Emprender un viaje no siempre debe ser sinónimo de sumas siderales de dinero, lujo o placer. Por suerte, son varias las opciones que ofrece el mercado en cualquier punto del planeta para que descubrir una nueva cultura, idioma y paisaje cueste menos y, en muchos casos, se aproveche más.
Por lo general, los jóvenes son los más arriesgados y, si se quiere, menos previsores a la hora de iniciar un viaje. Pero, poco a poco, aquello que hasta hace algunos años era toda una aventura, hoy se convirtió en una experiencia un poco más organizada y previsible desde el minuto cero. Campings, hostels, tarjetas de descuento y hasta programas que ofrecen trabajos en los rincones del mundo que siempre soñamos conocer son sólo un puñado de las muchas opciones que hoy ofrece el mercado turístico.
Con la mochila a todos lados
Económico, diferente y sin ataduras. Emprender un viaje como mochilero puede resultar, sin dudas, una experiencia inolvidable y enriquecedora, además de ser, para muchos, la única manera posible para conocer otro país. En síntesis, para algunos es un estilo que los identifica como viajeros. Para otros, es la alternativa de bajo costo para visitar el lugar soñado.
Europa es uno de los destinos más elegidos por los mochileros. Son muchos los jóvenes que, una vez finalizados sus estudios, deciden conocer Europa con amigos y con poco dinero. La idea es por demás tentadora, pero no hay que dejarse llevar por los impulsos: antes de subirse a un avión, es aconsejable tomar algunos recaudos. A saber: las condiciones climáticas se convierten en un punto crucial para este tipo de aventuras, ya que un crudo invierno puede transformar las vacaciones soñadas en una inolvidable pesadilla. Claro que, por otro lado, en Europa todo es más caro durante la primavera y el verano, época en la que la mayoría de las personas –mochileros y turistas de luxe por igual– suelen descansar y disfrutar del calor, el mar y la playa. Además, la demanda de alojamiento aumenta y hay mayores probabilidades de quedarse varado sin lugar adónde ir. De todos modos, si la idea no es alojarse en un camping sino buscar un techo firme, el otoño y el invierno pueden ser una buena alternativa.
Trabajo, estudio y placer
No todos los viajes son sinónimo de ocio y diversión. Muchos viajeros eligen trasladarse a una ciudad del mundo para trabajar y así sumergirse de lleno en otra cultura, además de obtener experiencia y dinero para costear el viaje.
Para quienes optan por esta alternativa, los programas de “Work and Travel” diseñados para estudiantes menores de 30 años son una suerte de garantía para conseguir un puesto de trabajo: por aproximadamente 1.500 dólares (en algunos casos la cifra puede ascender hasta los 2.500), ofrecen trabajo (entre 3 y hasta 18 meses) y facilidades en los trámites requeridos para ingresar al país seleccionado. Las opciones laborales son varias: hoteles, supermercados, bares y centros de esquí son los lugares más requeridos. Por supuesto, los jóvenes contratados perciben un sueldo que varía, según la labor, entre los 3 y los 12 dólares la hora.
Dentro de esta metodología de viajes está el famoso programa de “Au Pair”, que incluye la estancia en la casa de una familia anfitriona a cambio de algún servicio, como el cuidado de los niños del hogar, trabajo por el que el visitante percibe un salario. Puedes consultar el sitio de la Asociación Internacional de Au Pairs (IAPA) para más información.
Otra opción muy elegida es unir viaje con estudios: por ejemplo, realizar un curso de inmersión de un idioma extranjero (los más solicitados son inglés, francés y alemán) y aprovechar los ratos libres y los fines de semana para pasear. A las ventajas indudables de practicar una determinada lengua con los hablantes nativos se le suma, así, la posibilidad de divertirse y conocer nuevos lugares. La Association of Language Travel Organisations (ALTO) puede ser un buen punto de partida para organizar tu programa educativo.
Cama y comida
No todo el mundo está dispuesto a cargar una carpa y una bolsa de dormir a cuestas, además de que no en todos lados hay campings disponibles. Por lo tanto, los hostels u hostales (también conocidos como Bed and Breakfast) se convierten en la gran alternativa para los jóvenes que buscan una cama cómoda donde dormir y un café caliente por la mañana.
Los valores varían según la ciudad, la zona, las comodidades y la época del año, pero la mayoría tiene un costo de entre 12 y 20 dólares por noche (por persona) e incluye desayuno (excepto en algunos lugares como Londres, que es la ciudad más cara para los turistas). Las habitaciones son compartidas, en general, con otros viajeros del mismo sexo (al igual que los baños, la cocina y el resto de las habitaciones del lugar, que también se comparten con los otros pasajeros). Por eso, además de ser una excelente opción para alojarse, también lo son para socializar y hacerse amigos de otras latitudes que, en definitiva, están en la misma situación que uno y con los que también se pueden intercambiar anécdotas, experiencias y consejos.
Encontrar un hostal es muy fácil. Hemos armado una página donde podrás encontrar fácilmente el hostal acorde a tus necesidades, en la ciudad que deseas visitar y hasta podrás hacer directamente la reserva para las fechas que tienes planeado estar allí.
Sobre rieles
Si el destino es Europa, no hay mejor forma de atravesarla que en tren. El servicio es muy bueno, los paisajes en muchos casos son imperdibles (aunque varios se los pierden porque prefieren viajar de noche para dormir en los vagones y así ahorrarse el dinero del alojamiento) y, además, esta modalidad de viaje facilita la interacción con los lugareños.
El famoso Eurail Pass ofrece varias opciones que se ajustan a diferentes itinerarios: Global Pass (viajes casi ilimitados por 18 países europeos), Select Pass (antes llamado EuroPass, que permite recorrer tres, cuatro o cinco países fronterizos), Regional Pass (pensados para quienes quieran sacarle el juego a una pequeña región en poco tiempo) y National Pass (para aquellos que piensan recorrer a fondo una determinada nación). En todos los casos, se puede adquirir por persona, por grupos de hasta cinco integrantes, para primera o segunda clase y para distintos períodos de duración variables.
Para ello hay diferentes tipos de pases: Eurail Pass, que permite recorrer 17 países europeos y; y Europass, que incluye el recorrido por España, Francia, Alemania, Italia y Suiza (aunque permite anexar otros países). Puedes consultar tarifas y opciones aquí.
En Estados Unidos puedes optar por el USA Rail Pass. En Japón, se recomienda recurrir al Japan Rail Pass o JPR (que permite tomar cualquier tren, excepto los súperbala, y sólo está disponible para los turistas comprándolo antes de entrar al país). En la India, el Indrail Pass puede ser también una solución de bajo costo.
No voy en tren, voy en avión
A no ser que un largo viaje en barco esté en los planes, para cruzar el Atlántico no hay otra opción más que subirse a un avión, un gasto inevitable que demandará, tal vez, la mayor cantidad de dinero del presupuesto total. Sin embargo, con paciencia y tiempo a favor, los costos pueden reducirse. ¿Cómo? Muchas veces las aerolíneas ofrecen promociones especiales o facilidades de pago. Hay que estar atentos, revisar las páginas web de cada línea aérea en forma sistemática y comprar en el momento indicado.
Otra alternativa son las aerolíneas de bajo coste, que ganan día a día una porción mayor del mercado de vuelos internacionales y que ofrecen, como su nombre lo indica, surcar las fronteras a un precio menor. Por supuesto, la diferencia de dinero se traduce en el servicio, aunque todo sacrificio vale la pena si de llegar a destino se trata. Quienes opten por una aerolínea de descuento (o low cost) deben tener en cuenta algunos detalles: la venta se realiza en forma directa a través de Internet, la mayoría de las veces se utilizan aeropuertos secundarios y no hay catering gratuito a bordo (el que desee comer durante el vuelo, debe abonar su consumición).
Si estás interesado en vuelos low cost, puedes probar los siguientes buscadores: Vuelos Baratos.com, Megavuelos o FlyLowCostAirlines.
Tarjetas con descuento
Descuentos en hospedaje, transporte, servicios, museos, restaurantes y hasta ropa, así como acceso gratuito a diferentes eventos y espectáculos son sólo algunas de las ventajas que ofrecen las tarjetas de beneficios y descuentos.
La más conocida es la ISIC (International Student Identity Card), disponible para estudiantes de todos los niveles a partir de los 12 años. Ofrece también dos opciones diferentes para quienes no cumplen con los requisitos para obtenerla: IYTC (International Youth Travel Card, también conocida como Go’25), para menores de 26 años; e ITIC (International Teacher Indentity Card), destinada a docentes de cualquier nivel de enseñanza.
El carnet Euro<26 que, como sugiere su nombre, puede ser utilizado en toda la Unión Europea por jóvenes menores de 26 años también ha crecido en popularidad en los últimos años.
Como norma general, aunque no poseas ninguna de estas tarjetas, es recomendable que siempre preguntes si se hacen descuentos a jóvenes, ya que en algunos lugares (por ejemplo, la Torre Eiffel de París o el Museo Reina Sofía de Madrid) basta con enseñar el pasaporte para obtener los descuentos.
Más información:
» Confederación Internacional de Viajes para Estudiantes (ISTC o International Student Travel Confederation)
» International Student Surface Travel Association (ISSA)
» Student Air Travel Association (SATA)
» Federación Internacional de Organizaciones de Viajes para Jóvenes (FIYTO o Federation of International Youth Travel Organisations)
» World Youth Student & Educational Travel Confederation (WYSE)
» WYSE Work Abroad Association
» International Association for Student Insurance Services (IASIS)