Por Julio Ramírez. No soy radical, tampoco peronista, no estoy afiliado a ningún partido.
Soy argentino e independiente y desde ese lugar le pido Sr. Cobos que no…
No soy radical, tampoco peronista, no estoy afiliado a ningún partido.
Soy argentino e independiente y desde ese lugar le pido Sr. Cobos que no renuncie. Estos 120 días nos hicieron un daño tremendo a todos los habitantes del suelo argentino. Mas de lo que muchos creen, incluso la pareja gobernante .Distintos analistas locales como extranjeros coinciden en la mayoría de los análisis tanto políticos como económicos. En la micro y en la macro .Pero como resultante la Dra. Cristina solo atino a dar a entender que perdieron una»batalla». ¿Para ellos dos, esto era una guerra? Si es así, seria lamentable que dos presidentes, piensen en dar batallas contra su propio pueblo.
Si usted renuncia se generara una nueva crisis, con las consiguientes consecuencias, dólar, riesgo país, enfriamiento de la economía, etc.
Otra vez «la burra al trigo», dice el dicho. Aguante que le recorten el presupuesto en el Senado, que le quiten la chequera, que lo dejen sin empleados y sin secretarias. Aguante los desplantes y la indiferencia. El país requiere de usted una nueva renunciación.
Eso incluye sus tiempos políticos, pues es lógico que tanto usted como sus correligionarios estén pensando en las próximas elecciones y usted seria un buen candidato, que pareciera y después de su ¡Gran No! a la 125, sus acciones se cotizan mejor que varios bonos juntos. Pero es aquí donde debería volver a pensar en los que lo votaron y también en aquellos que ahora lo ven a usted como una persona confiable.
Olvídese de aquellos que lo tildan de traidor, también de los que le piden que renuncie, hoy mas que nunca usted debería pensar en Grande, y sobre todo y tomando sus propias palabras en el Senado la madrugada de su voto histórico, piense en su familia y en los millones de familias, que tenemos compromisos con nuestros hijos, con los acreedores, con los bancos y que tenemos una larga lista de sueños rotos, por todo ello, Sr. Vicepresidente, aguante y ¡No renuncie!