“Lamentablemente el dengue llego para quedarse” esta frase pertenece a la Ministra Ocaña.
Como se puede leer, no es para nada alentadora. Pero si es la verdad, no nos queda otra que apechugar, combatir el mosquito y preparar y dotar a nuestra salud pública de todos los elementos necesarios para combatir una gran epidemia.
Es en este punto donde hay una gran discrepancia entre los funcionarios del gobierno y los médicos independientes. El gobierno admite menos de la mitad de los infectados con dengue. Los médicos dicen y pronostican a corto plazo casi la mitad de los habitantes de la Argentina que contraerán la enfermedad.
Parece que como en la Guerra de Malvinas, es una cuestión de estado “mentir”.
En aquel entonces el periodista del Canal 7, Gómez Fuentes decía:”Recurrentemente estamos ganando la Guerra”… el resultado ya todos lo conocemos. También cual fue y es la secuela que nos dejó. En materia de de esta epidemia, según algunos “observadores” “La Enfermedad de los pobres” no sabemos bien ni cuántos son y menos cuántos seremos los infectados.
Las medidas que hay que tomar para evitar la propagación de la enfermedad se divulgan en todos los medios y pareciera que el estado es el gran ausente. La mayoría de los municipios hacen grandes esfuerzos para destinar recursos, que no tienen, para fumigar y combatir los ”nidos” de los mosquitos.
Pero los hospitales que se ven desbordados desde siempre, tanto para la atención primaria como para tratamientos prolongados y cirugías, hay que seguir haciendo largas horas de filas para ser atendidos, no fueron reforzados y mucho menos re-equipados para esta emergencia.
Faltan insumos, enfermeras, médicos y camas. Pero en el banco central todavía tenemos millones de “reservas”. Hoy con esta coyuntura nada ni nadie parce poner las cosas en su lugar.
La recesion globalizada, el parate de la industria, el conflicto del campo, la ola de despidos, la sequía en algunos lugares y ahora el dengue, me recuerda las “pestes de Egipto”. Los optimistas dirán que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.
También están aquellos que dirán “siempre que llovió paro”. Y podría seguir con varios ejemplos más, pero aquí de lo que se trata es de la salud y como decía mi abuela” Con la salud, no se juega”.
Hoy los gobernantes deberían pensar y hacer mas sobre estos temas y menos sobre las elecciones. Únicamente algunos enfermos mentales podrían pensar en lucrar con una epidemia, sabemos que los hay, pero el pueblo debe estar atento, para identificarlos y ponerlos al descubierto.
Que la cortina de humo sea para ahuyentar a los mosquitos y no para distraernos de lo real y autentico.
Julio Ramírez
verturismo@gmail.com