerca del 68 por ciento de toda la leche del país.
“Otro grupo son las empresas netamente de capital extranjero; como Adecoagro, Saputo, Savencia, Corlasa (perteneciente al grupo peruano Gloria) y Nestlé. Estas exportan el 70 por ciento de su producción y el 30 por ciento lo destinan al mercado interno. Y por último se encuentran las PyME de la industria láctea que procesan el restante de lo trabajado por el CIL”.
El interés de la industria lechera no es el de los productores. Los productores son los tambos, que paulatinamente han ido desapareciendo, en especial los más pequeños que no pudieron diversificar la producción con ganado o agricultura. Los tambos fabrican la leche cruda que es la principal materia prima y costo de la industria: “explica entre el 48 y 55 por ciento del costo final”, aclara Socin. “El segundo costo en relevancia es el financiero, el tercero el de logística y cuarto la mano de obra”, agrega. La industria lechera se beneficiará con el dólar agro, la que exporta todo y la que lo hace en parte pero ahora tiene incentivos a reasignar más producción al mercado externo, y solo en contados casos parte de ese beneficio llegará al productor.
En el caso de la leche, como en muchas otras economías regionales, el mecanismo de formación de precios está concentrado en el último eslabón de la cadena, en la industria manufacturera que suele estar integrada verticalmente con canales de distribución propios para la posterior comercialización del producto.
“El abastecimiento interno de leche este año se ve amenazado por la reducción de forrajes para alimentar las vacas dada la sequía, por los mayores costos que supuso el dólar soja 1 y 2 y por la falta de reservas propia de la actividad tambera”, advierte Socin. Si a eso sumamos la reorientación de la producción hacia el mercado externo fruto del dólar agro, el riesgo puede ser mayor.
En tanto, aclara el experto, “el CIL proyecta que la producción caerá este año un 5 por ciento», por lo cual «para mantener el abastecimiento per cápita actual (de 200 litro per cápita) en Argentina, las exportaciones del sector deberían caer en vez de aumentar”.
Otro corolario de estas medidas de dólar diferencial es el aumento del costo de alquiler de los campos, ya que compiten con los nuevos precios de la soja. Son todos factores inflacionarios que suman a una dinámica ya acelerada de precios.
La producción de vinos
En el caso del sector vitivinícola el impacto de la sequía fue mayor, ya que de acuerdo a lo estimado por Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) la producción caería este año un 23 por ciento. No obstante es un sector con capacidad de stockeo para abastecer al mercado interno. De acuerdo a estimaciones del Observatorio de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) existen unas 650 bodegas exportadoras que podrían verse alcanzadas por el nuevo dólar agro y el impacto en materia de dólares generados sería récord, si bien aclaran que la medida por tener un relativamente corto plazo de validez no alcanzará para que se ganen nuevos mercados.
“El beneficio es individual y opcional para cada empresa, es decir que cada bodega evaluará sus costos y beneficios para acceder al PIE”, indicó a Página 12 Daniel Rada, director del Observatorio Vitivinícola de Coviar. De acuerdo a sus estimaciones “si la empresa destina al mercado interno el 75 por ciento de su producción y un 25 por ciento al mercado externo, está en condiciones de verse favorecida por participar del PIE”. Salvo en el caso de bodegas muy pequeñas que muchas veces destinan todo a exportación, la distribución habitual es que se exporte entre el 20 y 25 por ciento del total producido de vinos.
“El éxito de la medida dependerá también de la posibilidad de adelantar exportaciones que tengan las bodegas, es difícil imaginar un cambio estructural en el volúmen exportado”, aclara también.