El arzobispo Mollaghan tendrá que rezar muchos "rosarios". Está complicado por desprolijidades en el manejo de los fondos. Un sacerdote huyó con dos millones de pesos…
Mollaghan, el arzobispo de la ciudad, tendrá que rezar muchos rosarios en el Vaticano: está en el ojo de la tormenta luego de que la Santa Sede ordenara una investigación por “desprolijidades en el manejo de los fondos”.
Un sacerdote dejó los hábitos y se fue con dos millones de pesos. El Papa Francisco ya decidió el desplazamiento de Mollaghan, con quien tuvo una pésima relación.
Germán de los Santos | Cruz del Sur
Las palabras que salen de la boca del monseñor José Luis Mollgahan buscan entorpecer el hilo de la historia reciente, que se dio hace 15 días cuando el ex arzobispo de Mendoza José María Arancibia llegó a Rosario para auditar las cuentas del Arzobispado. Mollaghan niega que esté siendo investigado, pero sabe que no es cierto. Sin embargo, se empecina en negarlo, aunque en algunos tramos de la charla comete ciertas torpezas y se pisa solo. Dice que el Vaticano quiere ver las cosas con sus propios ojos.
Fuentes eclesiásticas confirmaron que Arancibia realizó una investigación sobre supuestas “desprolijidades” en el manejo económico de las cuentas del Arzobispado. Y pusieron como ejemplo, entre las supuestas irregularidades, el caso del presbítero de Arroyo Seco Osvaldo Buffarini, quien habría dejado el ejercicio sacerdotal y desapareció con más de dos millones de pesos.
Arancibia fue el arzobispo designado por el Vaticano para investigar en 1994 las denuncias de abuso sexual que hizo un grupo de seminaristas contra el entonces arzobispo de Santa Fe Edgardo Storni, quien falleció en febrero de 2012 en La Falda. Desde noviembre de 2012, Arancibia abandonó el Arzobispado de Mendoza por superar los 75 años de edad.
Los obispos Mollaghan y Arancibia
Mollaghan seguirá al frente del arzobispado de Rosario durante un tiempo hasta que asuma en su lugar monseñor Jorge Lozano, actual obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social. El arzobispo de Rosario y su par de Santa Fe José María Arancedo tuvieron una participación activa durante la última semana cuando participaron de la mesa de diálogo que conformó el gobierno santafesino para solucionar el conflicto con la policía.
—¿El Vaticano intervino el Arzobispado de Rosario?
—Esa noticia no tiene ningún fundamento. Días pasados un diario también llamó preguntando lo mismo. Evidentemente es una información provocativa y maliciosa, que no tiene asidero y que no la ha anunciado la Nunciatura. Llamé hoy a la tarde (por ayer) a la Nunciatura preguntando lo mismo. Y me respondieron que era una noticia provocativa.
—¿El ex obispo Arancibia viajó a Rosario para investigar supuestas irregularidades en el manejo de los fondos?
—Monseñor Arancibia, que es arzobispo emérito de Mendoza, vino para hacer una visita fraterna a la diócesis. Visitó el seminario y el consejo presbiteral para hablar sobre la marcha de la arquidiócesis de Rosario, pero no vino a hablar temas ni económicos ni otros temas que las noticias dicen. Fue una visita para conversar con los sacerdotes y el monseñor y se fue bien después de esta visita, agradecido por la colaboración que se le ha suministrado.
—Pero no fue una visita protocolar, porque Arancibia llegó a Rosario para investigar irregularidades en el Arzobispado.
—Vino enviado por la Nunciatura porque algunas personas enviaron quejas por alguna razón, pero ninguna de trascendencia. Simplemente son quejas que aparecen siempre, que no gusta esto o lo otro, que se trata mal a uno o al otro. La Santa Sede prefiere ver las cosas como son. Por eso mandó a Arancibia. Al mismo monseñor Arancibia le preguntaron si venía a intervenir la diócesis y respondió: “De ninguna manera”. Esto es una cosa diferente.
—¿De qué hablan las denuncias que hizo un grupo de laicos?
—No sé. Monseñor Arancibia me ha dicho que son denuncias de quejas.
—¿Y usted que está a cargo del Arzobispado no sabe a qué se refieren esas quejas?
—No sé de qué se tratan. Los sacerdotes respondieron en el consejo presbiteral y todos salieron muy conformes de lo que se había hablado en ese cuerpo. Ha habido casos difíciles de algunos sacerdotes este año. Y los casos difíciles tuvimos que intervenir incluso jurídicamente. Estas cosas causan revuelo.
—Puede ahondar sobre este punto. ¿En qué tuvo que intervenir jurídicamente? ¿Fue el caso de Buffarini que se fugó con dos millones de pesos?
—Yo no puedo ahondar, porque hay cosas que son reservadas. Hay cosas que debe ver el tribunal y se deben terminar allí. A veces reside en que justamente estas tramitaciones no son del obispo sino de quién lo cometió. Esto significa muchas veces un motivo de malestar del que es investigado. Por los cambios de parroquia también. Y de alguna manera incide en ese malestar del que le hablaba. De todas maneras, esto se hace de acuerdo a la normativa de la Iglesia.
—¿Usted conoce el resultado de la investigación que hizo Arancibia?
—No. Yo hablé con Arancibia permanentemente. Ambos somos canonistas. Y sabemos que cuando a uno le encomiendan tareas dentro de la Iglesia las hace para el superior que la manda. No es para dejarla en la diócesis.
—Estos sacerdotes que fueron denunciados tenían que ver con algún caso de abuso. ¿Con qué estaba relacionado?
—Con varios temas muy delicados que están bajo la investigación previa y algunos vinculados con aspectos de la justicia civil. Entonces esto tiene cierta trascendencia por algunas personas, por los damnificados, pero eso está en un estudio y en etapa de investigación. Claro son personas que no se esperaba que actuaran así.