Tras 3 años sin poder disfrutar de sus recitales, Los Piojos presentaron su nuevo disco, «Civilización», el sabado 29 de septiembre, en el Hipodromo de la ciudad de Rosario.
Luego de tres años y ante 15 mil personas, el grupo de rock Los Piojos presentó el sábado su nuevo disco, “Civilización”, y renovó junto a su público, en el Hipódromo, un ritual que no conoce de edades ni procedencias. Cuando todos estaban adentro, retumbó una salva de presentación y se prendió una pantalla gigante de alta definición que sorprendió a todos. Sonó “Pacífico”, las banderas flamearon orgullosas y se inició así el ritual piojoso. “Desde lejos” y “Taxi boy” arrastraron a la masa al delirio, justo antes de la introducción, en imágenes, de “Civilización”, que da nombre al nuevo trabajo.
Con las caras de los músicos en la pantalla y “Cruel”, se largó un festejo que se aletargó con “Bicho de ciudad”, un lento del flamante material que antecedió con profundos azules sobre el escenario a “Luz de marfil”.
En ese momento, Andrés Ciro, el líder de la banda, le dejó la batuta al guitarrista Mike Rodríguez quien, junto a su colega Piti Fernández, hizo mover a todo el mundo con el ritmo de “Fijate” y el rock cuadrado de “Un buen día”. Luego, con una divertida puesta y el retorno de Ciro, se escuchó “Fantasma”, un buen preludio para “Pistolas”, que regaló imágenes de viejos westerns en la pantalla y un gran solo de percusión.
“Cruces y flores” y “Ruleta” ya se plantaron como clásicos rocks de la banda y la gente se lo hizo saber. “Genius” terminó de completar la fiesta mientras un video de carreteras le daba el paso a “Difícil”, un rock de “Civilización” novelesco y descarnado en su música y letra. La emoción estaba a flor de piel cuando se anunció el final del show, mentiroso, como siempre. “El farolito”, mechada con “La rubia tarada” de Sumo, encendió la ilusión de los bises, que llegaron en dos tandas. La primera con gorros de cocinero para “Manjar”, “Vine hasta aquí” y “Morella”, y la segunda con “El viejo” de Pappo, “El balneario de los doctores crotos” y “Buenos días Palomar”. Y como siempre, el ritual piojoso no falló.