El líder dio instrucciones para que luego de su muerte, que fue en 2010, el movimiento espiritual y político funcionara sin jerarquías y sin un conductor indiscutido que decidiera en su nombre.
El líder dio instrucciones para que luego de su muerte, que fue en 2010, el movimiento espiritual y político funcionara sin jerarquías y sin un conductor indiscutido que decidiera en su nombre.
13-07-2011 · Alejandro Gamero · agamero[@]diariouno.net.ar
Silo en Parque Punta de Vacas, 2007. Joprnadas de Inspiración Espiritual
Ya lo había dicho Silo antes de morir: “El conjunto mejora a los individuos y no los individuos al conjunto”. Con esa máxima, el mendocino Mario Rodríguez Cobo, líder del Movimiento Humanista, que fundó y que se desparramó por el mundo, dejó muy claro que nadie lo sucedería tras su fallecimiento, el que ocurrió el 17 de setiembre de 2010.
Ni exégetas mesiánicos, ni discípulos preferidos, ni iluminados predicadores. Tras su liderazgo indiscutido, por ser el orador del famoso sermón de la montaña con el que en 1969, desde Punta de Vacas, lanzó la filosofía del movimiento que luego fundó, Silo dispuso que éste se reestructurara sobre la horizontalidad, sin estamentos ni jerarquías.
Así lo reflejó ayer en diálogo con Diario UNO, Juan José Coscarelli, principal referente en Mendoza del siloismo y el humanismo.
Coscarelli resaltó que “Silo no dejó sucesores. Él, un par de años antes de su partida final, impulsó una importante reestructuración”.
“Su argumento fue –continuó– que el actual sistema sociocultural en el que vivimos se sostiene en una fuerte concentración del poder, desde el que se tiende a manipular a las personas y a los acontecimientos”.
Entonces redondeó: “Silo nos señaló en cambio que el movimiento se fortalecería en la diversidad, la descentralización y los acuerdos”.
Coscarelli precisó que “por eso no hay jerarquías. En su brazo espiritual el siloismo tiene a los maestros, que se formaron en la escuela que el propio Silo organizó en distintos países. Ellos son los encargados de llevar su mensaje en los 32 parques de conocimiento y reflexión que hay por el mundo, de los cuales el principal está aquí en Punta de Vacas, donde Silo empezó todo”.
Explicó además que “los maestros, que son unos 4.000 en todo el planeta, son los que interpretan y pregonan el mensaje de Silo pero no hay jerarquía espiritual entre ellos, ni estamentos, acá nadie tiene la suma del poder”.
Se expande
Coscarelli recalcó que lejos de deprimirse “el siloismo y el movimiento humanista experimentaron un gran fortalecimiento y una fuerte expansión”.
Puntualizó que “hoy estamos en 106 países, en toda América Latina y Europa, en África y avanzando en Asia. Hoy hay gente que está trabajando mucho en Israel, en Egipto, Mongolia, China y el Este de Europa”.
Indicó que “la libertad de creer en Dios como un acto personal, el descubrimiento de lo sagrado y la no violencia” son los principales ejes espirituales del siloismo.
Agregó que “el ser humano como valor central, la libertad de pensamiento y el derecho a elegir, la igualdad de oportunidades y la no violencia como método de acción” son los ejes sociopolíticos, cerró Coscarelli.