Cualquiera de nosotros lo sabe, lo vivió alguna vez. Todos podemos ser testigos directos de un mal (otro mas) de los políticos. Creo que fueron los sociólogos, encuestadores o simplemente aduladores quienes le soplaron al oído.”Para logar un buen efecto, hay que tocar a la gente y por supuesto dejarse tocar. Hay que levantar en brazos a la mayor cantidad de bebes. Hay que sacarse fotos con todos aquellos que la soliciten.
También y depende de donde y con quien se este, hay que tomar mate, comer torta fritas, oler a humo y no a Kenzo. No importa si en la vida diaria toman té a la cinco en punto, la consigna es mostrarse que se es un igual, que se es dicharachero, alegre, feliz, exitoso. Que es capaz. Ya no sirve que te digan Doctor, es mala palabra, te tienen que llamar por el nombre y si tenés apodo de barrio mejor.
Si el acto es en un estadio cerrado, hay que poner música, si es al aire libre globo aerostatico. Banderas, gorros, binchas, paraguas, cornetas, mucho ruido, mucho cotillón.
Que parezca popular, el chorizan esta pasando de moda. Es muy grasa, pero si hay que poner lo ponemos. El bombo ya no pertenece a un solo partido, ahora murgas, comparsas y artistas conocidos sirven para el espectáculo.
Los discursos no cambiaron mucho, casi nada solo algunos adjetivos calificativos, tienen que hacer referencia a los jóvenes, buscando con alguna frase hacerlos creer que hablan el mismo idioma,(Emos. flogger etc) creen que dan la imagen de actualizados, jóvenes eternos ,capaces de comprender también a los abuelos. Todas estas cosas y muchas más forman parte del arsenal que manejan la mayoría de los políticos cuando están en campaña.
Pero cuando son electos, automáticamente comienza el cambio. Ya no podes sacarte fotos con ellos, solo lo hace el entorno. Ni hablar de tocarlos y pedir una reunión. La primera que te contesta es la secretaria de la secretaria privada. Nunca mas lo volverás a ver, si no hasta la próxima campaña o por televisión. Tampoco visitara más tu ciudad, pueblo o paraje. Solo volverá si algunas ves inaugura algo, pero estará rodeado de custodia y te saludara de lejos.
La lista de “ingratitudes” también es muy larga. Y cuando llega eses momento reflexionas, te preguntas ¿Qué le paso a este tipo? ¡¡No era así antes!! Lo agarro el dengue, la gripe porcina? ¡¡No!!… Lo agarro el Virus del poder.
Julio Ramirez
verturismo@gmail.com