Con goles de Borghello y Cereseto, Newell’s superó a Almagro 2 a 1. Dio vuelta el resultado con más entrega que fútbol.
Borghello festeja el gol del empate. |
Maidana lucha con Charles Pérez. |
Ceresetto entró con el pie derecho. |
Maidana y Pérez se elevan en la búsqueda de la pelota. |
Adrián Lucero tuvo que desdoblarse en el mediocampo. |
El principal objetivo de Newell’s en la recta final del torneo es la clasificación a la copa Sudamericana. Por eso adquieren relevancia los tres puntos conseguidos frente a Almagro, equipo que por ahora desciende de categoría.
Entre las diversas banderas que se vieron en el estadio, dos acapararon la atención. Una de ellas rezaba «Aguirre campeón», en alusión al defensor rojinegro que no pudo estar el torneo pasado por lesión y ayer volvió a jugar en el Coloso. El otro «trapo» tenía un discurso opositor al intendente Lifschitz.
Ni bien el árbitro Beligoy dio el pitazo inicial, la llovizna comenzó a caer sobre el terreno de juego. Almagro sorprendió mostrando un planteo más audaz del esperado y fue el que tuvo las primeras ocasiones de peligro a su favor. El hábil y rápido Sparapani (que parecía una pesadilla para Zapata y Lucero) estuvo cerca del gol con dos remates de media distancia.
La defensa local mostraba un panorama desconcertante y Villar tuvo que revolcarse para mantener el cero. Se sintió la ausencia del colo Re, de buen rendimiento en este torneo. Encima Maidana pasaba mucho la mitad del terreno y el desorden era evidente. Así llegó el gol de Sparapani, que definió solo cuando el arquero nada podía hacer.
Las urgencias ahora pasaban del lado de Newell’s, que buscaba el empate con empuje y ganas pero sin creatividad. Belluschi y Ortega centralizaban el juego y no aprovechaban el adelantamiento de Iriarte por izquierda ¿Explotará definitivamente el fútbol de Manso con su inminente vuelta?
El empate se produjo cuando al equipo de Ribeca se le hacía difícil vulnerar el cerrojo de Almagro.
Borguello clavó un frentazo tras un buen centro de Scocco. Y sobre el final del primer tiempo el autor del tanto erró un gol increíble en un mano a mano con Bernacchia.
Vale mencionar que no se sancionaron dos acciones polémicas que hubieran sido penal. Primero Belluschi cayó luego de un encontronazo con el arquero Bernacchia y después Maidana pareció derribar a un adversario cuando quedaba frente a Villar. Además, el árbitro no mostró personalidad y se mostró muy permisivo en algunos pasajes del encuentro.
En el segundo tiempo el rojinegro siguió buscando el necesario triunfo. Zapata empujó al equipo con el amor propio de siempre y Belluschi se erigió en conductor porque Ortega estaba en otra cosa.
Luego de una gran jugada colectiva, Scocco disparó y la pelota se fue rozando un poste. También Belluschi probó desde afuera del área y el balón se fue a pocos centímetros del poste. Quizá el 2-1 se hubiera concretado si Ortega no hubiera pecado de individualista en algunas maniobras.
Arsenio Ribeca se equivocó a la hora de hacer las modificaciones. Entraron Rodas y Cereseto por Borghello e Iriarte, cuando Scocco pedía el cambio por lesión. Recién sacó al delantero varios minutos después, sustituyéndolo por el pibe Penta.
Finalmente Cereseto consiguió el desequilibrio luego de un error defensivo del conjunto tricolor.
Parecía definida la victoria pero había que sufrir todavía más. El ingresado Miranda casi logra el empate con un cabezazo y Vella cabeceó en contra y reventó el travesaño de Villar.
Como postal del epílogo del encuentro se vio al sustituido Borghello preguntando a un plateísta por el resultado de Central. La victoria propia y el empate del rival de toda la vida fueron motivo suficiente para el festejo final. El pasaje a la Libertadores ya está, y la Sudamericana está al caer.
Por Matías Torno especial para Rosarinos.com
Fotos: Alfredo Celoria y Ángel Amaya (La Capital)