En Brasil, la ciudad de Manaos recibió los cinco camiones con oxígeno enviados por Venezuela.
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La ayuda fue donada para atender el colapso sanitario que sufrieron los hospitales de la ciudad ante el aumento de contagios por coronavirus.
El canciller venezolano Jorge Arreaza confirmó la llegada del cargamento y pidió más solidaridad entre las dos naciones.
Desde Caracas han asegurado que seguirán proporcionando su ayuda a Brasil cuando lo necesite.
LAS BURLAS DE BOLSONARO
El lunes pasado, cuando el contingente de vehículos llegó a la frontera con Brasil, Bolsonaro, quien no reconoce a su par venezolano como legítimo, hizo comentarios sarcásticos sobre la situación económica venezolana desde Brasilia, sede del Gobierno central.
«Si Maduro quiere suministrarnos oxígeno, podemos recibirlo sin ningún problema; pero podría ayudar en la emergencia de su pueblo también. Con el salario mínimo allí no se compra medio kilo de arroz», dijo en tono despectivo.
El ultraderechista también hizo bromas crueles sobre la situación del país vecino, que ha dejado de percibir el 99 % de sus ingresos en divisas en los últimos seis años producto de las medidas punitivas de EE.UU.
«No tienen perros allí, ¿por qué será? ¿Alguna peste? Se comieron todos los perros, se comieron todos los gatos», afirmó el mandatario brasileño antes de cargar contra el presidente bolivariano.
«Veo a idiotas elogiando: ‘miren a Maduro, qué corazón tan grande tiene’. Realmente, con aquel tamaño, 200 kilos y dos metros de altura, su corazón debe ser muy grande. Pero nada más allá de eso», finalizó.
Brasil y un grupo de gobiernos de la región reunidos en el Grupo de Lima, cónclave surgido en la Organización de Estados Americanos (OEA), sostienen que en Venezuela hay una «crisis humanitaria», de la que culpan al Gobierno. Al respecto, Caracas ha dicho que realmente existe una crisis económica, recrudecida por las sanciones en su contra, que ha afectado a los sectores más vulnerables.
Situación en Amazonas
El estado Amazonas, ubicado en norte brasileño y con 3,8 millones de habitantes, atraviesa una crisis sin precedentes. Actualmente hay unos 2.000 pacientes internados y los cementerios están abarrotados.
El consumo del gas fundamental en los unidades hospitalarias ha registrado un récord debido a que pasó de 5.000 metros cúbicos diarios a 76.000 (76 millones de litros).
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