A Rosario y Santa Fe, la Legislatura provincial les sumó los de segunda categoría. En esta última franja se encuentran 48 ciudades santafesinas, que entraron en la norma.
A Rosario y Santa Fe, la Legislatura provincial les sumó los de segunda categoría. En esta última franja se encuentran 48 ciudades santafesinas, que entraron en la norma.
La Cámara de Diputados de la provincia convirtió finalmente en ley la modificación a la ley orgánica de municipalidades que permitirá aumentar el número de concejales no sólo en Rosario y Santa Fe, sino también en 48 municipios de segunda categoría, los que ahora deberán resolver cómo se adecuarán a la norma.
Los diputados aprobaron el proyecto que les fuera remitido desde Senadores, quienes dieron media sanción a la derogación de la llamada "ley Borgonovo", que había reducido el número de ediles en las ciudades de Rosario y Santa Fe.
Tal como lo publicó LaCapital en su edición de ayer, los senadores introdujeron modificaciones al ampliar la autorización para elevar la cantidad de ediles no sólo en Rosario y Santa Fe (ciudades de primera categoría), sino también en los municipios de segunda (de entre 10 mil y 200 mil habitantes), que suman 48 ciudades más.
Los topes. El texto aprobado por los senadores, que los diputados respetaron, establece que las ciudades de primera categoría tendrán 13 concejales (de piso) y que se agregaría uno por cada 50 mil habitantes o fracción.
En tanto, en los de segunda categoría, se facultará a elegir seis concejales por los primeros 20 mil habitantes y agregar uno por cada 15 mil vecinos.
La medida afecta a los cuerpos deliberativos de importantes ciudades como Rafaela, Reconquista, Venado Tuerto, Villa Gobernador Gálvez, Esperanza, Cañada de Gómez, Casilda, Villa Constitución, entre otras 48 ciudades de segunda.
El proyecto original —autoría del diputado radical Leonardo Simoniello— establecía esa prerrogativa sólo para los municipios de Santa Fe y Rosario, pero los senadores incluyeron al resto de las 48 ciudades y luego la Cámara baja convalidó dicha modificación.
Desde el "que se vayan". Fue en 2002 cuando se sancionó en la Legislatura un proyecto de ley que obligaba a la ciudad capital y a Rosario a reducir a la mitad su número de ediles. Santa Fe pasó de tener 23 concejales a 13, mientras que en Rosario el descenso fue aún más drástico, porque pasó de 42 a 22. Esto afectó la representación política de las minorías, cuya participación se vio limitada.
El impulsor de aquella norma fue el entonces ministro de Gobierno de Carlos Reutemann, Esteban Borgonovo, y por ese motivo aquella ley adquirió su nombre. Ayer, después de varios intentos que se hicieron en los últimos años para derogar la norma, se decidió dar un paso fundamental para que las ciudades perjudicadas recuperen espacios legislativos que sirvan a que más sectores políticos tengan representación en los Concejos.
"En su momento, la ley Borgonovo fue una expresión de una situación de crisis en la que había entrado la política, enmarcada en el «que se vayan todos», y lo único que sucedió en aquel entonces fue el achicamiento de los concejos municipales", reflexionó recientemente Simoniello. Y aclaró que "esta ley fija claramente que no se deben aumentar los presupuestos para su ejecución. Los concejos municipales deben adecuarse a los presupuestos que voten".
Abanico ampliado. Pero los senadores no se quedaron sólo con Rosario y Santa Fe. Redoblaron la apuesta y descongelaron el número de representantes para los municipios de segunda categoría, es decir, las que tienen más de 10 mil habitantes pero menos de 200 mil.
En ese segmento de localidades más pequeñas, la ley aprobada establece que "elegirán seis concejales por los primeros 20 mil habitantes. Luego agregarán un concejal por cada 15 mil habitantes hasta llegar a los 80 mil. Superando ese número agregará otro concejal por los próximos 30 mil habitantes, otro por los siguientes 40 mil y un último por los siguientes 50 mil".
En ningún caso podrán pasar la barrera de los 13 concejales, que es el piso con que arrancan Santa Fe y Rosario.
"En las municipalidades de primera categoría, por los primeros 200 mil habitantes se elegirán 13 concejales, agregándose en ambos casos (en relación a Santa Fe y Rosario que son los dos únicos distritos en esa situación) un concejal por cada 50 mil habitantes o fracción no inferior a 30 mil", dice la norma.
Algunas cifras. Así, si bien aún se desconoce el número definitivo de población, se puede suponer que la capital provincial, con casi 400 mil habitantes, podría sumar entre cuatro y cinco ediles más en los dos próximos comicios (2013 y 2015).
A su vez, "las municipalidades de primera categoría podrán establecer por ordenanza sancionada por mayoría especial de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de sus respectivos concejos municipales, un coeficiente menor al de 50 mil habitantes con el objeto de determinar una mayor cantidad de concejales".
No obstante, "dicho coeficiente no podrá ser menor a 40 mil habitantes o fracción no inferior a 20 mil". Y "tal decisión deberá ser notificada a las autoridades electorales en forma previa a la convocatoria del acto eleccionario". De esa forma, Santa Fe incluso podría sumar entre cinco y seis concejales más si la población supera los 420 mil. En el caso de Rosario, el número de ediles se estiraría a los 28. Tres de ellos se agregarán en 2013 y los otros tres en 2015.
Entre 2013 y 2015. El artículo dos de la —ahora— Ley Simoniello refiere a que "la diferencia de concejales que resulte entre el número actual y el número resultante por aplicación de la presente norma será cubierta de la siguiente forma: la mitad en el primer turno electoral subsiguiente —año 2013— y la otra mitad en el siguiente —año 2015—".
"En todos los casos, al agregar los concejales se deberá tener en cuenta que a posteriori se respete la renovación bienal del concejo por mitades. En caso de que el concejo quede constituido por un número impar, la renovación del número mayor de concejales se hará juntamente con la elección de intendente", finaliza la ley, que también deja en manos de cada cuerpo deliberativo local la decisión de incrementar o no sus presupuestos.
Fuente: La Capital