Por Antonio Torrejón
Sostiene el municipalista Lic. Sergio Rodríguez W en “Municipio y Turismo” que “en la actualidad, no cabe duda de que el auge del turismo ha bosquejado un cuadro de comportamientos competenciales en los que el Municipio, abandonando el rol pasivo que le había caracterizado, no sólo ha reivindicado la pertinencia de esa actividad como materia propia de la vida local, sino que en muchos casos trata de convertirla en una línea de trabajo gubernamental, estableciendo directrices o políticas que permitan valorar, social y económicamente, la explotación turística.
En atención a lo anteriormente expuesto, y en el contexto de un mundo globalizado, es preciso que los gobiernos municipales desplieguen políticas tendientes a desarrollar el turismo local. Ya no basta con promocionar paisajes y rasgos peculiares, sino que es necesario que se fijen políticas que generen productos vendibles, en donde la ciudadanía participe, se capaciten actores y, sobre todo, se relacione institucionalmente lo público con lo privado. Los municipios deben dejar de lado su papel pasivo, para pasar a ser agentes proposititos y facilitadores de negocios en el sector del turismo, por cuanto el modelo de relacionamiento público-privado, supone el trabajo en términos de eficiencia y con una estructura flexible.
Al tener un objetivo común sobre el turismo local se potencian los esfuerzos y se consensúa el interés colectivo sobre los intereses particulares. Sostengo que “El cambio debe gestarse mediante una estrategia que permita pasar de una política municipal definida centralmente, a otra que coloque el planeamiento, la decisión y los recursos en el nivel local y comarcal. Así se cambia una línea de diseño de políticas verticales, cuyo vértice es el Estado-Nación-Provincia, a otra horizontal, en la cual el municipio coordina, concerta y articula con los actores locales y otros municipios vecinos las actividades y relaciones que se dan dentro de un espacio territorial, localidad, comarca y Corredores, que deben ser consideradas como agentes de transformación, poleas potenciadoras”.
Esta Comarca, del Oeste Santafesino, cuenta con lo mejor de las síntesis geográficas de la tierra pampeana, su producción y el mejor reflejo de un progresista inmigrante agricultor, luego mecanizado como factor determinante y aglutinante de cualquier acción, también de promoción turística, entre otros. Aún así y a pesar de estos lugares encantados, la realidad nos demuestra que nos encontramos en una ubicación estratégica de caminos, dado que hay muchos aspectos a corregir que tienen que ver con la infraestructura y los servicios brindados.
A la par que el crecimiento de la conflictividad, la violencia y el delito comienzan a atentar contra las oportunidades de las progresistas ciudades para diversificar su economía a través del turismo. Asimismo, es preciso que los ciudadanos demos el debate necesario de si efectivamente desarrollamos un segundo perfil turístico (el primero es administrativo) pues la ejecución de iniciativas en materia de turismo tienen en común el liderazgo de la comunidad local con el apoyo de los gobiernos municipales, y un protagonismo de la comunidad local que fortalezca la democracia, vía la participación institucionalizada. Esto es, definir, al fin y al cabo, “qué ciudad queremos ser y qué deseamos ofrecer”.