Entrevista a Víctor Piccininni, autor del libro «El Arte de Acompañar»
por Cloty Rubio, PRESSENZA IPA
Víctor, ¿de qué trata y cuál es el objetivo del libro?
El arte de acompañar (Editorial Hypatia) es una pequeña y resumida guía para ayudar en la tarea del acompañamiento a personas que se encuentran en momentos críticos de sus vidas y más específicamente para acompañar a otros en el final de su vida física. Es un escrito breve, destinado a la gente común. Un escrito que no tiene grandes desarrollos, más bien lo contrario. Es una guía, que de manera simple intenta transmitir una serie de herramientas, prácticas y sugerencias útiles para esos momentos.
Cuando uno se encuentra en esos momentos, ya sea porque lo está transitando como amigo, familiar o profesional, muchas veces se pregunta qué es lo más conveniente hacer, qué decir, qué callar, qué ejercicios podrían ayudar… Cómo ayudar a que esa persona sienta el mayor bienestar posible, cómo hacer que su partida de este mundo sea en paz. Cómo acompañar todos esos momentos.
¿Cómo podemos dar un nuevo significado a la vida al resignificar la muerte?
Cuando, por propia experiencia, se comienza a intuir, sospechar o tener certeza de que la muerte física es solo el fin de la existencia del cuerpo pero que existe “algo” que puede ser llamado de mil maneras diferentes: Alma, espíritu, fuerza interna o cósmica, lo profundo, etc, que puede trascender ese instante y abrirse paso a la inmortalidad, abrirse paso a otros tiempos y espacios diferentes al habitual. Cuando eso sucede, la vida misma cobra un sentido, un significado totalmente distinto al que habitualmente se ve y se comienza a obrar de otra manera. Y si esa creencia o intuición se convierte en certeza, se convierte en experiencia, la vida se transforma y las acciones comienzan a ser orientadas por ese sentido de vida.
Por esto, son tan importantes las experiencias en este campo, y no tanto las teorías. Teorías sin experiencias nos dejan siempre en el camino de la duda. Pero experiencias internas sobre la posibilidad de la trascendencia espiritual, por mínimas que sean, pueden abrir el futuro hacia un destino nuevo. Cuando esta experiencia sobre el real significado del momento de la muerte se hace evidente, la vida se redimensiona, se resignifica totalmente. Cuando tienes la certeza, por experiencia, de que la muerte solo detiene la parte física y que existe la posibilidad de que, si hay unidad y reconciliación interna, algo sagrado continuará su camino evolutivo, todo se redimensiona profundamente.
Por ello, resignificar el momento de la muerte puede llevar a transformar muchas cosas de la vida. Mucha gente tiene experiencia de esto. Cuando muere un ser querido, o cuando por diferentes circunstancias ha estado en un momento cercano de morir o cuando piensas en tu propia finitud. En todas esas situaciones, si reflexionas, vas teniendo una resignificación de qué hacer en la vida. ¡Imagínate cuando tienes la experiencia y la certeza de que hay algo que continúa!
Acompañar y asistir a otros en este momento de la vida, desde el afecto y con sincera dedicación, se experimenta como una gran acción que deja un sabor a unidad interna, ¿no te parece?
Sí, totalmente. Y esa unidad interna, esa sensación de unidad interna, es ya en sí misma una experiencia trascendente, una experiencia que te abre otras puertas internas y te van alejando de la simple materialidad, de creer que todo termina con la muerte.
Ese acompañamiento te comienza a conectar con otras realidades más profundas. Y sientes que esas realidades profundas son exactamente iguales en ti que en la persona que acompañas. Y cuando eso sucede, se superan todas las barreras que imponen los cuerpos físicos y se abre paso la experiencia de una comunicación mental, emocional y espiritual profunda.
El libro no tiene fines de lucro y esta primera edición busca obtener fondos para otra. Serían mil ejemplares que se distribuirán en centros de cuidados paliativos; ¿cómo surge esta iniciativa?
El objetivo es llevar estas herramientas y estas prácticas profundas allí donde más necesidad existe. Siento que mi formación en torno a las enseñanzas de Silo no puede quedar solo dentro mío o en un reducido grupo de personas. Ese es el objetivo principal de mi vida y creo que igual sucede con miles de personas que se han formado en esta enseñanza. Estamos siempre intentando llevar a otros aquello que ha sido bueno para nosotros.
Este librito tiene ese mismo objetivo y por ello el interés de multiplicar las ediciones y que llegue a miles de centros de cuidados paliativos y a otros espacios donde la gente lo necesita. No concibo que se lucre con la irradiación de esta enseñanza, sería una contradicción. Por ello, todo lo que se reúna con esta primera edición se destinará a una segunda y así siguiendo, mejorando y ampliando los contenidos, hasta llegar lo más lejos posible.
¿Tenemos que humanizar también los últimos momentos en este mundo? ¿Se nota esa necesidad?
Creo que tenemos que “humanizar la salud” en toda su extensión y también más particularmente en las etapas finales de la vida física. El acompañamiento personal, psicológico y espiritual al final de la vida se encuadra en este concepto: Humanizar la salud. No somos solo un cuerpo que cuando se deteriora finaliza todo. Esa es una concepción netamente materialista y anti humanista.
El ser humano es mucho más que el cuerpo, mucho más que un número estadístico, o que una posición cultural o económica. Cada vez se siente con más fuerza la necesidad de atender a lo interno de uno y de los demás, a lo espiritual, a lo que cada uno siente. Aunque muchas veces esa necesidad no sepamos bien como expresarla o como canalizarla, pero sí, esa necesidad cada vez se nota con más fuerza.
¿Tiene herramientas la gente común para abordar esta etapa de la vida y este acompañamiento?
Creo que sí. De comienzo no hacen falta conocimientos o herramientas especiales. En el libro se habla de ello. Lo más importante es la actitud con la que cada uno aborda estas situaciones que se nos presentan para acompañar a otros. El primer paso es buscar profundizar en uno mismo, conectar con lo mejor de uno mismo, con esa bondad y esa compasión que son parte de uno, que están dentro de uno… Y desde allí ir hacia el otro que queremos acompañar. No hacerlo mecánicamente movido por el deber o por intereses particulares. Las herramientas luego llegan si la actitud es la correcta, lasherramientas se buscan y se encuentran.
¿Qué ocurre con los profesionales, cuentan con alguna guía para asistir en cuidados paliativos?
Es un momento de gran desarrollo y avance en el campo de los cuidados paliativos. Responde a lo que comentábamos de la profunda necesidad de humanizar la salud. Así como se nota el desarrollo del mercantilismo y del poder del dinero en la salud que llevan a la deshumanización de la práctica médica, existe una fuerza creciente en la dirección opuesta, en la dirección de la humanización creciente. En la dirección de atender y acompañar al ser humano como un ser integral, con cuerpo, mente, emociones, energía… Eso se traduce en que los profesionales cuentan con herramientas para atender a ese concepto integral físico-psíquico-espiritual. Por supuesto que luego dependerá de los intereses particulares de cada uno, de atender o no a esto que comentamos. De buscar y aplicarlos o de dejarse arrastrar por el mercantilismo imperante.
En referencia a este punto, mi experiencia en las Unidades de Cuidados Paliativos (UCP) es altamente gratificante en este aspecto. Los profesionales que fui conociendo en varias UCP tienen muy desarrollada esa sensibilidad y este abordaje de atención integral de la persona. Existe mucho conocimiento, hay guías, escritos y se va acumulando experiencias. Tal vez, en el área de acompañamiento espiritual es donde más carencias hay respecto a herramientas y guías, pues muchas veces se ha asociado lo espiritual a lo dogmático o religioso y eso muchas veces lleva a malentendidos. Por ello, mi interés en publicar este librito que a modo de guía intenta ser un aporte al campo de las prácticas personales y espirituales, que son independientes o complementan a las creencias religiosas de cada persona.
El arte de acompañar propone un recorrido por la propia vida destinado a la profunda reconciliación con uno mismo y los demás. ¿Cuál es la importancia de la reconciliación profunda?
La reconciliación profunda con uno mismo y con los demás llevan a la unidad interna, llevan a superar los resentimientos, contradicciones y frustraciones que tanto sufrimiento interno generan. Esa unidad interna es la base para el crecimiento y fortalecimiento espiritual, y ese fortalecimiento espiritual es sinónimo de paz interna, de transformación, de suave alegría en el momento de la partida, en el momento de la muerte física y es también sinónimo de la posibilidad de trascender ese momento hacia otros tiempos y espacios. Esto no es una teoría. Estos comentarios y afirmaciones están basados en la experiencia, en lo que la gente siente y experimenta cuando estas reconciliaciones profundas se hacen realidad en la interioridad de la persona.
Eres Miembro del Equipo de Voluntarios de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Dr. E.Tornú ¿Cómo está siendo la experiencia? ¿Lo recomiendas a otros?
El acompañamiento a otras personas en los momentos significativos de sus vidas, si se hace con afecto y pensando en lo mejor para el otro, es una tarea maravillosa. Y si, además, cuentas con herramientas y recomendaciones adecuadas, ayudas a los demás y te ayudas a ti mismo. Esta tarea es como mágica, pues sientes el agradecimiento de la otra persona. Sientes que realmente eso que haces la está ayudando a transitar esa situación y, además, eso se registra en ti como algo muy válido, unitivo y transformador. Es algo que se realimenta y más allá de la situación difícil que se está viviendo desde el punto de vista físico, tú sientes que una atmósfera de mucha bondad inunda el ambiente. Pero como se trata de experiencias personales no siempre toda la gente se siente cómoda haciendo esto.
Creo sí, firmemente, que todos tenemos la capacidad de acompañar y ayudar a los demás, pero cada uno debe hacerlo allí donde se sienta cómodo y a gusto. Algunos lo harán en cuidados paliativos, otros con la educación, otros transmitiendo una enseñanza solidaria…Y así otros en tantas otras actividades que irradian lo mejor de cada uno. Todas estas cosas que de un modo u otro traducen en la acción concreta aquello que Silo magistralmente sintetizaba como que es el momento de “Conectar con lo profundo. Con lo sagrado de la interioridad humana” y también al mismo tiempo nos decía: Es hora de ¡Humanizar la Tierra!