El impacto de los agrotóxicos ya es visible en la salud de la población y genera pérdidas de vidas humanas y económicas. Las obras sociales y sindicatos vinculados a la actividad agrícola deberían informar sobre el crecimiento de los tratamientos oncológicos y las malformaciones en los hijos de sus asociados.
Comunicado de prensa
¿QUIÉN PAGARÁ POR LOS SANTAFESINOS
ENFERMOS POR LAS FUMIGACIONES?
(Segunda parte).
El impacto de los agrotóxicos ya es visible en la salud de la población y genera pérdidas de vidas humanas y económicas. Las obras sociales y sindicatos vinculados a la actividad agrícola deberían informar sobre el crecimiento de los tratamientos oncológicos y las malformaciones en los hijos de sus asociados.
La reciente publicación de la investigación del Dr. Andrés Carrasco del CONICET donde se concluye que dosis 5000 veces menores de glifosato a las utilizadas en el campo producen malformaciones a escala de laboratorio en anfibios y pollos, sumado a las investigaciones del Dr. Lucero sobre el impacto de los tóxicos durante la gestación y los niños nacidos con malformaciones en Misiones y Chaco, denunciados por los Dres. Di Maio y Otaño, permiten establecer relaciones cada vez más estrechas entre el incremento del uso de agrotóxicos en las actividades agrícolas y los casos de afectación a la salud.
Pero no es sólo el impacto en los que están por nacer o en los niños, sino también en adultos. En abril pasado, representantes de distintos sindicatos (Fideeros, de la Carne, UOM, UPCN, Camioneros y Comercio), suscribieron un documento en el que manifiestan estar “profundamente preocupados por la situación que atraviesan muchos trabajadores de nuestros gremios que padecen en un número importante y llamativo patologías graves como el cáncer y las malformaciones congénitas de niños entre otras enfermedades y con la creencia que podrían ser atribuibles al manejo de agroquímicos entre otras cosas.” Las muertes de camioneros por el uso de Fosfina en sus vehículos en los meses subsiguientes repercutieron hondamente en la conducción del sindicato y un amplio reclamo de las bases por su seguridad y su salud.
Esta situación también sería preocupante por el impacto económico en las obras sociales como OSPRERA (Obra Social de los Trabajadores Rurales y Estibadores), donde una verdadera explosión de enfermedades respiratorias, abortos repetidos, nacimientos con malformaciones y tratamientos oncológicos prolongados de sus asociados –directamente vinculados a la actividad agrícola-, significan importantes erogaciones para recuperar la salud. Los informes darían cuenta también de que docentes rurales o en las cercanías de campos con explotación agrícola, realizan consultas a diario por la aparición de enfermedades respiratorias agudas y alergias dérmicas.
Debemos recordar que en la última campaña agrícola se tiraron 16 litros por hectárea de venenos de distintas categorías toxicológicas, y que su uso viene incrementándose desde hace 15 años, en rara coincidencia con el incremento de estas patologías. En estos momentos, cuando se debate en el Senado provincial la reforma a la ley de Fitosanitarios, las obras sociales y los sindicatos deberían pronunciarse al respecto, ya que sus afiliados son santafesinos que aportan a la actividad económica con su esfuerzo pero, al parecer, también con su salud y su vida sin que nadie asuma la responsabilidad por tal hecho.
Santa Fe, 2 de Setiembre de 2010.
Centro de Protección a la Naturaleza
Carlos Manessi/Presidente
Luis Carreras/Vicepresidente
Centro de Protección a la Naturaleza
Campaña "Paren de Fumigarnos!"
Belgrano 3716 – CP 3000 – Santa Fe – tel. 0342 4531157
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