Transcribimos una carta que Gilka, discípula de Silo, envió a sus amigos de todo el mundo, pidiendo que se le de difusión. Otro testimonio inspirado, de tantos que han circulado estos días en que más de un millón de seguidores de las enseñanzas de Silo han manifestado emotivas despedidas…
Transcribimos una carta que Gilka, discípula de Silo, envió a sus amigos de todo el mundo, pidiendo que se le de difusión. Otro testimonio inspirado, de tantos que han circulado estos días en que más de un millón de seguidores de las enseñanzas de Silo han manifestado emotivas despedidas…
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Hola Amigos!
Las cosas no se ven, hasta que se ven. Ésto es para todos…
Hace poco nuestro querido amigo "Negro", Silo decidóo viajar y continuar con su camino.
Me llamó una amiga muy querida y me dijo: – Gily, el Negro soltó el cuerpo. En ese momento me quede callada como buscando la respuesta a qué había que hacer?; luego me comenta que en 15 minutos habría un pedido mundial por él. Inmediatamente le cuento la noticia a
Aybie.
Aybie es una niña de 8 años que nació de mi vientre, pero que según cuenta un día decidió nacer para ser mi hija y seguir jugando juntas. Ella quiere mucho al Negro. Un día se fue hasta Punta de Vacas solo para conocerlo. En ese entonces después de un beso y un abrazo al Negro, sin nada de palabras, ella solo dijo: -Es un buen hombre!!! Una cálida paz nos acompaña cada vez que hablamos de él. Aybie, al enterarse que el Negro dejó el cuerpo preguntó. – ¿Y quién cuidará el Parque Punta de Vacas?. Rápidamente y sin pensar mucho le respondí- – Cómo quién?, nosotros!!!
Luego, junto con una amiga humanista que ya se había enterado, nos dispusimos a hacer el pedido.
Al cerrar mis ojos, directamente lo invoqué. Invoqué a mi Guía. Allí estaba, alegre, en una gran fiesta en Punta de Vacas. Estabamos todos en el parque, todos los humanistas del mundo en una gran fiesta! Entonces le dije: – Negro, solo tengo para tí un gran agradecimiento profundo, por todo lo recibido, por todo tu amor a la humanidad y por todo lo hecho y por hacer; entonces no se que pedir por vos, solo, que tengas un muy buen viaje y que sigas haciendo lo que tengas que hacer. Él me miró y con su mirada penetrante y tan dulce me dijo: – Pidan por ustedes!. Y se rió muchísimo. Le dije entonces: – Ten por seguro que seguiremos la obra. Y me dijo: – Lo sé!…. Se dió un pequeño espacio de tiempo y me abrazó. Sentí la energía más grande y brillante de mi vida. (Éste registro me acompaña apenas lo evoco). Y entre fiesta e imágenes de todo el mundo, de todos los nuestros, salí de ese espacio… Entonces ví a mis compañeras y les conté que el Negro nos estaba abrazando a todos y que nos dejó "un regalo" a cada uno, nos estaba abrazando a cada uno con mucha alegría.
Aybie comentó: – Sentí una mano en mi hombro, abrí los ojos y ví al Negro; tuve una conversación muy clara, hermosa y muy buena; le dije: – Tal vez no me recuerdas pero yo te recuerdo desde muy pequeñita, gracias por la sabiduría que nos diste, quisiera devolvertela. Así que él me miró claramente, puso su mano en mi frente y sentí como si me hubieran pasado sabiduría, un libro interminable con algunas hojas en blanco pero cuando las necesitaba alli estaban, me dijo que las use con sabiduría y que así le podría devolver lo que me dió. Me abrazó y luego se fué felíz. (dice que desde ese momento lo usa muy bien).
Hace poco recién ví que ésto no era solo para mi, aunque estuve comentándolo con todos los amigos que pude, pero sé hoy, que estas experiencias y todo el conocimiento es del conjunto, no de uno. Agradezco infinitamente lo recibido y lo dado, al igual que esta experiencia que nos acompañará en todo lo que queda por hacer. Me acompaña hoy y cada dia: "da tu palabra y rompete"…
Hay mucho por hacer y sé que todos tenemos todo lo que necesitamos para avanzar. Es solo cosa de ver el mejor aporte de cada uno rompiendo barreras…
Entonces sigamos jugando!
Un abrazo para todos.
Gilka.
Pido a los amigos que reenvíen esta experincia a todos los que quieran.