Tania, una de las peregrinas presentes en la primera arenga pública de Silo, en un desolado paraje llamado Punta de Vacas, muy cerca del Aconcagua…
TESTIMONIO – 41 ANIVERSARIO (Mayo de 2010, Parque Punta de Vacas)
Tania, una de las peregrinas presentes en la primera arenga pública de Silo, en un desolado paraje llamado Punta de Vacas, muy cerca del Aconcagua…
"Era el 4 de Mayo de l969, al despuntar el alba partíamos al anhelado encuentro.
Se hacía largo, el camino de tierra, nubes de polvo nos envolvían… las montañas que nos acompañaban, se sentían cada vez más y más imponentes.
El tiempo se hacía eterno para llegar a ese lugar, el de las “piedras”, donde hablaría Silo.
Finalmente henos allí, y comenzaron los preparativos para el acto: la tarima, micrófonos y en lo alto hondeando las banderas… nuestras banderas!!!!
La gente fue llegando de ambos lados de la cordillera, en autos, en ómnibus. Con calma se ubicaron, en el lugar que cada uno elegía en la ladera del cerro Un semicírculo rodeo la tarima.
En la lejanía apareció como un punto blanco que avanzaba…
Sentí una voz que decía… allí viene!!!!!! allí viene!!!!!!, y por un momento todo quedo en silencio. Las montañas enmudecieron, yo solo escuchaba los pasos que se acercaban y Silo, viniendo hacia nosotros…. que fuimos a las “piedras” a escuchar su Mensaje.
Y en ese silencio abrasador, el tiempo se detuvo, hasta que fuerte y claro se oyó…
“Si has venido a escuchar a un hombre…..”
Y sí… escuché, y oí cada palabra acompañada por el viento fresco, que penetraban y se enraizaban en lo más profundo de mi corazón… y a través del diario vivir, ellas me guiaron en el camino del Sentido y resuenan aún prístinas en la memoria…
Y… todo cambio, ya nada fue como antes… el Despertar… había comenzado.
Aquel puñado de hombres y mujeres, nos lanzamos al mundo, con fuerza y determinación, a compartir ese Mensaje del despertar de la Humanidad, esa aparente utopía.
En el camino nos obstruyeron, negaron, pero… solo fueron pequeños impedimentos, que nos dieron más vigor y fuerza en la marcha que habíamos emprendido.
Y se inició la diáspora hacia el mundo… tímidamente al comienzo, iniciando esa utopía nueva. Que fue creciendo en mil formas y modos que hoy con vigor y fuerza, nos tiene aquí y allá, y en tantos y tantos lugares del Mundo.
Aquello, que al comienzo fue un suave murmullo, un naciente propósito, es ahora una realidad que seguimos construyendo y que amamos profundamente.
Hoy, aquí, a 41 años de ese imborrable momento, el tiempo se comprime en recuerdos que se agolpan, de todos estos años transcurridos….proyectados en imágenes de rostros, de todos los amigos que con bondad y alegría recibieron el Mensaje y lo fueron trasmitiendo.
Algunos se encuentran con nosotros, y algunos más, en los diferentes lugares y parques del mundo, en que celebramos este memorable día. Un alegre y cariñoso saludo a todos ellos.
También, acuden a mi memoria, y como no hacerlo, el recuerdo de amigos que partieron a otros tiempos y espacios, para ellos un muy especial y profundo agradecimiento.
Durante todo este transcurrir, la imagen del Maestro, esas “piedras” y esa nieve y el sol fueron amables imágenes que nos religaban a la fuente, cuando por lugares lejanos llevábamos el Mensaje.
Y fuimos a decir no al sufrimiento, que su valor había sido vencido, había caducado… a decir no a la violencia en uno y en los demás…. y esas palabras de Silo resonaron por el mundo…
“Únicamente puedes acabar con la violencia en ti y en los demás y en el mundo que te rodea, por la fe interna y la meditación interna. “No hay falsas puertas para acabar con la violencia. ¡Este mundo está por estallar y no hay forma de acabar con la violencia!”
Y aquí nuevamente, a 41 años de distancia, reafirmo mi inquebrantable fe en el propósito, que un día como este me conmovió profundamente. Se acrecienta y fortalece la necesidad de salir al mundo y trasmitirle… amigos, la urgencia de que este Mensaje llegue hasta el último rincón de la tierra…
Que el cambio es posible y que vendrá… estén o no dispuestos a aceptarlo.
Sentimos cada vez más acuciante, la urgente necesidad de que el Mensaje llegue y toque los corazones de los seres humanos, para acabar con la violencia y el sufrimiento, con la profunda certeza de que el destino del Ser Humano, es Despertar y despertar el Universo.
Quiero compartir con ustedes mi profundo agradecimiento, por el privilegio de haber estado, junto a ese puñado de hombres y mujeres, que acudimos a escuchar a Silo, en esa primera y memorable aparición en público, así como el poder hacer llegar a otros, estas palabras de Silo:
“A ti, hermano mío, arrojo esta esperanza, esta esperanza de alegría, esta esperanza de amor para que eleves tu corazón y eleves tu espíritu, y para que no olvides elevar tu cuerpo.”
Por mi parte, hago un profundo pedido, para que nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y las acciones que le acompañen, nos lleven a todos y cada uno de nosotros, en la dirección y con el empuje que por tan pocos fue iniciado.
Y que ese Mensaje, que parece tan lejano en el tiempo, se renueve en cada voz y con una intensa y calma alegría, podamos verlo reflejado en nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, que haciéndolo suyo, les de sentido a sus vidas… y lleven, este Mensaje a cada ser humano, que viva en esta hermosa Tierra.
“ Hermano mío: cumple con mandatos simples, como son simples estas piedras y esta nieve y este sol que nos bendice. Lleva la paz en ti y llévala a los demás.”
Y ya nada detendrá nuestro vuelo, que en mil formas va envolviendo este mundo, y se lanza al Universo entero.
Cada vez que regreso a nuestro Parque, nuestro Lugar Sagrado, hay un momento en que con gran alegría agradezco desde lo más profundo, que tuve el privilegio, de estar presente en ese histórico momento para la Humanidad.
Y solo puedo agregar y compartir con ustedes, este sentimiento profundo que me acompañó durante todos estos años, que es el intenso agradecimiento a
SILO, EL AMIGO, EL MAESTRO, EL MENSAJERO"
Gracias.
Tania