03/01/2005 – La tragedia del boliche República de Cromagnon en Buenos Aires, que causó la muerte de al menos 188 personas, actualizó la pregunta sobre las condiciones de seguridad en las confiterías bailables de la ciudad. Según la Municipalidad local, es rigurosa la inspección en los boliches rosarinos.
Empresarios del rubro consultados aseguraron que los controles de factor ocupacional y condiciones de seguridad realizados por la Municipalidad son periódicos y también destacaron que este tipo de recitales masivos se realizan en espacios abiertos o en el estadio cubierto de NOB.
Otro sitio donde se realizaban estos conciertos era el CEC, pero las quejas de los vecinos por ruidos molestos obligó a la Municipalidad a suspender las actividades mientras trabaja en la insonorización. Una vez que ese acondicionamiento esté terminado, se reabrirá. Según explicó el Director de Inspección, Claudio Canalis, cada noche hay 50 inspectores controlando sobre toda la actividad de confiterías bailables, salones de fiestas y cantinas. El número multiplica las 12 personas con que contaba la antigua Dirección de Registración e Inspección.
Durante los dos últimos fines de semana, las inspecciones municipales se concentraron en verificar las medidas de seguridad y realizaron, según el titular del área, «una tarea más disuasiva»;. Como el duelo declarado el viernes último sólo impedía la apertura de los locales comerciales nocturnos en la Capital Federal, tanto el viernes como el sábado abrieron algunos comercios. "No se podía obligar a los locales a cerrar porque no se había decretado un duelo nacional", afirmó Canalis, quien recordó sin embargo que la Municipalidad trasladó su fiesta de principios de año en el Monumento a la Bandera para el sábado 8.
"Antes de que arranque la noche pasamos por las confiterías, las cantinas, y verificamos que las puertas de emergencia estén operables. Por ejemplo, en la madrugada del 2 de enero, en Mogambo (bulevar Avellaneda 2714) había unas partes de escenario a un costado y que alteraban la normal evacuación del plan. Eso se les hizo retirar. También en otros lugares en la zona norte, como Soul Parador (avenida Puccio 102) o Blue Velvet (Colombres 1698), se les hizo retirar elementos en los pasillos que daban a la salida de emergencia. Verificamos que las puertas de emergencia estén abiertas", afirmó Canalis, quien sin embargo aclaró que "eso no significa que dada la noche alguien las cierre".
El funcionario subrayó que tanto la ordenanza como el Código Civil establecen que la responsabilidad por el cumplimiento de las normas es del propietario, aunque desde el Estado se deben extremar los medios para verificar su cumplimiento.
Canalis describió que antes de habilitar los locales se realiza "un control previo", en el que se verifica el cumplimiento del plan de seguridad obligatorio, que debe ser presentado por el comercio con la firma de un técnico o ingeniero en seguridad. En algunas ocasiones, la Municipalidad no aprueba el plan tal como se presenta y exige modificaciones. "Además, desde hace tres meses empezamos unos nuevos controles a cada local. Comenzamos por la zona norte, donde se produce la movida del verano, de salones de fiesta, confiterías, bares, restaurantes, controlando salida de emergencia, donde se controla que se mantengan las condiciones originales de habilitación, que posteriores modificaciones no hayan alterado el plan de evacuación, que haya señalización luminosa de salida de emergencia, y en la instalación eléctrica, que tengan disyuntores diferenciales en tablero", afirmó Canalis.
La Dirección de Inspección, además, no permite que los locales contengan material inflamable en su construcción. "Si tienen revestimientos de madera, se les hace pasar una pintura ignífuga, todo material inflamable como el que había en el boliche de Buenos Aires nosotros no lo aceptamos. No aceptamos bajo ningún concepto cielos rasos en madera, por ejemplo", agregó.
Los 50 inspectores que trabajan en la noche, tanto en horario exclusivo como personal de turno diurno con horas extras, se dividen en tres grupos. "Lógicamente que no se pueden cubrir todos los locales comerciales nocturnos, como bares y restaurantes, pero sí tratamos de hacerlo en los comercios de mayor afluencia, como son las confiterías, salones de fiesta y cantina", afirmó Canalis.
En cuanto a los recitales masivos, que se realizan en el estadio de Ñuls o en lugares al aire libre, la Municipalidad concurre con sus inspectores "24 horas antes, a verificar las condiciones de seguridad, cómo son las salidas de emergencia, que no haya obstrucciones, que estén los extintores en su lugar, con carga vigente. Incluso, el día del recital también concurre un técnico en seguridad".
Por su parte, el secretario de Gobierno, Juan Carlos Zabalza aclaró que el factor ocupacional es otro de los temas que se controla de manera periódica, por muestreos por las distintas zonas, y en los diferentes boliches en forma rotativa. "El recurso máximo es la clausura, de todas maneras, el desalojo es una medida muy conflictiva, porque genera desorden y aumenta la posibilidad de que haya problemas", afirmó.
Tanto Canalis como Zabalza, destacaron que a esas medidas de control se suman los cursos de capacitación voluntarios para los propietarios y personal de confiterías bailables, a cargo de la dirección de Defensa Civil, donde se brinda capacitación para enfrentar emergencias como incendios o accidentes.
Fuente: Rosario 12