Larga vida al microchip
Técnicos, desarrolladores y artistas del hardware, entre otros, se reúnen para combatir la obsolescencia programada y la brecha digital.
Todos los miércoles a la tardecita, en la planta alta del Centro Cultural de La Toma, en Tucumán 1349, se encuentran los integrantes de Hackfun “para llevar adelante actividades y proyectos interdisciplinarios, motivados por la curiosidad y el intercambio de ideas y conocimiento” centrados en la tecnología digital. Hackfun es un hackerspace, es decir un taller de hackers, allí destripan computadoras y las vuelven a armar modificadas para extender su vida útil.
En una sala iluminada por tubos fluorescentes y atestada de cajas con cables de todo tipo, de partes de computadoras y herramientas de precisión, entre mates y paquetes de galletitas con octógonos negros, se despliega “el entusiasmo por el trabajo colaborativo y con impacto social” que lleva a Hackfun a reparar y volver a poner en circulación equipos informáticos puestos a punto para quienes los necesiten, tales como organizaciones sociales, escuelas o bibliotecas populares.
“Desarmar compus, impresoras, monitores, y todo tipo de dispositivos para aprender cómo funcionan, intentar arreglarlos y si no tienen arreglo, rescatar los componentes que sirvan para otros equipos o proyectos”, son las acciones que definen a Hackfun como cyberciruja. Hackfun recibe donaciones de equipos descartados y los reacondicionan, lo que no sirve es entregado a la Municipalidad para su descarte final como Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE).
Si bien venía de antes, la iniciativa se desplegó con fuerza durante la pandemia en 2020, cuando contar con una computadora para trabajar o estudiar en situación de aislamiento se volvió vital. De este modo los Hackfun convergieron con un agrupamiento más grande y se convirtieron en una célula local de la Comunidad Organizada de Cybercirujas.
“En Buenos Aires la movida es más artística, organizan fiestas, hay desarrolladores de videojuegos y artistas que hacen chiptune –música de videojuegos–, mientras que en Córdoba hay una movida social, en una feria agroecológica que funciona en la UNC arman una «olla popular de hardware» donde intercambian componentes para reparar compus”, explica Martín Vukovic de HackFun. “En Rosario estamos un poco entre los dos, hemos organizado encuentros de arcade y videojuegos retro, reacondicionamos equipos para donar, y ahora nos preparamos para el Encuentro Federal, donde esperamos gente de todos lados”.
No sólo de nerds se compone Hackfun, hay músicos, artistas, gente de ciencia política. “Cualquiera con ganas de aprender, enseñar, y colaborar es bienvenido. No es necesario ningún tipo de conocimiento previo. El único requisito es querer aprender, experimentar y tener una curiosidad voraz”, dice Vukovic en una entrevista para el diario El Ciudadano.
Fotos: Julia Oubiña
Viejo pero no obsoleto
La obsolescencia programada comprende una serie de prácticas que los fabricantes de tecnología utilizan para acotar artificialmente la vida útil de los dispositivos que comercializan. Esto se puede dar tanto a nivel del hardware –en la parte física del aparato en cuestión– o bien en el software, es decir en el sistema operativo, los programas o la configuración.
Un componente dañado se puede reemplazar para que el dispositivo siga funcionando pero los fabricantes prefieren que compres otro, entonces diseñan celulares y tablets como cajas negras infranqueables, como un auto con el capot sellado. A nivel de software una actualización del sistema operativo puede volver obsoleta una computadora pero siempre existe la posibilidad de instalar software libre para sortear estas prácticas corporativas.
“Abrimos la caja negra y tratamos de ver qué pasa”, es la actitud del cyberciruja. Además de concientizar sobre el descarte de equipos tecnológicos, plantean la experimentación con la tecnología digital en clave de aprendizaje. No se trata de una élite de técnicos, sino de una comunidad virtuosa que busca democratizar el conocimiento en torno a la tecnología digital.
Una actividad común son los “reparatones”, es decir maratones de reparación, donde en jornadas cortas y entre muchas manos con herramientas devuelven la vida útil a computadoras descartadas.
En Hackfun trabajan amorosamente con las netbooks del Conectar Igualdad, el plan orientado a promover la inclusión digital iniciado durante la primera presidencia de Cristina Kirchner y desactivado en 2015 por el gobierno de Mauricio Macri. Estas computadoras pensadas para entornos educativos, si bien fueron abandonadas por el estado argentino, siguen teniendo vigencia, ya que tienen con un diseño que las hace prácticamente indestructibles y cuentan con una comunidad de desarrolladores de software que hace posible que sigan funcionando, incluso los primeros modelos con 1 giga de memoria RAM.
Segundo cónclave
El primer Encuentro Federal Cyberciruja se celebró en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), en la capital de la provincia mediterránea, a fines de noviembre de 2023. Posteriormente, y mientras se preparaba el segundo, los cybercirujas organizaron una exitosa muestra en el Centro Cultural Kirchner de Buenos Aires durante el receso invernal del reciente mes de julio. Este año, la “enorme familia de hacktivistas, militantes y personas variadas del cyberespacio” recalará en Rosario.
Las actividades se desarrollarán en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC), en el Paseo de las Artes y el río Paraná. La jornada arranca el sábado 31 de agosto desde las 11, con entrada libre y gratuita. Allí se podrá disfrutar de la Exposición de Artes y Ciencias Cybercirujas, para experimentar con computadoras, retrocomputadoras hackeadas y obras técnico-artísticas provenientes de distintas partes del país. Entre las maravillas que serán exhibidas se destacan el Ventilastation, una consola de videojuegos que funciona en un ventilador con luces de led; una estación de video analógico para realizar intervenciones audiovisuales; juegos de Family Game y juguetes modificados mediante circuit bending; Mesa de Roboticlaje, un espacio de infancias para experimentar con robótica con componentes reciclados y un taller de reutilización de celulares; entre otras experiencias. También habrá rarezas como posnets modificados para jugar videojuegos o que funcionan como fotocabina, así como computadoras de otros tiempos funcionando en perfectas condiciones. También habrá feria de expositores con proyectos propios como consolas modificadas, PCs en gabinetes alternativos y el cíber Cyberciruja compuesto de netbooks del Conectar Igualdad reacondicionadas para jugar en red.
A partir de las 12 se realizará el ciclo de charlas relámpago, donde cualquier persona se podrá anotar en una pizarra, eligiendo el bloque horario correspondiente y ofrecer una conversación de 30 minutos. El arte cyberciruja será desplegado en los galpones del CEC durante toda la jornada y además de aparatos electrónicos habrá discusiones en torno a la dimensión política de la tecnología.
A las 15 iniciarán los talleres, el primero será sobre “Cybercirujeo y feminismo”, y será coordinado por la rama feminista Cybercirujas. Luego, de 16 a 17 habrá un Taller de Processing –lenguaje de programación de código abierto utilizado en proyectos multimedia e interactivos–, a cargo del compositor y productor musical Martín Jerez. De 17 a 18, la artista Victoria Gutiérrez brindará un Taller de Fanzines para nostálgicos de la computadora.
Los rosarinos HackFun, Cybercirujas Córdoba y los porteños Cybercirujas Club, junto a activistas de La Plata, Santa Fe, Posadas e invitados internacionales de Uruguay y Brasil, serán parte de un encuentro que además ofrecerá shows audiovisuales de distintos artistas en una jornada donde la creatividad y la curiosidad desafiarán los límites establecidos por las corporaciones tecnológicas.
Publicado en el semanario El Eslabón
Fuente: Redacción Rosario