“Pido venganza”· “¿Cómo vas a pedir venganza?, no digas eso” · “Entonces pido justicia”· “ah, eso ya es otra cosa…”
Por Antonia Utrera*. Julio 2018. PRESSENZA.COM
Juan Espinosa (Guadalajara, España – 1962) escritor, humanista y persona de profundas convicciones espirituales, desarrolla estudios de historia y mística desde el 2001. De ahí su primer libro “El corazón de la mística”.
El pasado mes de abril, Juan Espinosa estuvo en Barcelona presentando su segundo libro “La Superación de la Venganza: Un nuevo horizonte espiritual” (Editorial Punto Rojo Libros). El equipo de la Revista Acelobert aprovechamos para hacerle esta entrevista que resultó de gran interés, por su mirada profunda abierta al futuro y su aporte a la comprensión de lo humano.
El famoso “ojo por ojo y diente por diente”.
Si, a veces es así, de forma muy evidente, pero otras es más sutil. Está en las relaciones cotidianas, en las relaciones personales. Uno no piensa “ojo por ojo y diente por diente”, pero si piensa: ”ese se va a acordar” ó “a ese no le hablo más”, o “no se merece que le vayan bien las cosas”, todos estos pensamientos tienen que ver con la venganza. La primera y la segunda guerra mundial, la guerra de los Balcanes de hace dos década, tienen también un altísimo componente vengativo; el conflicto de ETA, los conflictos sociales; todo eso tiene que ver con la venganza. Y también las dificultades personales.
¿La venganza es intrínseca al ser humano?
Ni la violencia ni la venganza es intrínseca al ser humano. Si fuese así, no encontraríamos ningún ser humano exento de eso, y sin embargo encontramos seres humanos que se superan hasta desaparecer de ellos el afán de violencia, o el afán de venganza. No solo figuras historias como Mahatma Gandhi y otros, también a nivel personal uno conoce veces personas extraordinarias, de carácter sencillo cuyas aspiraciones o su estilo de vida no tienen esos componentes. No, no es natural, la venganza no es consustancial al ser humano. Hay etapas y hay culturas donde la venganza no es la reacción natural.
En occidente sí lo es…
En occidente, cuando surge una tensión, un conflicto, una agresión, la reacción natural es responder en proporción, o desproporcionadamente. Pero en otros momentos y otras culturas no es asi. En la India, por ejemplo, también hay violencia, hay discriminaciones, incluso también hay venganza, pero existen allá otras alternativas. No siempre la gente responde con venganza. Este tipo de problemas, que en muchas partes se entiende como agresiones intencionadas, allí se entienden como accidentes de la vida.
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¿Accidentes de la vida?
Si y al entenderse como accidentes de la vida, la gente no le surge la fuerte tensión a que el otro pague por su acto. Porque es un accidente de la vida, igual que una gran tormenta o igual que otras cosas de la vida. En occidente solo se piensa de una manera. Cuando ocurre una agresión solo se piensa en justicia y en culpable. Esta es la diferencia entre occidente y otras zonas culturales, que aquí solo se piensa de una manera: “esto es una injusticia” “aquí hay culpables”. Pero en otras zonas, además de está, hay también otras formas de entenderlo.
¿En que momento de la historia aparece la venganza?
En el paleolítico las tribus ya tenían cierto nivel cultural, pintan en las cuevas, ya tienen algunos ritos, ya tienen formas de conectar con lo sagrado, sus pequeñas mitologías… pero son nómadas. En ese periodo los conflictos no siempre se resolvían violentamente. A veces si, y a veces no. Y los conflictos entre tribus eran muy pocos. Tiempo atrás había más tensiones, ya que había un problema serio, no sabían producir fuego. Si no sabes producir fuego, y pierdes el fuego… sin fuego no se podía vivir!. Una tribu sin fuego estaba destinada a la muerte, a la desaparición de todos los miembros. El fuego produce una cantidad de beneficios tremenda, además de calor, la protección ante los animales que huyen asustados, etc… Entonces, si se quedaban sin fuego no tenían mas remedio que robarlo y eso producía guerras y tensiones. Pero hace cincuenta mil, sesenta mil años, aprendimos a producir fuego; si se les apagaba el fuego, no pasaba nada, lo creaban de nuevo.
Eso trajo una época de paz…
Eso dio una tranquilidad, aunque desde luego que no desaparecieron todos los conflictos. Los antropólogos afirman que hubo un periodo más o menos tranquilo, porque se ve que muchos de los muertos no tienen heridas de armas, son muertes mas o menos naturales. Pero hace diez mil, doce mil años, empezó a cambiar el tema radicalmente cuando llegó la agricultura y la domesticación de los animales.
Y aparecieron los primeros asentamientos…
Ahí apareció todo el proceso que nos ha traído hasta aquí. Como consecuencia se empezaron a especializar; unos eran agricultores, otros alfareros y otros guerreros. Esas especializaciones trajeron las jerarquías. Y con las jerarquías, como el ser humano estaba aprendiendo a domesticar a las plantas, a domesticar a los animales, también aprendió a domesticar a otros seres humanos, la explotación de unos seres humanos por otros seres humanos.
Y empezó la esclavitud…
Si y hasta el día de hoy lo estamos arrastrando, todavía no hemos superado que uno quede subyugado a las intencionalidades de otros, o a que unos le den trabajo a otros, etc. Eso tiene unas consecuencias muy grandes.
De nuevo otra época violenta.
Si, porque claro, algunos progresan, tienen la agricultura, tienen ganadería, crean ciudades.. y otros no tienen grano, no tienen animales, están pasando hambre y dicen, voy a robarles todo. Y ahí empieza un momento muy bélico, que llega hasta ahora. En los primeros tiempos hace ocho mil, seis mil años, la venganza era una cosa tremenda. Si moría un hijo de la tribu por un asesinato, la respuesta era terrible, no solo contra la persona culpable, sino contra toda su familia; todo su pueblo quedaba arrasado. Es un poco duro decirlo pero llegó Hammurabi con su código, “el código de Hammurabi” y dijo “nos estamos pasando de la raya, vamos a ser mas proporcionales y vamos a decir “solo ojo por ojo, y solo diente por diente”. Otra cosa que dijo importante; “la gente no puede emprender por su cuenta la venganza, primero tiene que haber un juicio, tiene que haber unos jueces, una decisión, no lo juzga el individuo sino el Estado”. Entonces la venganza pasa a los mecanismos del Estado, pero el mecanismo interno, sigue estando ahí.
¿La Justicia es otra forma de venganza?
La venganza se ha ido sutilizando, se ha ido civilizando y ahora se utiliza la palabra justicia, pero el mecanismo psicológico interno es el mismo. De tal manera que a la gente le puede parecer muy bruto decir: ”pido venganza”. ¿Cómo vas a pedir venganza?, no, no digas eso. “Entonces pido justicia”- ah! Eso ya es otra cosa… Pero el mecanismo está ahí, es el mismo. Porque no se puede pensar que el hecho pueda ser interpretado de otro modo. Siempre se interpreta: “aquí hay una injusticia y debe haber un culpable”. Mientras interpretemos así, el pensamiento nos llevará a la venganza.
No está de moda hablar de venganza…
Si tu ves las producciones cinematográficas de los últimos 15 años, acerca de héroes justicieros, te vas a hartar…Vas a encontrar cantidad de héroes vengadores y justicieros, que si Superman, Spiderman… Vienen de Estados Unidos, un país donde esto de la venganza está mas fuerte.. La otra gran fábrica cinematográfica del mundo que es la India, es muy raro encontrar una película de héroes justicieros, sus temas son otros; el amor, el enamoramiento, el progreso social, gente humilde que progresa económicamente… ahora están con esos mitos, pero no tanto los de los héroes justicieros.
Algunos países llevan la venganza hasta la pena de muerte.
Estudios muy serios de Naciones Unidas, de Amnistia Internacional, donde se comparan dentro de Estados Unidos, Estados que tienen pena de muerte, con otros que no la tienen. Resulta que es al revés el tema; en Estados donde existe la pena de muerte hay mas asesinatos que en aquellos otros donde no hay pena de muerte. Otro ejemplo es Canadá, que en los años 70 tenía pena de muerte y ahora no la tiene. ¿Y entonces? ¿Cómo es que no teniendo pena de muerte han disminuido los asesinatos? Nosotros creemos que siendo duros e imponiendo penas mas fuertes, haremos recapacitar a los delincuentes.
¿No funciona así?
No, cuando uno pide penas duras, en realidad lo que está pidiendo es que el otro pague por ello. “lo que ha hecho no se puede consentir, tiene que pagarlo. Y cuanto mas duro lo pague el otro, mejor me voy a sentir yo”. Todo eso de que así evitamos la delincuencia, no son mas que justificaciones que nos montamos. Yo me tengo que descargar este malestar, y si no lo hago sobre el culpable, no me lo podré quitar. No es difícil encontrar gente que en su trabajo se siente mal, se siente humillado, y luego, ¿con quién la paga? Llega a casa y la paga con cualquiera, con su hijo, con su mujer… Eso es venganza, pero como no puede volverse contra sus jefes, busca un chivo expiatorio y la paga con personas débiles.
¿Cómo se acaba con la violencia?
Es imposible resolver la violencia con violencia, aunque sea judicial. La violencia se resuelve con el reconocimiento de que eso es lo peor que puede pasarle a una persona. No solo como víctima; aunque yo haya vencido, me siento fatal con un acto que sale de mi y maltrata a otro ser humano. No solo me siento mal cuando ejercen violencia sobre mi, es que me siento mal cuando yo la ejercito sobre otros. Me siento mal cuando me siento violento conmigo mismo, o me enfado, o me maltrato a mi mismo. Tengo que aprender a encontrar una raíz interna, que es la fuente de la violencia, y saber desactivarla. Reflexionar sobre las raíces de mi comportamiento. Hay unas creencias, unos temores, unos valores, unas aspiraciones…sobre todo eso, hay que reflexionar. Es difícil, porque reflexionar en un mundo donde nadie reflexiona, uno se siente en soledad, pero hay que hacerlo.
Cada vez hay mayor rechazo a la violencia.
Si, es cierto que la sociedad cada vez acepta menos las respuestas violentas. Hace unos años hubo en España una reacción muy fuerte con el No a la Guerra y si ahora hubiese conflictos en Europa, la respuesta de la gente en contra de un conflicto bélico seria mucho mayor. Hace 70 u 80 años la gente aceptaba la guerra como lo mas normal, creo que ahora la gente no aceptaría algo asi.
Algo está cambiando…
Poco a poco esa intención un poquito mas profunda se va abriendo paso y se va a producir con el paso de décadas un cambio de sensibilidad y un cambio de valores y creencias. Ya se ve en algunas situaciones. La gente tiene que apostar por la reconciliación y hay que aprender a reconciliarse. Tenemos serias dificultades con ese tema. En otros lugares saben reconciliarse. Si uno estudia la historia de conflictos africanos, hay algunos conflictos que después hicieron procesos muy bien hechos, con mucha verdad, de reconciliación muy serios, muy importantes.
No hay reconciliación sin verdad.
Así es, no hay reconciliación sino sale toda la verdad arriba. Toda la verdad de lo que pasó desde los diferentes puntos de vista, que tienen que estar arriba, transparentes, visibles.. Después de eso puede haber reconciliación. No hay reconciliación sin verdad. Por eso, muchas veces estas comisiones de los africanos se llamaban así, comisiones de la verdad y la reconciliación. Porque tiene que salir todo, lo que le pasó a la víctima, lo que le pasó al otro, todos los puntos de vista. En occidente tenemos que aprender a reconciliarnos.
En occidente sabemos vengarnos muy bien…
Si, ya desde niños se nos cuentan historias de venganza. No hay cuentos donde el niño escuche historias de reconciliación después de un conflicto. En occidente no hay cuentos de estos.
Entonces, reconciliarse es una cosa que hay que aprender. No es fácil, para reconciliarse se necesita la comprensión difícil e importante de que no es tan importante como me siento yo y si tengo razón o no, lo mas importante es que no quiero estar así el resto de mi vida. Cuando una persona comprende que no quiere estar rencorosa el resto de su vida, entonces “algo tengo que hacer dentro de mi para reconciliarme con lo que pasó”.
La conciencia siempre encuentra la manera de reconciliarse. Eso es importante.
El otro punto importante es que hay que crecer en valores espirituales, porque una persona con valor competitivo, materialista, exitoso de la vida, esa persona tiene fuerte tendencia a la venganza cuando le pasan cosas. Pero una persona con fuertes valores espirituales, que cree que la vida no termina con la muerte, que cree que es importante tratar bien a la gente y a si mismo, que cree en la bondad, que busca una vida sencilla, esa persona no tiene apenas impulso vengativo, si es sincero esto que estamos hablando.
Crecer en valores espirituales.
Una vida orientada hacia un sentido de la vida un poco mas transcendente o espiritual, cambia mucho las cosas. Y de mas en mas, puede transformar radicalmente la raíz a una sociedad entera. Como hizo el budismo, que apareció hace 2500 años y empezó a expandirse y en su expansión transformó sociedades, culturas, individuos, imperios. Seguramente en el futuro va a pasar algo así.
El futuro…
En el trasfondo, en la profundidad del ser humano, hay una señal que le empuja hacia una sociedad mejor, todos queremos una sociedad mejor. ¿Pero, que es una sociedad mejor? Si le preguntas a la gente, empiezan a decir cosas muy lindas. Todavía no se materializa en el mundo, bueno, pero está ahí. Y entonces poco a poco, con algunos cambios generacionales, algunos se van a atrever un poco mas, una sociedad mejor, donde haya menos violencia, donde la igualdad no solo sea teórica, de derechos, sino de oportunidades, donde los desequilibrios económicos y sociales se vayan evitando y disminuyendo, eso está presionando, empujando al ser humano en una dirección. También es que estamos en un momento de crisis.
La crisis va a ir a más.
Y es inevitable porque ninguna sociedad es eterna, ninguna forma de ver las cosas es eterna, ningún sistema de creencias es eterno, el ser humano va avanzando y comprendiendo y quemando etapas y de nuevo se pone en nuevas alturas históricas y entonces ahí se producen grandes transformaciones, y las sociedades cambian a veces de una manera muy importante.
Si lo vemos a nivel individual, está en la libertad de una persona ponerse en estos temas o evitarlos. Vale, pero es que la sociedad va en una dirección, no va en cualquier dirección, va en una dirección cada vez mas humanizante, mas sensible, mas espiritual.
Si uno lo ve con milenios, va hacia allá, y esa dirección no hay personajes potentes históricos capaces de evitarlo. Eso no se puede evitar. Es una fuerza histórica tremenda, la línea histórica va en una dirección y no hay fuerza individual, ni siquiera una nación entera se puede oponer. Eso es inevitable, vamos hacia allá.
Acerca de la entrevistadora:
Antonia Utrera vive y trabaja en Barcelona, España. Es escritora, editora y periodista. Posee una larga trayectoria profesional en prensa y comunicación. Directora de la Revista Acelobert Barcelona. Es miembro del Centro de Estudios Humanistas Noesis.