Vivir en la desbastada Sudamérica sin un apellido acomodaticio puede ser más cruento que cualquier tortura física. Soportar la constante deshonra por la sopa de cada día para que, finalmente, el cuerpo reviente con tanta explotación. Y sino observemos la espeluznante historia que nos cuenta el cineasta colombiano, Joshua Marston Aclaremos que no es una película para deslumbrarnos ante su puesta en escena, o su puntillosa iluminación o su perfecta edición. Es más bien un documental filmado como largometraje. Es un shock para nosotros: los ingenuos que no tenemos ni la menor idea de lo sombrío que es el universo del tráfico de drogas.
María Álvarez, personalizada por la actriz Catalina Sandino Moreno, es una adolescente de 17 años que trabaja en el cultivo de rosas de su pueblo. El verbo trabajar le queda grande, toscamente grande porque no la dignifica en nada. Muy por el contrario la humilla, la esclaviza, la cosifica, la tortura.
María se va. Se cansa del maltrato. Se enfurece, renunciando cuando nota que no respetan su embarazo. Entonces tiene que enfrentarse a su desdichada familia: madre y hermana soltera con hijo. De su sueldo tendría que salir la plata para su sobrino que está enfermito. Y también para comer “algo que no sea pan”. Pero ella está decidida a hacer lo que quiere con su cuerpo. No va a volver más. Aparte “¿qué es un trabajo decente?”.
Franklin anda con su moto y campera de cuero.
Franklin conoce a María. La lleva a Bogotá, pero en el camino le propone la forma para zafar: “¿No querés ser un camellito?”. Ella lo piensa.
María va hacer de su cuerpo una mula. Por plata. Por mucha plata.
Es aquí donde comienzan a verse los pasos que deben aprenderse para semejante ‘empleo’. No es tan simple como tragarse, sin querer, una semilla de mandarina. Hay que practicar atragantándose con gigantescas uvas, que asfixian casi hasta matar. Que llegan hasta el fondo para que, con un golpe de glotis, pasen como si nada rumbo al estómago, la valija invisible para la droga.
Y después de tanto ensayo hay que tragarse, con huevo patinoso y anestesia local, las 20, 30, 40 hasta 100 pepas que son, nada más y nada menos, que dedos de guantes quirúrgicos cortados y rellenados con cocaína. Requete envueltos “porque si se abren te podés morir”. Le había dicho la institutriz Lucy, quien ya llevaba dos exitosísimos viajes a Nueva York.
María tiene fe. Ya ha rezado unos cuantos rosarios. Y hasta ya la ha visitado el ángel Gabriel una noche que no podía dormir y desde el techo rajado una luz venida del cielo le daba justo en la cara, llenándola de energía bendita para cumplir su tarea de mula.
Lucy no tuvo la misma suerte. A ella no le envolvieron bien la pepa.
Ala otra la descubrieron apenas puso un pie en los civilizadísimos Estados Unidos De América.
Quedaron sólo dos , María y Blanca. Portando la “bendita eres entre todas”, evacuando pepas con laxantes y consumiéndose de miedo. Ilusionándose con la alegría cercana una vez que toda la ‘platica’ ya estén en sus manos.
Pero… ¿este cuerpo es mío, no?. Entonces yo hago lo que quiero con él. Lo destrozo. Lo violento. Lo mortifico. Lo crucifico. Lo reviento. Lo mato.
O tal vez, gracias a la suerte de la vida que sigue, me hago cargo de mi propio yo por el que llevo dentro. “¿Ese es mi hijo?”, preguntó María cuando vio esa cosita hermosa moviéndose dentro suyo y latiendo con la fuerza de los tambores de sus ancestros. Era el fruto de su vientre. Era el impulso lleno de gracia que la había salvado de la policía y ahora le encauzaba la peregrinación. Un impulso para aprender a amarse, a respetarse, a mimarse y a darle vuelta la cara a la injusticia social.
María se queda en Nueva York con el turno para el ginecólogo dentro de un mes.
Pero nena, no te creas que no existe tortura en EEUU. Ajustá los cinturones de tu personalidad para sentirte plenamente orgullosa de tu humanidad, estés donde estés.
Única manera de hacer realmente lo que quieras con tu propio cuerpo.
María llena eres de Gracia Drama Complejo Monumental Dirección y guión: Joshua Marston. Duración: 110 min. Género: Drama. Actúan: Catalina Sandino Moreno (María), Yenny Paola Vega (Blanca), Guilied López (Lucy), Orlando Tobón (Don Fernando), Jhon Alex Toro (Franklin), Patricia Rae (Carla), Virginia Ariza (Juana), Charles Albert Patiño (Felipe), Wilson Guerrero (Juan), Johanna Andrea Mora (Diana). |
Fuente: Rosarinos.com – Anabel Donnet