El proyecto fue propuesto por una niña de 11 años. «¿Cómo puede ser que en una ciudad de Holanda haya una calle que se llama Madres de Plaza de Mayo y aquí no?».
Ana Ramón, de 11 años, es la autora de la iniciativa y sueña con ser periodista. |
Pero sí disparó el primer proyecto de nomenclatura surgido de una alumna. Ana se convirtió en la autora de esta nueva iniciativa, que ya cuenta con el beneplácito de la Comisión de Gobierno del Concejo y de la Junta de la Nomenclatura. Ahora basta saber cuál será la calle elegida, labor que depende de la Dirección de Catastro. «Las primeras que salieron a quejarse por las injusticias cometidas en la dictadura del 76′ fueron estas mujeres, y por eso merecen un reconocimiento. Ellas tuvieron que pasar por el dolor más grande, el de la pérdida de un hijo», dijo Ana.
El hecho que a una alumna de tan corta edad le preocupe rescatar la historia llama la atención. Pero cuando se conoce la personalidad inquieta y crítica de Ana todo queda claro. Es una nena que no tiene miedo a decir lo que piensa, se interesa por la lectura y sueña con convertirse en periodista. Esa forma de ser la llevó a no callarse cuando D’Elía visitó su escuela y a levantar la mano para proponer un nuevo nombre de calle.
Días atrás la pequeña había estado recopilando información en Internet para un trabajo grupal de ética cuando descubrió que en Holanda existía una calle que llevaba el nombre Madres de Plaza de Mayo, y pensó que en Rosario también debía existir una calle así. La tarea era acerca de los derechos de la mujer y debía incluir a personas célebres, entre las que habían elegido a la presidenta de esa agrupación, Hebe de Bonafini.
La curiosidad de Ana la llevó también a consultar a una maestra de la Escuela 617 Gobernador Crespo, Beatriz Jouve, quien le contó detalles de la experiencia de este grupo de mujeres que la dejó pensando. «Me comentó que durante la dictadura ellas no podían hablar libremente sobre lo que les sucedía, y por eso ocupaban la Plaza de Mayo para compartir su dolor y pedir justicia», contó la alumna.
Ahora, Ana se convirtió en autora de este proyecto al que sólo le falta definir qué calle llevará el nuevo nombre. Seguramente ella, sus padres, las Madres y la escuela estarán el día en que el Concejo Municipal apruebe el proyecto.
El programa «Esta calle es nuestra» funciona desde hace tres años y consiste en actividades en las escuelas, donde los chicos investigan por qué las calles aledañas a esos establecimientos se llaman como se llaman.
La idea es al mismo tiempo actualizar la nomenclatura de la ciudad, pero en el fondo lo que se busca es la apropiación de lo público por parte de la gente. En este marco, también se busca que los chicos conozcan los mecanismos institucionales para definir los nombres de las calles, y que sepan que cualquier ciudadano puede llevar un proyecto para su discusión.
Fue lo que estaba haciendo D’Elía en la escuela Gurruchaga, cuando Ana lo increpó y le dijo: «¿Cómo puede ser que en una ciudad de Holanda haya una calle que se llama Madres de Plaza de Mayo y aquí no?».
Fuente: diario La Capital – Foto: José Granata